Blogs Opinión y blogs

Sobre este blog

La importancia de creer a los niños, niñas y adolescentes

0

El caso de Gaztelueta es un caso de manual. Una mirada adultocéntrica y una falta de formación específica en Infancia y Abuso sexual provocan sentencias como esta. Juan, Pepe, Miriam, Iratxe, Juan Carlos, Pau… #YoSiOsCreo

El abuso sexual infantil, al igual que la explotación sexual, la pornografía infantil, la trata con fines de explotación sexual, el turismo sexual…son formas de violencia que atentan contra su integridad psíquica y emocional, contra su libertad sexual, contra el bienestar y desarrollo de niñas, niños y adolescentes. Cuando hablamos de abusos a menores, hablamos no solo de un abuso sexual y de confianza, hablamos también de una vulneración de Derechos Humanos. Existe un desequilibrio de poder entre el abusador y la víctima que provoca un SILENCIO aterrador en el o la menor. El abuso sexual en menores es un proceso paulatino, primero el adulto, repito mayoritariamente hombres, normales y corrientes; tu vecino, hermano, cura, profesor.., se ganan la confianza del niño, niña o adolescente, y le convence de que lo que esta pasando es normal (amor disfuncional), provocando que el o la menor se quede atrapada en un estado de culpabilidad, miedo, ansiedad, generando un pesado silencio por miedo a las consecuencias (venganza, impacto sobre la familia, vergüenza, culpabilidad, etc.), al no saber cómo manejar esa situación, recordemos que es un menor.

Es muy difícil para un niño, niña o adolescente, denunciar el abuso, principalmente porque no se le cree, además de saber que para un menor es muy difícil en esas edades construyan esos relatos, si no les creemos es por esa mirada adultocéntrica y de superioridad con la que tratamos a los y las menores.

La realidad, en ocasiones, es tan dura que nos cuesta creer que muchos niños, niñas y adolescentes son víctimas de abuso sexual en la infancia. Cuando hablamos de abusos hablamos de tocamientos, violación, acoso sexual, exhibicionismo, chantaje sexual, etc. Según La Organización Mundial de la Salud, especifica que una de cada 5 mujeres y 1 de cada 13 hombres declaran haber sufrido abusos sexuales en la infancia. Entre el 70% y el 85% de los menores conocen a su agresor, es decir la mayoría de los niños, niñas y adolescentes son víctimas de personas, mayoritariamente hombres, de su confianza. Los datos apuntan a que casi seguro, sin saberlo, conocemosa niños, niñas o adolescentes que están siendo víctimas de abuso sexual. Esos menores están en nuestros barrios, en el colegio de nuestros hijos, en nuestro propio círculo familiar o de amistades, pero su sufrimiento permanece oculto y silenciado porque preferimos mirar para otro lado, lo que no se nombra no existe.

En el Estado español, según la organización Save The Children en el informe “Ojos que no ven” calcula que se denuncian tan solo un 15% de los abusos a menores y además que el 70% de las denuncias no llegan a juicio oral. Es decir, solo tres de cada 7 denuncias no llega a juicio oral y las causas poco tienen que ver con la veracidad de las denuncias.

Según todas las personas especialistas llevamos años avanzando a ciegas, sin una foto real de la dimensión de esta vulneración de Derechos Humanos. No existen políticas que trabajen de forma integral la memoria, la verdad y la reparación

El pasado 30 de mayo de 2019, se aprobó en el Parlamento Vasco la creación de una ponencia para realizar un estudio que brinde propuestas para la prevención, verdad y reparación en los casos de abusos sexuales y el 12 de Junio se constituyó la ponencia. Durante el poco tiempo que estuvo abierta la ponencia, se cerró sin acabar por el adelanto electoral, comparecieron más de 30 personas, entre ellas; expertas en la materia, responsables de Servicios Sociales, el inspector general del Departamento de Educación, jefes de la División de Investigación de la Policía Local de Bilbao, San Sebastián y de Vitoria-Gasteiz. jefe de Investigación Criminal y Policía Judicial de la Ertzaintza , la responsable de la Oficina de la Infancia y la Adolescencia, del Ararteko, la fiscal de Menores, representantes de Unicef, Save the Children…, en la inmensa mayoría de las comparecencias se repetía una y otra vez que las instituciones educativas, deportivas, judiciales, los servicios sociales etc. no están preparados para escuchar y atender con todas las garantías de no revictimización y garantizar la plena protección del o la menor, por carecer de personal cualificado en Infancia, adolescencia y Abusos Sexuales. Según todas las personas especialistas llevamos años avanzando a ciegas, sin una foto real de la dimensión de esta vulneración de Derechos Humanos. No existen políticas que trabajen de forma integral la memoria, la verdad y la reparación para todas aquellas personas supervivientes que denunciaron cuando ya habían prescrito sus abusos, para quienes fueron capaces de hablar y no obtuvieron respuestas institucionales y además ahora no tienen posibilidades de un proceso judicial, o simplemente no se les ha creído, ni se les cree, o lo que es peor, como por ejemplo en el caso Gaztelueta, es insultante que la falta de formación e información en Abuso Sexual en la Infancia en juececes y fiscales provoquen sentencias que perjudican y revictimizan a todas las víctimas de abuso. Que no entiendan que para un niño, niña o adolescente es muy difícil contar esa horrible vivencia y que lo hacen cuando pueden y como pueden, a veces en capítulos, y no como nos gustaría a los adultos. El Supremo en su fallo, se olvida de todos los profesionales que testificaron en el juicio y que corroboraban la versión de la víctima. Una vez más la justicia esta obsoleta.

Solo espero y deseo que la ponencia se ponga las pilas, que acaben con el trabajo pendiente y que apuesten por una batería de medidas valientes y a la altura de todas las víctimas de abuso sexual en la infancia y adolescencia. #YoSiOsCreo 

El caso de Gaztelueta es un caso de manual. Una mirada adultocéntrica y una falta de formación específica en Infancia y Abuso sexual provocan sentencias como esta. Juan, Pepe, Miriam, Iratxe, Juan Carlos, Pau… #YoSiOsCreo

El abuso sexual infantil, al igual que la explotación sexual, la pornografía infantil, la trata con fines de explotación sexual, el turismo sexual…son formas de violencia que atentan contra su integridad psíquica y emocional, contra su libertad sexual, contra el bienestar y desarrollo de niñas, niños y adolescentes. Cuando hablamos de abusos a menores, hablamos no solo de un abuso sexual y de confianza, hablamos también de una vulneración de Derechos Humanos. Existe un desequilibrio de poder entre el abusador y la víctima que provoca un SILENCIO aterrador en el o la menor. El abuso sexual en menores es un proceso paulatino, primero el adulto, repito mayoritariamente hombres, normales y corrientes; tu vecino, hermano, cura, profesor.., se ganan la confianza del niño, niña o adolescente, y le convence de que lo que esta pasando es normal (amor disfuncional), provocando que el o la menor se quede atrapada en un estado de culpabilidad, miedo, ansiedad, generando un pesado silencio por miedo a las consecuencias (venganza, impacto sobre la familia, vergüenza, culpabilidad, etc.), al no saber cómo manejar esa situación, recordemos que es un menor.