Con la llegada del otoño se inicia un periodo en el que hacen acto de presencia virus y bacterias, que aprovechan que nuestro organismo baja la guardia para atacarlo. Y es que los cambios de temperatura y el frío nos hacen especialmente vulnerables a resfriados y catarros. Los síntomas que suele causar un resfriado común son mucosidad, dolor de garganta y de cabeza, tos… Suele curarse sin tratamiento a los pocos días. No debe confundirse con la gripe, aunque también sea una enfermedad causada por virus.
El resfriado, a diferencia de la gripe, puede estar causado por una gran cantidad de tipos de virus, de ahí que no haya ninguna vacuna suficientemente efectiva para prevenirlo. De ahí que también se pueda sufrir más de un proceso catarral al año (de dos a cinco al año, calculan los expertos). Tampoco hay ningún medicamento que lo cure, ni los antibióticos, aunque algunos ayudan a mejorar los síntomas, como el paracetamol.
Como la gripe, el resfriado se contagia mediante las manos y el aire, de ahí que sea tan importante aspectos como la higiene (lavado de manos, sobre todo) y la ventilación. La alimentación también puede ser una gran aliada para prevenirlo. Pero debemos tener presente que ningún alimento cura el resfriado ni la gripe, como tampoco lo hace ningún antibiótico. Son las propias defensas del organismo las que luchan contra la infección. Es muy importante llevar una alimentación adecuada para reforzar el sistema inmunitario frente a este tipo de agresiones.
Una despensa contra los resfriados
Una adecuada alimentación influye en el estado general del organismo ya que el sistema inmunitario necesita todos los nutrientes para funcionar bien. Algunos alimentos ejercen un papel más protector y el déficit de algunos nutrientes puede llevar al debilitamiento del sistema inmunitario y, por tanto, aumentar el riesgo de sufrir infecciones. Durante los meses de otoño e invierno, el cuerpo necesita reforzar sus defensas, combatir el estrés y proveerse de energía. Algunos alimentos ayudan a hacerlo.
Verduras, frutas y pescados nos ayudan a prevenir los catarros, y otros como la miel, la cebolla o el ajo son grandes aliados para combatirlo, según las recomendaciones de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD). Debe prestarse atención a ingredientes que aumenten la resistencia a las infecciones y protejan las células del sistema inmunitario de los daños provocados por los radicales libres.
Para prevenir resfriados, lo más recomendable es que en nuestra dieta no falten ingredientes como:
Vitamina C y zinc: los alimentos ricos en estos compuestos ayudan a aumentar las defensas. Hablamos, en el caso de la vitamina C, de productos como cítricos, verduras y hortalizas de color verde oscuro como la coliflor o el pimiento verde, espinacas, coles de Bruselas, brócoli o remolacha, estos tres últimos ricos en folato, que ayudan a aumentar las defensas. El zinc, por su parte, se encuentra en el marisco, guisantes, espárragos o apio, cereales integrales o sardinas.
Vitamina E: es altamente antioxidante y estimula el sistema inmunológico. La encontramos en alimentos como avellanas, piñones, almendras, espinacas, o semillas crudas.
Probióticos: son muy importantes para reforzar el sistema inmunológico. Se encuentran en alimentos como yogures o quesos.
Hierro: también contribuye al buen funcionamiento del sistema inmunitario. Son grandes fuentes de hierro alimentos como las carnes, el pescado y los huevos, así como vegetales como legumbres y cereales integrales.
Líquidos: agua, infusiones o caldos de verduras nos ayudarán a mantener una buena hidratación, fundamental en caso de resfriado. Los líquidos ayudan a evitar que las mucosas se sequen, prevén la deshidratación corporal y contribuyen a eliminar toxinas.
Miel: la FESNAD recomienda cambiar el azúcar por miel por sus propiedades antioxidantes y antibacterianas. La miel, además, no solo ayuda a calmar los síntomas del resfriado sino que incrementa nuestras defensas. De todos modos la ingesta de miel debe ser puntual y muy moderada.
Magnesio: podemos beneficiarnos de él con alimentos como los cacahuetes, las legumbres, las nueces, el pan integral o los higos secos.
Cisteína: cebollas, ajos y puerros son alimentos que ayudan a suavizar la mucosidad porque contienen el aminoácido cisteína.
Respecto a los alimentos que es mejor evitar, hay algunos que es preferible eliminar de nuestra dieta, como el consumo de bebidas alcohólicas, porque reducen la capacidad defensiva del organismo. También debe reducirse el consumo de sal.
Otros hábitos saludables para fortalecer el sistema inmunológico
Además de la alimentación, hay otras acciones que pueden ayudarnos a estar más fuertes frente a las agresiones externas.
Evitar el estrés
Hacer ejercicio regularmente
Descansar y dormir las horas suficientes cada día
Mantener una correcta hidratación
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