La EH Bildu de Otxandiano, a medio camino entre ser alternativa al PNV y ofrecerle incluso gobernar en coalición
Pello Otxandiano continúa, como Imanol Pradales, con sus actos de presentación como candidato a lehendakari, en este caso de EH Bildu. Este martes ha ofrecido una conferencia mayoritariamente en castellano en el Nueva Economía Fórum -patrocinado por Solaria y la BBK- donde Arnaldo Otegi, en la presentación, ha augurado que el ponente será o en 2024 o en 2028 el inquilino de Ajuria Enea. Tras una larga disertación sobre economía en la que ha cuestionado abiertamente el modelo del PNV con acusaciones de aplicar un marco “neoliberal” o de diseñar políticas al dictado de grandes corporaciones como Petronor, en el turno de preguntas ha vuelto a poner sobre la mesa un mensaje que lleva días lanzando en forma de píldoras, la articulación de un espacio “colaborativo” -incluso una “coalición”- entre fuerzas “progresistas”. Él mismo ha incluido aquí a los nacionalistas al dejar fuera solamente a la “derecha reaccionaria” representada por el PP o Vox.
En la parte económica, Otxandiano ha demandado un “giro copernicano” en Euskadi. No se trata de hacer un análisis “catastrófico”, como le acusa el PNV, pero sí de huir de la “autocomplacencia”. No todos los indicadores son buenos. “Urge la necesidad de leer adecuadamente el momento económico en que nos encontramos. Nos hemos dejado arrastrar por la corriente neoliberal [...]. Es hora de abandonar la inercia”, ha afirmado. Ha dado algunos ejemplos. Mientras España toma posiciones en Telefónica, Euskadi huyó de Euskaltel; y Petronor es “un ejemplo de cómo se han diseñado políticas públicas a imagen y semejanza de los intereses corporativos”. Al frente del grupo Repsol está el expresidente del PNV, Josu Jon Imaz. Ha llegado a añadir el candidato que con planes sobre combustibles sintéticos o hidrógeno verde como los que plantea esta petrolera “se está incurriendo en planteamientos claramente negacionistas”. Además, significativamente ha mencionado dos proyectos de infraestructuras que son un modelo de lo que no hay que hacer, el túnel subfluvial en la Ría de Bilbao y el Guggenheim de Urdaibai, quizás los dos planes más señeros de Pradales en la Diputación de Bizkaia.
Su metáfora ha sido la de un ordenador. La computadora vasca se ha quedado “obsoleta” y ya no vale con un “reset” para arreglar el problema. “Hay que actualizar el sistema operativo”, ha repetido, para que pueda instalar las “aplicaciones” que se precisan en el siglo XXI. Y ha citado la emergencia climática como la principal de todas ellas, aunque también avances en derechos laborales siempre desde la no “interferencia” de las políticas estatales.
Sin embargo, en el turno de preguntas y más en el plano político, EH Bildu insiste en su tesis de importar la fórmula de Navarra, una “agenda de país transformadora y progresista”. En ese “ser capaces de articulación de espacios cooperativos” Otxandiano incluye al PNV, a los socialistas y a la “izquierda confederal” y solamente excluye a la “derecha reaccionaria”. Su tesis es que lidere el Gobierno vasco la fuerza más votada de las cuatro. El análisis parte de la herida por los pactos alternativos a EH Bildu en Vitoria, Durango y Gipuzkoa, donde ganaron las elecciones pero ahora son comandadas por el PNV. Muestra de esa buena voluntad “colaborativa” ha explicado que EH Bildu apoyó los presupuestos de la capital vasca aunque nacionalistas y socialistas se apoyaran en el PP para quitarles la alcaldía. En las últimas semanas, EH Bildu ha llegado también a acuerdos con el Ejecutivo de Iñigo Urkullu con las cuatro últimas leyes de la legislatura, cambio climático, transexualidad, cooperación e infancia.
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