Mathieu van der Poel, a sus 28 años, es el nuevo campeón del mundo de ciclismo en carretera. Hace solamente seis meses lo fue de ciclocrós también. En medio, ha ganado dos monumentos, la Milán-San Remo y la París-Roubaix. El nieto de Raymond Poulidor es el primer neerlandés de arcoíris en 38 años y ha dotado de especial épica a su victoria tras haberse levantado luego de una dura caída de la que ha salido magullado, con el maillot roto y sin la debida sujeción en los pedales. Pese a ello, ha triplicado su ventaja en tramo final.
Su archirrival desde los 14 años, el flamenco Wout van Aert, ha sido segundo. Pero ha entrado en solitario a un minuto y 38 segundos. El esloveno Tadej PogaÄar, segundo en el Tour de Francia, se ha llevado la medalla de bronce y ha dejado sin podio al exarcoíris Mads Pedersen. Las diferencias con el resto han sido muy grandes.
En 2023, ha habido un cambio de calendario y la prueba se ha ubicado entre el Tour de Francia y la Vuelta Ciclista a España. El ganador de 2022 y favorito para la próxima Vuelta, Remco Evenepoel, nunca ha dado la sensación de poder repetir el éxito de septiembre del pasado año ni ha exhibido el punto que tuvo la pasada semana en la Clásica de Donostia. El motivo del ajuste es que se han unificado pruebas de varias disciplinas como BMX o pista en una sola ciudad, Glasgow.
La carrera de este domingo ha partido de Edimburgo y tras 120 kilómetros por la verde y lluviosa Escocia, incluso en agosto, ha exprimido Glasgow en un circuito urbano con unas 450 curvas y duros repechos que se ha complicado más con las gotas de lluvia. Además de Van der Poel ha habido otras caídas. El portugués Joao Almeida ha ido al suelo incluso en la neutralizada. Sin embargo, ha acumulado un retraso de unos 50 minutos por unos manifestantes que se han pegado a la carretera con cemento.