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Un alcalde gaditano, euskaldun e independentista en el pueblo alavés pegado a Logroño

El alcalde Villanueva, a la derecha, con los dirigentes alaveses de EH Bildu Eva López de Arroyabe e Ibon San Saturnino

Iker Rioja Andueza

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En el último confín de Euskadi –o en el primero, según la procedencia– hay un alcalde gaditano de origen pero vascoparlante e independentista después de las últimas elecciones. El 28 de mayo, por la noche, el líder de la coalición EH Bildu, Arnaldo Otegi, estaba exultante por el resultado electoral en las municipales y forales y repitió en varias ocasiones que habían ganado en Gipuzkoa, en Vitoria y “hasta en Oyón”. De 3.400 habitantes y ubicado en la comarca de la Rioja Alavesa, es un municipio pegado a Logroño, adonde se llega por una avenida recta con bodegas e industrias. Completa esta particular tri-state area, como lo llamarían en Estados Unidos, Viana, que pertenece a Navarra. En la capital riojana ganó el PP con mayoría absoluta (merced a una subida del 52% de los apoyos) y Vox irrumpió con dos ediles. Por poco, pero también en Viana ganó la derecha, en este caso UPN, aunque los socialistas gobiernan con pactos. A la vez, en su vecina localidad alavesa los independentistas subieron un 45% y los 'populares' bajaron un 6%. Ante la falta de acuerdo alternativo entre el PNV y el PP, la formación soberanista ha conseguido por vez primera la alcaldía con José Manuel Villanueva.

“Tengo 57 años. Mis padres son andaluces. Mi madre es de Sanlúcar de Barrameda y mi padre de Cádiz. Vinimos una comunidad de andaluces bastante importante. Vine en 1970, con cuatro añitos. Siempre he sido muy provasco, pero nunca he renegado de mi sitio de nacimiento. Digo con orgullo que soy andaluz”, explica Villanueva al otro lado del teléfono. Este alcalde es una de las muestras de en lo que se ha convertido EH Bildu, algo que va más allá de la antigua Herri Batasuna o del debate sobre ETA. Oyón es una zona no vascófona y la sociología y estructura económica, históricamente, ha sido mucho más próxima a la logroñesa que a la donostiarra, por ejemplo. La coalición también ha obtenido sus resultados más significativos en las dos capitales que tradicionalmente han sido menos nacionalistas vascas, Vitoria y Pamplona. “Creo que al ser nombrado alcalde he cerrado el círculo de la integración yo que he venido a Euskal Herria de otra región de España. Choca para los que no nos conocen. Hay una imagen de EH Bildu muy confusa. Dices EH Bildu e inmediatamente te ponen la etiqueta de ETA. La gente no se entera de que esto ha cambiado. Somos de izquierdas, independentistas. Euskal Herria es un país aparte de la península”, señala.

–¿Y cómo es posible que en Logroño se vote mayoritariamente a la derecha y al lado a una fuerza independentista?

–A los de Logroño les invito a vivir en Euskal Herria. Se darán cuenta de que esto es diferente. Es otro país. Oyón es el portal de Euskal Herria. La gente que viene de la Península entra por Oyón...

Gaditano de origen, es euskaldunberri por voluntad propia en una zona que no es precisamente vascoparlante. En 2016, el último informe del Instituto Vasco de Estadística (Eustat) catalogaba como únicamente castellanoparlantes al 81% de la población de la localidad, frente al 78% de los riojanoalaveses, el 72% de los alaveses y el 58% de los vascos. “Aprendí euskera. Era una inquietud. Nunca jamás lo había podido hacer, ni en el colegio ni luego, porque trabajaba a turnos. Pero tuve la oportunidad y fue al euskaltegi”, cuenta el regidor. Dice que tardó “poco tiempo” en dominar la lengua vasca, “cuatro años”. “Se me dan bien los idiomas. Cuando lo haces con gusto, mejor todavía”, apostilla.

En Oyón EH Bildu sacó cinco concejales por tres del PNV, dos del PP y uno de los socialistas. La victoria fue clara y contudente, pero aritméticamente había posibilidad de conformar una alternativa. De hecho, este municipio es también una excepción porque en Vitoria, en Durango y otros lugares las otras tres fuerzas se han unido para no permitir alcaldías abertzales. También ha ocurrido en Gipuzkoa con la Diputación. Pero, a última hora, el PNV renunció a liderar esa alternativa que con toda probabilidad iba a ser apoyada por PP y PSE–EE. No ha sido una digestión electoral fácil la del PNV en la comarca, particularmente por lo ocurrido en Labastida. Villanueva admite que las tres semanas que pasaron desde el escrutinio hasta la constitución del Ayuntamiento fueron “un volcán”. “Podían haber hecho un pacto los tres”, admite. Pero sostiene también que “no les iba a durar mucho” porque no se entendería en puertas de unas generales en las que, por ejemplo, 'populares' y socialistas se están echando los trastos a la cabeza. “Han tenido una buena dosis de sentido común”, interpreta.

En el pasado han gobernado PP y PNV. En la legislatura de 2011 a 2015 se hizo particularmente notorio el regidor 'popular' Rubén Garrido, que era enfermero de Osakidetza. Llegó a hacer huelga de hambre en el hospital de Logroño –cuya Sanidad gestionaba el PP entonces– para defender una atención a la comarca riojaalavesa de cercanía, sin necesidad de acudir a la más lejana Vitoria. Luego, en 2015, Garrido editó uno de los vídeos de campaña más recordados por su factura casera. Pero el PNV se quedó ese año el Ayuntamiento con Eduardo Terroba. Fue el año en que otro peneuvista, Gorka Urtaran, desalojó a Javier Maroto en la capital. Los 'populares' no pudieron evitar el juego de palabras con “Terroba” y “Urtaran” al verse desplazados del poder. Villanueva llevaba estas tres legislaturas en la oposición y estima que su trabajo de cercanía ha sido el germen del gran resultado logrado ahora. “Han sido doce años siempre con medidas sociales para que los ciudadanos puedan vivir mejor. Tenemos mucha falta de servicios. Creo que eso es lo que nos ha impulsado un poco a esta victoria”, estima. “Trabajaremos para que el cambio que ha pedido la vecindad sea una realidad en esta legislatura. ¡Brindemos por el futuro!”, escribieron desde EH Bildu a los electores en una carta tras la victoria.

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