Primera manifestación LGTBI en Extremadura para visibilizar a todas las personas que aman libres

Por primera vez se convoca una manifestación en Extremadura para visibilizar la diversidad sexual y de género. Supone un paso adelante. Una declaración de intenciones con la que romper muros y gritar con orgullo los derechos de gais, bisexuales, transexuales e intersexuales.

Llaman a ocupar las plazas y calles, el lugar que les corresponde como personas. Sus organizadores quieren la complicidad del resto de la ciudadanía y de movimientos sociales.

La primera manifestación LGTBI de la región recorrerá el 28 de junio el centro de Mérida bajo el emblema ‘Transformando Extremadura’. Partirá a las 20:30 horas desde el Parque López de Ayala, hasta la Plaza de España.

Está convocada por Chrysallis Extremadura (Asociación de Familias de Menores Trans), junto con Extremadura Entiende y Fundación Triángulo.

Supone un modo de romper armarios y acabar con la invisibilidad que somete a muchas personas por el simple hecho amar a alguien del mismo sexo. O de no identificarse con el género ‘normativo’ que le asignaron al nacer.

La Ley LGTBI extremeña

Ocuparán las calles con un tono reivindicativo. Reclaman más celeridad en la puesta en funcionamiento de la Ley LGTBI extremeña. Se trata de una norma aprobada hace tres años y medio, pero cuyos reglamentos siguen sin estar finalizados.

Sisi Cáceres, de Extrema dura Entiende, advierte que hay cuestiones que no pueden esperar los tiempos burocráticos. Por ejemplo los protocolos 'trans' con menores. Coincide en esta reflexión Silvia Tostado, de Fundación Triángulo Extremadura, que lamenta que los tiempos legislativos no se adaptan a las demandas sociales.

Aboga por avanzar en el reconocimiento a la diversidad en la escuela, frente a los casos de acoso escolar y todo tipo de discriminaciones. Destaca que la diversidad “tiene que estar impregnada en todos los ámbitos”.

Apuesta por hablar de las familias en plural. Porque las familias siguen en las aulas “un modelo en blanco y negro, con material que sigue mostrando el modelo tradicional y que se olvida que existen otras muchas”. Por ejemplo familias monopoarentales, o aquellas donde existen dos papás o dos mamás.

En materia educativa, desde Extremadura Entiende abogan por hacer los centros educativos espacios más tolerantes y diversos. Silvia Tostado, de Triángulo, se fija en los roles que se reproducen desde bien pequeños. “Miremos a las próximas fiestas de final de curso. ¿Por qué a los niños se les viste de roqueros y a ellas con un tutú?”. Y por supuesto --advierte-- nada de bailar niño con niño, o a la inversa.

La delegada de Chrysallis, Maribel Díaz, recuerda que ser una persona trans no es una enfermedad, “el problema real se llama transfobia”. Explica que la infancia de los niños transexuales no tiene que ser muy distinta a la de cualquier otro y que tienen el mismo derecho a ser felices, informa la Agencia Efe.

Defiende que la lucha contra el acoso escolar debe ser algo fundamental, también en el mundo rural, donde la diversidad sexual sigue siendo un problema. Aboga por hacerle frente a través de la educación.

Las entidades LGTBI reclaman más cuestiones, por ejemplo el cuidado de mayores. “No limitarnos a pensar que las personas LGTBI tienen menos de 50 años. Tienen necesidades específicas y deben recibir una asistencia específica, por ejemplo por parte del personal de las residencias”, señala la representante de Triángulo.

Además subrayan que las lesbianas necesitan un protocolo específico de salud sexual. O la atención a la salud mental de las personas, ante casos de depresiones u otras enfermedades.