El 17 de marzo de 2014 a las 13.33 la Ertzaintza recibe la llamada de una niña que alertaba de que su madre se encontraba en el suelo sin conocimiento en su casa, en Mungia, y pide colaboración a la Policía municipal para facilitar a la casa la entrada de un helicóptero de Osakidetza. A las 13.45 los sanitarios llegan al domicilio y tratan, sin éxito, de reanimar a la víctima, que había sido estrangulada por su pareja. Al lugar llega primero la Ertzaintza y después la Policía municipal, que se encarga de atender a los dos menores que se encontraban en la escena del crimen y llevarlos con los servicios sociales para que no presencien el suceso.
A las 14.05 se confirma el fallecimiento de la mujer, Andina Reges Pereira, de origen brasileño. En ese momento, el teléfono de la víctima suena y una agente de la Policía municipal contesta. Se trata de la pareja y presunto asesino de la mujer, que llama “preocupado” por sus hijos. Tras un trabajo de persuasión de la agente, lo convence para volver a la casa. En un primer momento el agresor asegura que él no tiene nada que ver y muestra una coartada. Sin embargo, se derrumba cuando los agentes de la Ertzaintza le insisten en que tiene sangre en su cinturón y termina confesando lo ocurrido cuando no encuentran sangre en su cinturón, pero sí en sus calcetines.
Finalmente, a las 15.20, se realiza el levantamiento del cadáver y se detiene al agresor, que es condenado a 16 años de cárcel, 13 por homicidio y 3 por maltrato continuado que fue confesado por varios testigos que conocían la situación de maltrato de la pareja, además de una multa de 301.120,96 euros (100.000 a cada hijo y 51.120,96 a la Administración). La víctima no había denunciado en ninguna ocasión lo que estaba ocurriendo.
Este suceso ha sido planteado como ejemplo de buena coordinación entre los dos cuerpos de policía de Euskadi, la Ertzaintza y la Policía municipal este lunes en Bilbao en un ciclo de conferencias sobre el ejercicio de la Policía vasca en materia de violencia de género. Si bien los casos de violencia de género son competencia de la Ertzaintza, la colaboración de la Policía municipal vasca es fundamental a la hora de actuar, según han explicado. “Esta coordinación, este trasvase de información permanente y continuo de la Policía municipal y la Ertzaintza hizo que consiguiéramos una pronta detención. En dos horas y media le detuvimos, aseguramos la zona y atendimos de forma inmediata a los menores. Se consiguió resolver un caso que ojalá no hubiéramos tenido que intervenir nunca”, ha detallado Óscar Fernández Cucó, subcomisario y Jefe del Centro Investigación Ertzain-etxea de Bilbao.
Esta coordinación, este trasvase de información permanente y continuo de la policía municipal y la Ertzaintza hizo que consiguiéramos una pronta detención
En el caso de Andina Reges, no había denuncia previa. Fernández ha explicado que se demostró que la mujer no contaba con apoyo social, puesto que varias personas aseguraron tras el asesinato que fueron testigos de incidentes en la pareja, pero que ninguno de ellos acudió a la Policía ni a servicios sociales a denunciarlo. La procedencia de la víctima, en este caso extranjera, también pudo aumentar el riesgo, debido a que puede tener un mayor desconocimiento sobre qué recursos tiene a su alcance. El agresor, natural de Bizkaia y con antecedentes por violencia de género, por el contrario, tenía pensada una coartada que él creía “casi perfecta” tras cometer el asesinato.
“Nuestro reto es conseguir información para proteger incluso a las víctimas que aún no han denunciado. A pesar de haber hecho todo el esfuerzo del mundo, no pudimos meter en el sistema la prevención hacia esa persona aunque hayamos visto que tuviera antecedentes”, ha lamentado Asier Ercoreka, Jefe de Policía de Basauri y Presidente de la asociación de Jefes de Policía Local.
EBA, el proyecto que facilita información actualizada sobre víctimas y agresores a toda la policía vasca
Para evitar que casos como el de Andina Reges se repitan, el Gobierno vasco está elaborando un protocolo en el que la Policía municipal y la Ertzaintza aunarán sus fuerzas para acabar con los casos de violencia de género. El protocolo, amplía los tipos de violencia recogidos hasta ahora e incluye actuaciones para todos los episodios de violencia contra la mujer recogidos en el denominado Convenio de Estambul del Consejo de Europa: violencia física, psicológica o sexual incluida la violación; acoso o acecho; mutilación genital; matrimonio, aborto o esterilización forzosos; trata con fines de explotación sexual y difusión sin consentimiento de imágenes aunque hayan sido grabadas con consentimiento.
El protocolo, cuya creación ya se conocía, pero verá la luz a finales de año, ha sido anunciado este lunes por el Vicelehendakari Primero y Consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, que lo ha descrito como “un salto cualitativo en la lucha global a favor de la igualdad y contra la violencia ejercida sobre las mujeres”. En él se incluye el proyecto el proyecto “EBA – Emakumeen eta Etxekoen Babesa”, un sistema digital con el que se podrán compartir los expedientes de los delitos de casos de violencia de género para que tanto la Ertzaintza como las Policías municipales puedan disponer de información actualizada. Esto, según han explicado, contribuirá, de forma decisiva, a la adopción de las medidas más adecuadas y minimizar el riesgo para las víctimas. Además, la información será accesible para todas las instituciones públicas involucradas en la atención a las víctimas de la violencia machista como la judicatura, fiscalía, Osakidetza o equipos sociales, entre otros.
No hace falta una denuncia formal para abordar una agresión machista
Este tipo de aplicaciones suponen un adelanto a la hora de acabar con la revictimización de las mujeres que sufren violencia de género, debido a que evita que la víctima tenga que acudir a varias instituciones a contar la misma historia, según han explicado las responsables del proyecto, María Caballero y Paloma Álvarez. También inciden en la importancia de detectar el grado de vulneración de la víctima, si se trata de una persona mayor, una víctima de trata, una persona extranjera, etc. puesto que eso determinará si esa persona se reconoce realmente como víctima o no.
“Es evidente que nuestro deber es proteger todo aquello que conocemos y tratar de anticiparnos a lo que desconocemos, pero de verdad que creemos firmemente en que no es necesaria una denuncia formal para actuar. No hace falta una denuncia formal para abordar una agresión machista. No todo tiene que partir de lo que antaño se consideraba el punto de inicio, la denuncia formal. Es un medio más, pero no el único”, ha destacado Asier Erkoreka.
Según los datos aportados este lunes, en el primer semestre de este año, 2.248 mujeres han denunciado en Euskadi delitos de violencia ejercida por sus parejas o exparejas, por otros hombres dentro del seno del hogar, o contra su libertad sexual por autores fuera del ámbito de pareja o familiar. Este dato supone un aumento del 3,12% respecto al mismo semestre del año 2020. La provincia que más casos ha registrado es Bizkaia con un total de 1.237 denuncias, pero dónde más han aumentado las denuncias es en Araba con 333 casos, un 11% más que el año pasado. Por último, han asegurado que desde 2014, ninguna mujer que se encuentre bajo protección de la Ertzaintza ha sido asesinada en Euskadi.
El teléfono del Servicio de Información y Atención a Mujeres Víctimas de Violencia Doméstica o Por Razón de Sexo (SATEVI) es el 900 840 111.