¿Qué música es la más adecuada para conciliar el sueño?

Irse a la cama con música y quedarse dormido mientras se la escucha es una costumbre afianzada para mucha gente. Una encuesta realizada por científicos de la Universidad de Sheffield, en el Reino Unido, reveló que el 62 % de los consultados (es decir, casi dos tercios de las 651 personas de diferentes países del mundo que formaron parte de la muestra) conciliaban el sueño acompañados por melodías y canciones.

Los mismos participantes del estudio indicaron las principales razones por las cuales le dan al play al acostarse: el efecto relajante de la música, el enmascaramiento auditivo que facilita (oculta otros posibles ruidos), el propio hábito, la pasión por esta arte y su carácter de distracción mental fueron los más señalados. En efecto, escuchar música proporciona muchos beneficios para la salud. Además de generar placer, la música disminuye la frecuencia cardiaca, mejora el humor e incluso favorece los procesos de aprendizaje.

Por ello, es utilizada como elemento terapéutico antes y después de intervenciones quirúrgicas, en tratamientos contra la depresión y contra el Alzheimer. Sin embargo, puede plantearse la duda de si, pese a todos esos efectos positivos, conviene dormirse escuchando música. ¿Acaso no sería mejor irse a dormir en silencio? ¿No podría ser la música un factor disruptivo en la búsqueda de un sueño placentero y de calidad?

Escuchar música antes de dormir hace bien

Son numerosos los trabajos científicos que han dado una respuesta a esos interrogantes: dormirse con música es bueno, hace bien. Por ejemplo, una revisión de una decena de estudios, realizada por científicos chinos y difundida en 2014, comprobó que “la música mejoró significativamente la calidad del sueño” en los casos analizados, y afirmó que puede ser una ayuda en el tratamiento de pacientes con trastornos del sueño agudos y crónicos.

Un año más tarde, investigadores de Dinamarca y Estados Unidos publicaron otro metaanálisis, en concreto sobre la influencia de la música en el tratamiento del insomnio. Los resultados hallados fueron positivos, de modo que “la música puede ser efectiva para la mejora de la calidad del sueño en adultos con síntomas de insomnio”, según apuntan las conclusiones del estudio. De alguna manera, tales hallazgos tienen mucho sentido.

Sobre todo si se tiene en cuenta una de las principales herramientas utilizada por madres y padres en la crianza de sus bebés desde tiempos inmemoriales: las canciones de cuna. La música es buena para dormir desde los primeros tiempos de vida de una persona. Y lo han sabido todas las culturas: las canciones de cuna “son omnipresentes y también muy estereotipadas”, según un estudio de científicos de la Universidad de Harvard, publicado a finales del año pasado, que comparó la música en más de 300 sociedades de todo el mundo.

La canción de cuna más larga 

Inspirado por esos datos, el músico Max Richter compuso Sleep, una canción de cuna de ocho horas de duración, pensada para ser ejecutada en directo y por la noche ante un auditorio al que animan a acudir con cojines y ropa de cama. Richter (afincado en Londres pero originario de la ciudad alemana de Hamelín, precisamente la del flautista del cuento, capaz de guiar a ratas y niños con su música) presentó su “larga nana” en Madrid en 2017.

De todos modos, hay que tener en cuenta que música como la de Richter puede ayudar a dormir pero deja de tener efecto cuando uno se ha dormido. Existe la idea, todavía bastante extendida, de que los sonidos a los que una persona se expone durante el sueño pueden tener un efecto subliminal sobre ella. Pero es una creencia sin ningún fundamento científico. Como explica un artículo de Joseph F. Chandler -profesor de psicología en la Escuela Universitaria de Birmingham, Estados Unidos- la música de Richter “puede ayudarte a dormir mejor, pero probablemente te perderás la mayor parte del show”.

Beneficios de dormir escuchando música

Basada en estas evidencias, la Fundación Nacional del Sueño (FNS), de Estados Unidos, recomienda irse a la cama con música, en particular las personas que tienen problemas para conciliar el sueño. La institución destaca las ventajas de la música en comparación con los fármacos para dormir: es más barata, no genera adicción y no tiene ningún efecto negativo. Puntualiza que los adultos mayores que escuchan 45 minutos de música relajante antes de acostarse se duermen más rápidamente, durante más tiempo, se despiertan menos por la noche y descansan mejor.

Los beneficios no son exclusivos para los adultos mayores: también los jóvenes pueden aprovecharlo. La FNS apunta que entre los que escuchan música, los que escuchan audiolibros y los que no escuchan nada antes de dormir, son los del primer grupo los que obtienen un sueño de mayor calidad. Y detalla que algunos de los efectos que escuchar música produce en el organismo (reducir el ritmo cardiaco y respiratorio, bajar la presión sanguínea, relajar los músculos) son los mismos que experimenta quien está quedándose dormido, por lo cual “la música es la preparación perfecta para un sueño reparador”.

Qué música escuchar antes de dormir

En cuanto a qué música es la mejor para escuchar antes de dormir, los especialistas de la FNS explican que es la que más le guste a cada persona, pero que los más apropiados son los ritmos lentos. ¿Y cuáles son los lentos? En general, los que tienen un tempo de entre 60 y 80 percusiones (o beats) por minuto. Por ejemplo, la música clásica o géneros como el jazz o el folk.

En 2015, Spotify reveló que Ed Sheeran era el artista con mayor presencia en las 'sleep playlists', es decir, en las listas de reproducción para dormir elaborados por los usuarios. El año pasado, por su parte, un análisis de la web británica Cuckooland determinó que “la canción de cuna perfecta” -debido a su tempo lento, a su “melodía simple y predecible”, entre otras características- es One, de U2.

El ritmo es un pequeño misterio para los científicos. “Desde el comienzo de la vida somos sensibles a ese latido, a ese pulso constante que nos hace mover el pie o sacudir la cabeza”, declaró Jessica Grahn, investigadora de la Universidad de Ontario Occidental, Canadá. En cambio, tras décadas de trabajo, los algoritmos informáticos no logran siquiera acercarse a “la automaticidad y la flexibilidad” que mostramos los humanos para identificarlo. Esa especie de capacidad mimética con la música podría ser la causa de que sea perjudicial para el sueño escuchar una canción demasiado rápida antes de dormir. Y todo lo contrario: escuchar una canción lenta y tranquila resulta beneficioso

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