La Ertzaintza busca incrementar un 25% la presencia femenina en cuatro años para corregir su “masculinización”
El plan de promoción de la presencia de mujeres en la Ertzaintza prevé, como dos grandes medidas, la fijación de una cuota mínima femenina en las próximas convocatorias que irá creciendo hasta llegar al 40% en 2026 y la eliminación de la altura mínima de 1,60 metros para ellas (1,65 metros para ellos) a la hora de apuntarse a una OPE. Con esta iniciativa, se aspira a corregir la enorme masculinización de la Policía vasca, con un 84% de hombres en la actualidad. A la finalización del período, en cuatro años, la intención es elevar del 16% al 20% el peso de las mujeres, así como ir dotándoles de mayor presencia en puestos clave y públicos. En números absolutos, sería pasar de 1.200 a 1.525, aunque ya serán 1.406 a finales de este año con la graduación de la última promoción de la academia de Arkaute.
El menor peso femenino parte de que, en la primera promoción de la Ertzaintza, se vetó expresamente a las mujeres con la fijación del requisito de haber completado el servicio militar para acceder al nuevo cuerpo vasco. En las tres hornadas siguientes sí hubo cuotas, pero máximas. Fueron del 10%, del 15% y de nuevo del 15%. Tras la aprobación de la ley de Igualdad autonómica de 2005 hubo unos primeros cupos para mujeres, aunque los tribunales anularon algunas de las disposiciones tanto para convocatorias de acceso como para promociones internas tras recursos del sindicato minoritario Sipe. Las resoluciones judiciales planteaban que no había base legal para adoptar esa medida y hubo que volver a admitir a varones excluidos. Ahora, ya hay tanto nueva ley de Policía como de Igualdad (de 2019 y de 2022, respectivamente).
El vicelehendakari y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, ha admitido que el 25% de cuota actual no ha funcionado como se preveía. Promete ahora subir el porcentaje y otras “45 actuaciones concretas, novedosas y valientes” para dar una “solución progresiva” a esta cuestión. Erkoreka ha presentado este lunes el plan en el Parlamento Vasco acompañado de la comisaria Sandra Ranea, responsable interna de Igualdad, y de la técnica de Arkaute, Eneritz Errasti, especialista en la materia.
En cifras, en las últimas tres promociones se ha superado el 30% de mujeres nombradas. La de 2021 es la que más agentes femeninas ha aportado, 261. Sin embargo, el porcentaje actual de mujeres, del 16,5%, es “lejano al 33% que marca la ley” todavía. El objetivo es ése, llegar al 33%, pero se asume la “imposibilidad” de lograrlo en cuatro años. La idea es alcanzar un 20,8% en 2026, un crecimiento del 25% en cuatro años, con el estadio intermedio del 17,9% de finales de este mismo año con la entrada de la última generación de agentes, 481 varones y 224 mujeres. Serán 5.773 y 1.525 a la finalización del período, según las estimaciones. Para contribuir a ello habrá una reserva progresiva del 33%, 35%, 37%, 39% y 40%, según se anuncia.
La segunda medida de mayor impacto afecta a las pruebas y condiciones físicas. Se prevé eliminar el requisito de la altura mínima -solamente se mantendrá en “destinos” concretos que así lo demanden- así como posponer la acreditación de aptitudes físicas en casos de embarazo, parto o posparto. Erkoreka ha indicado que esto era una discriminación no escrita: en determinados estados de gestación las afectadas veían imposible seguir con los cursos de acceso y ahora podrán aplazarlos. En todo caso, también se da mucha importancia a la búsqueda de “referentes” que hagan que las jóvenes se sientan atraídas por la profesión policial y se prometen campañas publicitarias e intervenciones públicas protagonizadas por mujeres para que se hagan más visibles. Se incide, asimismo, en que “las medidas aplicadas para la conciliación corresponsable afectan de manera muy positiva al aumento de solicitudes de mujeres en la Ertzaintza”.
Como diagnóstico general, el plan avisa: “En profesiones masculinizadas, las mujeres tienen que demostrar más que sus compañeros homólogos para ser reconocidas y ser tratadas en igualdad en su profesión. Tienen que cargar con el estigma y prejuicios sexistas que perduran hoy en día, no sólo con compañeros y compañeras de la profesión, sino también con la ciudadanía. La discriminación no se da únicamente de manera directa, sino que también existen discriminaciones indirectas tales como el paternalismo o la toma de decisiones en nombre de las mujeres como un supuesto acto de protección. Dichos comportamientos y/o actitudes son tan sexistas como la discriminación directa y están muy presentes en espacios que tradicionalmente han sido ocupados por hombres, como el policial”.
En cuanto a la oposición, Vox se ha desmarcado del consenso general en torno a la igualdad y su única representante, Amaia Martínez Grisaleña, ha denunciado que aparentemente muchas mujeres como ella no desean cuotas para acceder a los mismos puestos que los varones y ha alertado también del supuesto intento de varones de hacerse pasar por mujeres trans para beneficiarse de su superioridad física. “El Gobierno está para cumplir las leyes y es legítimo que el Gobierno piense que las leyes son buenas”, le ha replicado Erkoreka, que ha enfatizado que la “progresividad” en la aplicación de las medidas hace que no se vulneren los principios de “igualdad, mérito y capacidad” exigibles en el empleo público.
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