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He soñado con el Banco de España y con Linde

Hay mañanas en que me levanto irritado. Generalmente como consecuencia de un sueño estridente, rayano en pesadilla, pero algunas veces mi irritación responde a un insomnio provocado. Hoy ha sido este el caso: no lo dejé resuelto cuando apareció la noticia en los diarios, y he pasado gran parte de la noche buscando palabras que pudieran definir la rotunda maldad contenida en el Gobernador del Banco de España, Luis María Linde, que presentó un Informe en el que propone que se pueda contratar a parados por un salario inferior al Salario Mínimo, que está en 645,3 euros al mes.

¿La justificación? Sencilla: “La gravedad de la situación por la que atraviesa el mercado laboral aconseja mantener y profundizar el impulso reformador mediante la adopción de medidas adicionales que promuevan la creación de empleo a corto plazo y faciliten la flexibilidad de los salarios”. Y aconseja dejar de aplicar el salario mínimo a trabajadores de baja cualificación o con mayores dificultades de empleabilidad para evitar que actúe como restricción a la hora de contratarles. El Gobierno no ha dicho nada porque su estrategia es esperar a que los 'globos sonda' hagan su efecto. Si tuvieran dignidad Rajoy y los suyos habrían enmudecido al osado Linde con un exabrupto, más aún, estarían planteándose ya el relevo de este desalmado Banquero Mayor, procaz, deslenguado y sinvergüenza.

El tal Gobernador viene a percibir más de 150.000 euros al año, lo cual daría para más de diez contrataciones del nivel que propone. Teniendo en cuenta que es el Ministerio de Economía el que ha fijado su sueldo, debería ser el mismo Ministerio el que le sellara la boca y le amenazara con botarle de su cargo (con B). ¿Por qué no lo hace? Sencillamente porque está de acuerdo. De Guindos está de acuerdo, y si él está, también Rajoy aunque sopesará si el remedio (trabajo miserable) es mejor que la enfermedad (alta tasa de paro) en lo que respecta a la cosecha de votos.

Rajoy juega con ventaja. Sabe que los españoles lo están pasando tan mal que incluso agradecerían una limosna, pero su responsabilidad ha de ir más lejos que alimentar con solo pan y agua a los hambrientos y sedientos, porque se trata de tratar con dignidad a las personas. Desde luego, las palabras del Sr. Linde son una provocación a la que deben responder no sólo los ya caídos en desgracia sino todos los demás, o sea, quienes aún no hemos sentido con demasiada furia en nuestras propias vidas los azotes de tanta desigualdad que permite, por ejemplo, que este Sr. Linde, que calla cada vez que se publican las multimillonarias jubilaciones de los banqueros, sienta tan bochornoso golpe en su conciencia como para proponer que la miseria se pueda combatir con más miseria aún.

Y lo dicho, que el Gobierno del PP está involucrado en esta especie de premonición para la que solo sirven dos tipos de respuesta, o el reproche o la reacción. O las dos cosas a la vez. ¿A quién puede extrañar que el Sr. Linde sufra un 'escrache' por parte de los casi dos millones y medio de parados que viven en hogares en los que no entra ningún ingreso? ¿A quién puede extrañar que alguno de esos parados, al verle por la calle, se tome la justicia por su mano y, como poco, le propine un puntapié recordando a sus hijos, menesterosos incluso de ilusión? Alguien dirá que incito a la violencia, pero no, sólo comprendo a quienes deseando vivir con decencia y dignidad les niegan toda posibilidad de alcanzarlas.

Hay mañanas en que me levanto irritado. Generalmente como consecuencia de un sueño estridente, rayano en pesadilla, pero algunas veces mi irritación responde a un insomnio provocado. Hoy ha sido este el caso: no lo dejé resuelto cuando apareció la noticia en los diarios, y he pasado gran parte de la noche buscando palabras que pudieran definir la rotunda maldad contenida en el Gobernador del Banco de España, Luis María Linde, que presentó un Informe en el que propone que se pueda contratar a parados por un salario inferior al Salario Mínimo, que está en 645,3 euros al mes.

¿La justificación? Sencilla: “La gravedad de la situación por la que atraviesa el mercado laboral aconseja mantener y profundizar el impulso reformador mediante la adopción de medidas adicionales que promuevan la creación de empleo a corto plazo y faciliten la flexibilidad de los salarios”. Y aconseja dejar de aplicar el salario mínimo a trabajadores de baja cualificación o con mayores dificultades de empleabilidad para evitar que actúe como restricción a la hora de contratarles. El Gobierno no ha dicho nada porque su estrategia es esperar a que los 'globos sonda' hagan su efecto. Si tuvieran dignidad Rajoy y los suyos habrían enmudecido al osado Linde con un exabrupto, más aún, estarían planteándose ya el relevo de este desalmado Banquero Mayor, procaz, deslenguado y sinvergüenza.