Barakaldo impulsa una compaña desde su área de Desarrollo Sostenible para acabar con el hábito de tirar colillas al suelo
Tirar las colillas al suelo es un hábito instalado en la sociedad. Una práctica habitual que, sin embargo, ocasiona un grave daño medioambiental. Para concienciar a la población sobre este problema, el segundo teniente de alcalde de Barakaldo, Carlos Fernández, y la concejala de Desarrollo Sostenible y Medio Natural, Alba Delgado, han presentado un conjunto de iniciativas.
Desde el área de Desarrollo Sostenible y Medio Natural se han puesto en marcha cuatro actuaciones: una acción de calle en forma de teatro de animación en clave de humor, la distribución de ceniceros portátiles de bolsillo para facilitar la eliminación de las colillas, la instalación de carteles informativos y llamativos en lugares públicos y establecimientos hosteleros y una actividad mediante bidones en centros escolares.
“Aunque aún mucha gente lo desconoce, las colillas son el principal residuo recogido en el medio ambiente mundial. Estos deshechos de cigarros tardan décadas en desaparecer y contaminan los mares, dañan la biodiversidad o provocan incendios forestales. Cada minuto 8 millones de colillas acaban en la naturaleza, impregnando los ecosistemas con más de 7.000 sustancias tóxicas, según explica un investigador de la Universidad Politécnica de Catalunya. Una sola colilla puede contaminar más de 1.000 litros de agua”, ha detallado Fernández.
Muchos fumadores siguen tirando las colillas al suelo. “No se paran a pensar ni un momento en la magnitud de este problema, que también pasa inadvertido entre el resto de la población. Es trabajo de todos no hacer la vista gorda y acabar de una vez por todas con este serio problema”, ha insistido Carlos Fernández. El teniente de alcalde ha recordado que arrojar colillas al suelo se considera en Barakaldo una infracción leve de Ordenanza Municipal de Limpieza Viaria, que conlleva normalmente una multa de 300 euros, aunque podría llegar hasta los 750.
Por los barrios
El teatro de calle consta de diez sesiones por los siguientes barrios: Cruces, Arteagabeitia-Zuazo, centro-Zaballa, San Vicente, Urban, Lutxana, Rontegi y Retuerto.
Según ha explicado Alba Delgado, “mediante esta acción de calle con animación se pone el foco en las malas costumbres que tenemos en el uso de la vía pública, con especial atención a la práctica de arrojar colillas al suelo, aunque también hay alusiones a las pipas, los papeles, chicles…”. Una brigada de limpieza compuesta por dos ‘operarios’ recorre las calles de Barakaldo y aborda de forma amable y en clave de humor a las personas que estén fumando por las calles, animándoles a hacer uso de las papeleras provistas de ceniceros que hay repartidas por el municipio. Es esta brigada humorística de limpieza la que regala también los pequeños ceniceros portátiles de bolsillo que se han elaborado, primando a aquellas personas que atienden sus indicaciones.
En cuanto a los carteles, llevan el lema de ‘Las calles sin colillas’ (en euskera, ‘Zigarrokinik gabeko kaleak’ y en ellos se recuerda que una colilla es muy contaminante y debe depositarse en el cenicero adecuado. “También se alerta que este residuo tarda 12 años en descomponerse y que tirarla al suelo es una conducta incívica que conlleva sanción económica”, ha apuntado Delgado.
Por último, en los centros escolares la actividad consiste en una actividad de sensibilización, que incluye la instalación de bidones en parejas por la calle para realizar una campaña en la que se introduzca un guiño a la gamificación. De este manera, se han diseñado varios ejemplos en los que se da elegir entre dos opciones para que la persona que vaya a depositar la colilla elija su ‘preferida’ (lógicamente, en sentido irónico); ‘playa o montaña’, ‘lectura o cine’, ‘gato o perro’, ‘tortilla con cebolla o sin cebolla’, ‘carne o pescado’, ‘Jolín o Deabru’ (las mascotas de las fiestas de El Carmen), ‘Niko o Iñaki’ (por los hermanos Williams del Athletic), ‘pizza o burguer’.
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