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Salud mental y Educación: es necesario hablar
El pasado septiembre el Instituto de Estudios Educativos y Sindicales (IEES), de la Fundación 1º de Mayo, publicó el informe La salud mental en Educación. Un documento de 150 páginas que pretende hacer su contribución a la demanda social de medidas preventivas hacia un problema persistente en la actividad educativa, que, tristemente ha adquirido más visibilidad mediática ante la difusión de medidas suicidas por parte de cierta población adolescente.
El texto comienza con una introducción de Alexander Elu Terán, (“Crecer y educar saludablemente: estado actual de la salud mental infanto juvenil y sus retos) que señala la incidencia de la pandemia como un elemento motor a la hora de colocar los problemas de salud mental en la infancia y adolescencia en el centro del debate público. De ahí su insistencia en que el tratamiento de la salud mental es un reto de equidad ya desde la infancia al que no se puede sustraer ninguna administración pública, pero, que, sin embargo, se convierte en una permanente carrera de obstáculos.
El informe, a partir de la introducción, aborda la visión profesional de la salud mental con un artículo de Ana Isabel Sanz García que afronta el presente de la enfermedad mental infanto juvenil para buscar soluciones de futuro. Tras unas páginas en las que detalla las secuelas emocionales del COVID-19, especialmente durante el periodo de confinamiento, la autora se centra en señalar las tipologías derivadas de los trastornos de ansiedad, depresión, del comportamiento alimentario, autolesiones y suicidio. Por ello, es importante concluir trabajos de prevención y atención a la salud mental del y de la menor, con un diálogo fluido entre las y los profesionales educativos, los de Atención Primaria y las y los encargados sociales.
Bajo el epígrafe de la visión adolescente, Carmen Viñas Redondo ha trabajado la prevención del suicidio en el ámbito escolar. Para ello, plantea desmontar ideas preconcebidas del suicidio y presentar estrategias de intervención en riesgo especialmente de las y los adolescentes: Ideación, comunicación, amenaza, plan, tentativa y suicidio consumado. Viñas incide en lo que define como Propuesta salutogénica, que pone énfasis en el origen de la salud y está ligada al concepto de “activos en salud”, o factores que potencien la capacidad de los individuos y de las comunidades para mantener la salud y el bienestar, optando por las opciones que generan salud en positivo.
La visión actual, tercer epígrafe del informe, recoge el trabajo de Luis Fernando López Martínez (“La letalidad del silencio: retos y desafíos futuros de la autolesión y la conducta suicida en la era digital”) en el que señala la relación entre el uso de redes sociales e Internet con el comportamiento suicida. Y es especialmente sensible en lo que tiene que ver con las autolesiones. En su opinión, es imperativo reeducar a los profesionales, agentes sociales y a la sociedad que abarrota el ciberespacio en busca de respuestas hasta convertir las redes sociales en aliadas de crecimiento psicoeducativo de la juventud.
Jaume Funes, desde hace mucho tiempo ligado a entender y explicar la conducta adolescente, ha ofrecido la visión del profesorado. En “Cuidar la salud de quien ayuda a comprender la vida. Bienestar y malestar en la profesión docente” inicia su exposición con un sencillo lema: los educadores, las educadoras, nos dedicamos a humanizar la vida, una vida que acompaña a otras vidas“. Tras unas primeras páginas en las que desgrana el cuadro emocional de la docencia (Clases siempre llenas de radiación afectiva, Vivir en la disociación emocional permanente, Las insatisfacciones de los desconciertos educativos) se anima a portar ciertas soluciones, como Construir para curarse, a través de evitar que los depósitos se vacíen y de entender la salud mental y las terapias.
El informe dedica dos espacios para tratar el epígrafe de la Visión familiar, a través de dos asociaciones de familiares que trabajan con personas con enfermedad mental: ASAFES (Vitoria) y AFATRAC (Cataluña) exponen sus vivencias, organización y objetivos que desarrollan para hacer una convivencia más próxima, a la vez que exigen más apoyo material y humano de las administraciones comprometidas.
No podía faltar en este trabajo la Visión Sindical, en la que María del Carmen Mancheño Potenciano entrega un interesante trabajo (“Género como determinante de la salud mental, también del profesorado”) donde realiza una reflexión sobre la exposición a factores psicosociales y su impacto en la salud mental, siempre desde una mirada de género. Burnout, pandemia o el conflicto trabajo-familia son conceptos que han servido para establecer con claridad una diferenciación de género a la hora de estudiar la salud mental de las docentes.
El último epígrafe del informe revisa la Visión institucional, a partir de dos artículos: la aportación del Ministerio de Educación y FP y la del Gobierno Vasco. En el primer caso, y apoyándose en los mandatos de las leyes LOE y LOMLOE, el Ministerio ha diseñado un Programa para el bienestar emocional en el ámbito educativo (2022-2024) que ofrece a las administraciones educativas de las CCAA ayuda para cubrir las necesidades de atención al alumnado que muestre carencias en este ámbito emocional. En este programa se proponen entre otras actuaciones como coordinación con servicios sanitarios y colectivos que apoyen a la infancia y juventud, intercambio de experiencias o la incorporación de recursos humanos. Para todo ello se ha hecho un reparto proporcional entre las CCAA que supone la inversión de 5 millones €.
Por su parte, el Gobierno vasco, a través del Departamento de Educación, expone en el informe la Iniciativa Bizikasi por la convivencia positiva y contra el acoso escolar, donde se recogen las iniciativas que muchos centros escolares vascos realizan en este campo. Además, en colaboración con el Departamento de Salud y junto a las Diputaciones forales y EUDEL (Asociación de municipios vascos) se ha dado un impulso a la atención sociosanitaria, a través de la creación de equipos interprofesionales locales que trabajan con alumnado con dificultades de gestión de salud mental.
No es el momento de mirar para otro lado en un tema tan importante como es el de la salud mental en la educación y así lo han entendido estos nueve expertos y expertas que han puesto su saber para que este informe pudiese ver la luz. El detalle de sus exposiciones se puede completar en el siguiente enlace:
https://1mayo.ccoo.es/8a2aad2ebbc5a38058bde05b157a573f000001.pdf
El pasado septiembre el Instituto de Estudios Educativos y Sindicales (IEES), de la Fundación 1º de Mayo, publicó el informe La salud mental en Educación. Un documento de 150 páginas que pretende hacer su contribución a la demanda social de medidas preventivas hacia un problema persistente en la actividad educativa, que, tristemente ha adquirido más visibilidad mediática ante la difusión de medidas suicidas por parte de cierta población adolescente.
El texto comienza con una introducción de Alexander Elu Terán, (“Crecer y educar saludablemente: estado actual de la salud mental infanto juvenil y sus retos) que señala la incidencia de la pandemia como un elemento motor a la hora de colocar los problemas de salud mental en la infancia y adolescencia en el centro del debate público. De ahí su insistencia en que el tratamiento de la salud mental es un reto de equidad ya desde la infancia al que no se puede sustraer ninguna administración pública, pero, que, sin embargo, se convierte en una permanente carrera de obstáculos.