A M., una de las enfermeras de pediatría del centro de salud de Cabieces en Santurtzi, dependiente de Osakidetza, algunas familias la llamaban 'la hierbas' –como el conocido personaje de 'Aquí no hay quien viva'– porque aprovechaba las consultas para recomendar a los padres tratamientos naturales o dietas veganas. “Mejor no poner carne o pescado a los purés, ponle algas”, les decía. La cosa cambió, a peor, cuando las recomendaciones culinarias comenzaron a acompañarse de charlas “antivacunas” justo cuando iba a vacunar a los niños, algo que hacía de forma rápida y precipitada con actitudes que llamaron la atención de algunos padres que empezaron a sospechar que la enfermera fingía que vacunaba, pero que no lo hacía. Hasta ahora 42 padres y madres han interpuesto una denuncia colectiva ante el juzgado contra esta enfermera, pero esperan ser más, porque como señala su abogado, Aitzol Alsa, “no se sabe a ciencia cierta a cuántos niños ha afectado”.
Osakidetza tiene abierto un expediente informativo después de que, tras hacerse público el caso en el mes de octubre, hiciera pruebas serológicas a los niños y comprobara que no tenían anticuerpos de las enfermedades para los que presuntamente se les había vacunado por esta enfermera. Desde Osakizatza se llamó a unas 50 familias y les propuso volver a vacunar a los niños que no tenían una dosis correcta de anticuerpos. Posteriormente amplió la investigación a 400 niños incluidos en el cupo de esa enfermera.
Los padres se han unido para presentar esta demanda por lo penal, en principio por dos presuntos delitos: falsificación de documentos, por inscribir en el historial de los niños que estaban vacunados cuando no lo estaban, y por malversación de fondos públicos, por desperdiciar unas vacunas que suponen un coste. Pero la intención es que, si se demuestra durante el procedimiento de instrucción que a afecta un colectivo importante de niños, la denuncia pueda ampliarse a “delito contra la salud pública”. Son niños que podían haber contraído las enfermedades para las que sus padres creían que estaban vacunados. “Todo saltó en el mes de octubre, en septiembre hubo un brote de meningitis y nosotros pensando que nuestro hijo estaba vacunado le seguimos llevando a la guardería. Nuestro hijo podía haber cogido meningitis y nosotros pensando que estaba vacunado”, señala Laura, la madre de uno de los niños afectados. Tras la admisión de la denuncia la magistrada tomará declaración a todos los denunciantes, desde el 6 hasta el 22 de marzo y pedirá información a Osakidetza sobre los niños que puedan estar afectados. El 4 de mayo ha citado a declarar a la enfermera.
Mi marido y yo le preguntamos por las vacunas que no figuraban en el calendario vacunal y nos soltó una chapa sobre las contraindicaciones. Ahí ya me quedó todo claro
Laura relata que esta enfermera siempre le pareció “peculiar”, pero que empezó a sospechar de ella cuando a los dos meses de dar a luz a su hijo Mikel preguntó a la pediatra si se podía vacunar de la COVID–19, ya que no lo había hecho durante el embarazo. “Mi pediatra me animó a hacerlo y me dijo que además, si daba el pecho a mi hijo le pasaba así los anticuerpos al crío. A continuación nos quedamos en la consulta con la enfermera que nos dio un 'speech' negacionista diciendo que no me vacunara”. Y fue más allá de la vacuna contra la COVID–19. Según relata Laura, ese mismo día les dijo que “hay vacunas que se ponen a los niños que no hacen falta, que no son importantes. Como la del tétanos, por ejemplo. Lo mejor es que a tu hijo le dejes andar por la hierba y las micro roturas que hace el césped en la plata del pie son una vacuna natural”. “Me quedé helada, porque mi hijo tenía entonces 2 meses”.
A partir de entonces, estuvo atenta a la enfermera porque empezó a sospechar que no vacunara al niño. “La primera se la puso seguro porque estuve muy atenta, y me sentí mal, como una madre histérica, que era cosa mía. Pero luego había veces que me daba la sensación que la ponía muy rápida, que parecía que no había dado tiempo, pero yo pensaba que era una profesional, que estamos hablando de Osakidetza, que no estamos hablando de un curandero y que era una cosa mía. Pero ya estábamos mosqueados por las charlas antivacunas y luego mira, teníamos razón”.
Imposible hacerlo tan rápido
Otra de las madres afectadas, que prefiere no dar su nombre, también asegura que esta enfermera “siempre” le suscitó dudas por la rapidez con la que ponía la vacuna. “Era todo muy raro, no sé explicarlo. Era como abría la vacuna, en una especie de lavabo tapado por un armarito y ni veías como lo hacía, agarrabas al bebé e inmediatamente te decía que ya estaba vacunado. A mí me parecía que era imposible hacerlo tan rápido y claro, a mi hijo han tenido que volver a ponerle todas las vacunas”. “Mi marido y yo le preguntamos por las vacunas que no figuraban en el calendario vacunal y nos soltó una chapa sobre las contraindicaciones de las vacunas. Ahí ya me quedó todo claro”. En septiembre la llamaron diciéndole que se había producido un error de calendario en una de las vacunas. “Cuando fui vi que esta enfermera no estaba. Hablé con la jefa de enfermeras y le trasladé mis dudas y pedí una serología porque pensé que mi hijo no estaba vacunado, y cuál fue mi sorpresa cuando vi que yo no era la única y había ya otras tres familias que habían planteado las mismas dudas”.
Alguno de los padres fue a poner a su hijo la vacuna bexsero, para la meningitis, que en ese momento era de pago por no estar incluida en el calendario de vacunas y la enfermera no se la quiso poner argumentando que ya la tenía puesta, pese que al ser de pago, los padres sabían perfectamente que no se la habían inoculado.
Según se detalla en la denuncia, presentada en los juzgados de Barakaldo, en el mes de octubre varios padres de los niños atendidos por esta enfermera en el ambulatorio de Cabieces pusieron en conocimiento del Servicio Vasco de Salud el comportamiento extraño que habían identificado en ésta a la hora de la inoculación de sus hijos. “La enfermera pinchaba la jeringuilla a los niños con rapidez y de forma precipitada la retiraba y la arrojaba directamente a la papelera con la dosis en su interior. Asimismo, hacía determinados comentarios antivacunas, y otros comportamientos que levantaron las alarmas de los progenitores”. “En consecuencia, Osakidetza inició un proceso de investigación para esclarecer los hechos; proceso que inició con la realización de pruebas serológicas a algunos de los niños que habían sido atendidos por la mencionada enfermera a fin de detectar la presencia de anticuerpos en su organismo. Fruto de ese proceso de investigación, se encontraron con que algunos niños, no portaban anticuerpos en su organismo. Por tanto, ante la existencia de serios indicios de que la inoculación se había simulado, Osakidetza, en un claro reconocimiento de los hechos denunciados por los padres, se puso en contacto con los progenitores de los menores, para repetir la vacunación”. “En el mencionado procedimiento informativo iniciado por el Servicio Vasco de Salud, se solicitó por parte de los padres afectados, y ahora denunciantes, su personamiento como interesados en el mismo, y la facilitación de toda aquella documentación e información relevante para el ejercicio de las acciones legales pertinentes. Información que podrá ser presentada ante este Juzgado cuando se disponga de ella. A día de hoy, estamos a la espera de obtener una respuesta por parte de la Administración”.
Fuentes de Osakidetza consultadas por elDiario.es/Euskadi han señalado que “en estos momentos el expediente sigue su curso” y han asegurado que Osakidetza tomó en su momento medidas exhaustivas para esclarecer los hechos y lograr que los niños contaran con una correcta inmunidad. “Por el momento toca esperar”, han señalado, insistiendo en que actuación del Servicio Vasco de Salud “fue inmediata con el objetivo de centrar toda acción en el bienestar de las familias”. No es algo que comparten las familias. “Las familias quieren que esta mujer quede apartada de este trabajo, no buscan compensaciones económicas”, señala el abogado, que traslada que muchos padres creen que Osakidetza tiene mucha responsabilidad en lo que ha pasado, aunque a la denuncia está planteada de momento solo contra la enfermera. El abogado está en comunicación con la Fiscalía para ir de la mano en el caso. “Ellos también están ocupados en el tema. Nos es una broma. Es un tema muy grave. No se puede poner a una persona antivacunas, dando vacunas. Esto ya como principio fundamental”, señala Aitzol Alsa.