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A Patxi López: para unir el PSOE, para cambiar el PSOE, para salvar al PSOE

Estuve escuchando a Patxi, precandidato a la secretaría general del PSOE. Nos pidió ayuda a los militantes porque “hay que evitar el choque de trenes y unir al partido”. En palabras suyas se trata de “salvar al PSOE”.  Nos dice que él es quien puede unir al partido que está roto; nos plantea cuestiones orgánicas interesantes referidas a la participación de la militancia en decisiones que generen división, la doble vuelta en primarias para que salga reforzado el liderazgo de quien salga elegido, la capacidad de que el secretario general pueda nombrar a una parte significativa de su ejecutiva… todas ellas cuestiones sensatas  y aceptables.

En las cuestiones programáticas (ver El Correo 06.03.17 Mi propuesta para el PSOE) ya no hay tanto nivel de concreción, salvo la derogación de la reforma laboral y algo de fiscalidad más justa, federalismo…un pobre bagaje programático cuando la gestora acaba de publicar su documento marco socioeconómico y cuando, sobre todo,  hay un proyecto alternativo titulado “Somos socialistas Por una nueva socialdemocracia” que está en  línea con lo que plantea  la izquierda socialdemócrata ante la situación actual para recuperar el espacio perdido. Hay que optar:  neoliberalismo o cambio socialdemócrata puro.

Como se trata de aclararse para luego votar, no nos hagamos trampas ni nos caricaturicemos en nuestras propuestas; la propuesta de Pedro Sánchez ni es la “destilación de la pureza de la izquierda” que espanta a la mayoría de la sociedad,  ni tiene vocación de chocar con la mitad del partido para hacerlo saltar por los aires,  ni pretende entregarse en manos de nadie. Pedro Sánchez presenta una propuesta de liderazgo y de proyecto socialdemócrata sólido, sensato y honesto que,  a día de hoy,  no ha sido rebatida por nada ni por nadie en ninguno de sus puntos. Actualmente es el texto de referencia para el debate y para unir al PSOE.

Ser y representar es la base de todo. Es difícil no ver la diferencia entre lo que representa  Patxi López (aparato)  y lo que representa Pedro Sánchez (militancia). Los dos son socialistas. Por eso su suma, su unidad tras el NO,  era una garantía para ganar; somos muchos los que seguimos sin saber lo que pasó para que no vayan juntos en este proceso. Pero  no se nos puede encajar la responsabilidad de la fractura entre dirigentes y dirigidos, a los que optamos por Pedro. La responsabilidad es de quienes nos llevaron a la ruptura  el 1 de octubre. Y ahí sólo con constatar que en el equipo de apoyo  de uno están los dos últimos secretarios de organización del PSOE, Oscar López y Cesar Luena y los dos  del PSE-EE  el porcentaje de responsabilidad adquiere dimensiones considerables;  la mejor manera de abordar la ruptura entre bases y dirección era que los que defendieron el No a Rajoy  se hubieran presentado juntos,  precisamente para evitar o reducir el gran distanciamiento entre las bases y la dirección, precisamente para que  la afiliación se reconciliara con algunos de sus dirigentes que habían votado abstención por “ imperativo orgánico” etc… ; pero vamos separados y pretende Patxi López imputar a Pedro la responsabilidad exclusiva de la división creada  y argumentar que, por tanto,  no puede ser parte de la solución. Es una opinión inaceptable; por cierto,  muy alimentada en algunos medios. Como si los que integran el equipo  de Patxi López no tuvieran pasado, ni fueran parte de lo sucedido y los responsables de aquel comité federal del 1 de octubre se hubieran desvanecido. Asumir responsabilidades es prioritario para alguien que dice que una de sus prioridades es unir y evitar el choque de trenes.  

No podemos dar por buena, por tanto,  la descalificación de que  estamos contribuyendo al choque de trenes y a la división por apoyar al candidato que, precisamente,  más ilusión genera entre la militancia. Queremos convencer y estamos dispuestos a oír propuestas que nos convenzan, porque queremos la unidad y tenemos un buen proyecto para lograrlo. Es evidente que, a día de hoy, sólo  contamos con el apoyo de una parte de la militancia: toda la militancia que quiere el cambio del PSOE  para cambiar el gobierno de España. Esa misma militancia que consideraba que había que intentar un gobierno de cambio a pesar de los  Lambán, Page, Fernández Vara, Fernández,  Puig, Susana Díaz y los históricos del felipismo como el propio Felipe, Rubalcaba, Corcuera, Rodríguez Ibarra.... Esa militancia quemada con el grupo Prisa , que quiere un proyecto autónomo  del poder financiero y  que no acepta que sean ellos quienes deban decidir la estrategia del PSOE, ni poner ni quitar SG,  como bien dijo Joseph Borrell . Son los militantes que pensaban que si no se conseguía  el gobierno de cambio había que consultar a las bases. Son los militantes que vieron cómo los integrantes del Cte. Federal del 1 de octubre  tampoco se avinieron a la consulta, [como hizo el SPD para la “gross koalition” alemana con Merkel ] y en su lugar abrieron en canal el PSOE ,constituyendo  una gestora que puso de manifiesto que toda la estrategia de acoso y derribo del secretario general estaba orquestada por los 17 dimisionarios y contaba con gran complicidad mediática para disolver su ejecutiva,  forzar su caída, y entregar el gobierno al PP para mayor gloria y honor de la presidenta de Andalucía.

El 1 de Octubre quedó  en evidencia la organización en su conjunto; y en especial aquellos que habían sido partidarios de la coalición con el PP que nunca antes habían defendido la necesidad de hacerlo; no tuvieron el coraje de hacerlo porque si lo hacían perdían los congresos ( Fernández dixit) .

Incluso,  cuando ya era evidente la división y la ruptura del PSOE, se planteó la conveniencia de la“ abstención técnica”  y se volvió a optar por la peor de las opciones; la Gestora y el Grupo parlamentario socialista obligaron a que todos los parlamentarios se abstuvieran a riesgo incluso de que los independientes y los del PSC se fueran al grupo mixto y formaran un grupo parlamentario aparte. Ya sabemos el resultado y sus consecuencias. 

Todos estos hechos (y otros) no se pueden olvidar, Patxi. Es evidente que la responsabilidad de la ruptura la tiene quien conspiró, alentó y ejecutó la decapitación de Pedro Sánchez y entregó el gobierno al PP.

Por ello, no es de recibo colocar en el mismo nivel de responsabilidad a la víctima y  a los victimarios; a la militancia y al aparato. La militancia fue engañada, los votantes fueron engañados y como tal se sienten. Ese es el punto de partida de la situación actual; es la razón por la que hay que volver a hacer primarias y convocar congreso extraordinario cuanto antes.

La responsabilidad no es de todos por igual; todos no somos culpables ni responsables. La afiliación que ahora será  llamada a votar en primarias empatiza lógicamente con la víctima del proceso (Pedro Sánchez)  precisamente por eso, por lo que representa más que por lo que es; por eso se ha convertido en la referencia alternativa y aglutinadora de la mayoría de la militancia que no está de acuerdo con la ignominia cometida. ¿Pelillos a la mar? Pues no. No se nos ha hecho caso, se ha dilatado el proceso por parte de la Gestora adecuando el calendario a los intereses de una tercera candidatura. No es afán de venganza,  sino la necesidad de expresar su parecer orgánicamente, poner a cada uno en su sitio y  así recuperar la normalidad. No es de recibo que el partido que más necesitaba realizar su congreso extraordinario en España, a día de hoy, esté sin hacerlo y sin liderazgo por culpa de una gestora que, además,  se excede en sus competencias.

Para pensar en recuperar el voto perdido, hay que  buscar la manera de recuperar la credibilidad: decir de antemano lo que se va a hacer para luego someterse al criterio de afiliación y votantes. Se acabó decir una cosa y luego hacer otra. El proyecto compromete y hay que dar cuenta de ello.  “Achicar espacios” a Podemos no se hace con formulaciones genéricas y sin compromisos concretos. ¿Cuánto de exigente  vamos a ser con todas las cláusulas abusivas de las hipotecas,  que están definidas desde la Directiva 93/13 del Consejo de 5 de abril de 1993 y consideradas nulas?¿Cuánto de exigente con las eléctricas y su oligopolio? ¿Cuánto de exigentes en la lucha contra el cambio climático?  ¿Cuánto de exigentes  con las multinacionales en materia de recaudación fiscal del impuesto de sociedades? ¿Cómo de exigentes con la Iglesia que sigue sin pagar impuestos y dedica los generosos ingresos del estado a sus medios televisivos de propaganda mediática y siendo España un estado aconfesional no nos cuestionamos los acuerdos con el Vaticano del 79? ... La respuesta a estas exigencias y otras  no le convierte a uno en un izquierdista extremo sino en un socialdemócrata del siglo XXI que pretende dar respuesta a las necesidades de los ciudadanos españoles y a los abusos que padecen en precariedad, paro, pobreza y desigualdad.

Estimado Patxi, si un compañero  como Ramón Jaúregui designado por la Gestora responsable de la ponencia marco,  dice a poco de que te postularas como candidato  en el medio de comunicación más leído de Euskadi , que no ve diferencia entre tu proyecto y el de Susana Díaz … y si un señor tan locuaz como José Bono en un programa de Tele5 afirma en “prime time”  que ganará Susana y contará con Patxi, creo que debería ser objeto de tu preocupación y merecería que aclarases lo que representas para que los militantes del partido especialmente en Euskadi y Navarra sepan lo que votan y a quién apoyan. Tienes todo el derecho a no hacerlo, por supuesto,  pero yo también a pedirte que lo hagas por el bien del debate franco al que nos debemos. Al fin y al cabo se trata de no generar esa sensación de  “cambiar algo para que todo siga igual y, lo que es más importante,  sigan los mismos que nos han traído a esta situación”.  

Dices Patxi que entre Hollande y Corbyn prefieres a Martín Schulz; hombre,  veremos cómo acaba el ilusionante resultado de  las últimas encuestas alemanas en septiembre. A día de hoy, yo prefiero la realidad contante y sonante y,  no de encuesta,  del gobierno de izquierdas del socialista Antonio Costa en Portugal; un gobierno de izquierdas  que fue posible en España si los agentes concernidos hubieran antepuesto la agenda social y económica a otros intereses partidistas. No nos hagamos trampas ni menospreciemos a nadie.

No hay, en mi opinión,  a día de hoy,  proyecto alternativo y de cambio alguno salvo el de Pedro Sánchez. El texto de la gestora en materia económica no lo defienden ni los que lo han redactado porque, al margen de olvidarse de la reforma laboral,  es indefendible por su vacuidad. “Salvar al PSOE”  es salvar a la socialdemocracia en Euskadi, en España y en Europa. Para ello hace falta una nueva socialdemocracia del siglo XXI. Tal y como la hemos reformulado en el documento presentado por Manu Escudero, Cristina Narbona, Pedro Sánchez y otros el 20.02.17 en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Nosotros, modestamente,  desde Álava  contribuimos a ello enviando nuestra aportación tras el debate celebrado por la plataforma de apoyo el 9 de Febrero en Vitoria-Gasteiz. Veremos el texto final de Madina y la gestora lo analizaremos. La ilusión es grande y el reto enorme.

Somos socialistas y queremos que las primarias sean una oportunidad de hacer un debate franco,  sereno y respetuoso para hacer un PSOE renovado, rejuvenecido,  actualizado, más fuerte y unido. Todas las organizaciones necesitan  un proyecto que las aglutine, y es en torno a él como se crea el liderazgo compartido para llevarlo adelante con el concurso de toda la militancia. Tenemos líder, Pedro Sánchez, proyecto y la ilusión de la afiliación por el cambio; no contamos con el apoyo ni la infraestructura de otros candidatos pero lo supliremos con más trabajo y más ilusión.

Estuve escuchando a Patxi, precandidato a la secretaría general del PSOE. Nos pidió ayuda a los militantes porque “hay que evitar el choque de trenes y unir al partido”. En palabras suyas se trata de “salvar al PSOE”.  Nos dice que él es quien puede unir al partido que está roto; nos plantea cuestiones orgánicas interesantes referidas a la participación de la militancia en decisiones que generen división, la doble vuelta en primarias para que salga reforzado el liderazgo de quien salga elegido, la capacidad de que el secretario general pueda nombrar a una parte significativa de su ejecutiva… todas ellas cuestiones sensatas  y aceptables.

En las cuestiones programáticas (ver El Correo 06.03.17 Mi propuesta para el PSOE) ya no hay tanto nivel de concreción, salvo la derogación de la reforma laboral y algo de fiscalidad más justa, federalismo…un pobre bagaje programático cuando la gestora acaba de publicar su documento marco socioeconómico y cuando, sobre todo,  hay un proyecto alternativo titulado “Somos socialistas Por una nueva socialdemocracia” que está en  línea con lo que plantea  la izquierda socialdemócrata ante la situación actual para recuperar el espacio perdido. Hay que optar:  neoliberalismo o cambio socialdemócrata puro.