Blas, lector y socio de eldiario.es, nos hace la siguiente pregunta por correo electrónico: “Desde hace unos meses me ha empezado a dar un picor en el escroto y la zona del pubis por las noches que puede hacerse realmente insoportable. De hecho después de rascarme se me queda la piel blanca y parcialmente escamada. He pensado que quizá sean hongos que he pillado en la piscina donde practico casi a diario la natación”.
Blas ya nos está dando varias pistas sobre el problema que está sufriendo y que se conoce, según la Academia Española de Dermatología y Venereología, como prurito genital, en este caso escrotal. Se trata de un trastorno que se refleja en picor en el escroto, la piel de los testículos, y que puede ser causado por no pocos factores. Según estos factores se clasifica en agudo o crónico. El agudo es puntual y pasa cuando se contraataca el factor causante. El crónico, en cambio, se mantiene en el tiempo y tiene causas y remedios más complejos.
Según la citada Academia Española de Dermatología y Venereología, algunos de estos factores pueden ser:
Es posible que el prurito de Blas tenga su causa en alguno de estos factores contemplados por la Academia Española de Dermatología y Venereología, dado que va a una piscina, lo que implica humedad pero también piel reseca debido al cloro o el ozono. En ese caso, procurando secarse bien el escroto, aplicándose crema abundante por las noches y lavándose adecuadamente los genitaleslavándose adecuadamente los genitales, sin jabones agresivos, seguramente el prurito disminuya. Ahora bien, puede que su casuística obedezca a alguno de los factores que identifican el prurito escrotal crónico.
Otro asunto es el que se da cuando el picor es permanente y no aminora con los remedios arriba citados, ni con una identificación efectiva por parte de un dermatólogo que descarte la presencia de sarna, que tiene un tratamiento específico y tampoco es muy frecuente, o bien de hongos. En estos casos se han apuntado dos causas principales de la persistencia del prurito.
La primera es una reacción autoinmune de origen desconocido, que puede tener promotores anímicos debidos a la deficiencia de serotonina, es decir que de un modo u otro estén propiciados por una situación de estrés. Es estos casos se ha comprobado que la administración de fluoxetina (Prozac) aminoraba el prurito crónico. También el uso tópico de fármacos inmunosupresores, como el tacrolimus, dio buenos resultados.
La segunda causa que se apunta es una lesión irritativa del nervio génito-crural, que viene por el conducto inguinal procedente del segundo nervio lumbar. De tal suerte, se han descrito casos ligados a una hernia discal o a una hernia inguinal. También se apunta a una irritación del nervio ilio-inguinal que llega a la parte posterior del escroto procedente del primer nervio lumbar.
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