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El estudio Carvalho Araújo diseñará las sedes del Basque Culinary Center en Vitoria y Laguardia

El lehendakari, Imanol Pradales, este jueves, con el diputado general de Álava, Ramiro González, y el alcalde de Laguardia, Raúl García

elDiario.es Euskadi / Europa Press

Vitoria —

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El proyecto 'Mugarik Gabe', del estudio de arquitectura portugués Carvalho Araújo, ha sido seleccionado en el concurso internacional de arquitectura convocado por Basque Culinary Center para el diseño de las sedes de Vitoria y Laguardia de EDA Drinks & Wine Campus, un proyecto destinado impulsar el desarrollo económico y social a través del vino y las bebidas. Ambos espacios destacan por su “singularidad” y por su integración e interacción en el entorno y en el propio ámbito del Basque Culinary Center, según ha informado esta entidad en un comunicado recogido por Europa Press.

Seleccionada por su apuesta por la integración paisajística tanto en el entorno urbano como rural, en la propuesta arquitectónica destacan la organización del programa de actividad, su funcionalidad y flexibilidad, acordes a las necesidades del proyecto. La configuración de los accesos o la distribución de las diferentes áreas por plantas y los espacios conectores responden a la necesidad de unir y organizar los diferentes flujos, permitiendo a su vez la interacción entre las acciones que se lleven a cabo en estos espacios. El proyecto 'Mugarik Gabe' ('Sin Fronteras') plantea dos edificios intrínsecamente relacionados entre sí, que se extienden en el área que ocupan sin establecer sus límites.

Debido a los diferentes entornos en los que se ubican, explican, cada uno responde a sus propios contextos y condicionantes, aunque ambos han sido abordados con la misma estrategia: generar espacios “para atraer talento, ofrecer formación especializada y desarrollar líneas de investigación enfocadas a la transferencia de conocimiento al sector con una proyección internacional y una visión integral”. Ambas construcciones dan prevalencia al espacio colectivo como elemento que surge naturalmente en los edificios. El proyecto para Laguardia se ubica en un amplio paisaje y destaca por su apertura a la ciudadanía. Las fachadas dejan ver la actividad que se desarrolla en su interior y los pasillos exteriores que lo rodean permiten recorrer el contorno del edificio, desde donde se puede contemplar el entorno compuesto por viñedos. La intervención crea una estructura de dos pisos bajo una cubierta, una extensa plataforma verde que se mantiene en pie gracias a una columnata que se posa en medio de las viñas. Un piso a la altura de la calle que da acceso al espacio frontal y otro en una cota inferior, permitirán respetar en lo posible la topografía del lugar, asentándose y protegiendo el entorno, e integrándose como un manto verde sobre el blanco pétreo de la caliza.

En el caso de Vitoria, el edificio busca las mayores cotas de respeto por el paisaje, por el contexto y por la ciudadanía. El inmueble se levanta como si de un manto vegetal se tratara, reduciendo el impacto visual de la intervención “de manera orgánica”. La fachada que se eleva del suelo, de un carácter más urbano, se gira y se muestra abierta hacia la calle de Donostia y el boulevard de Euskal Herria. El edificio ofrece dos entradas asociadas a dos dinámicas diferentes: una más formal, dirigida al vestíbulo; y una más informal, que lo conecta directamente con el exterior. A partir de estas entradas, se agrupan un conjunto de espacios conectados, de gran relación física como visual, que se unen entre el entrepiso y el piso -1, aprovechándose de la organización para valorizar los espacios con mayor altura.

Los laboratorios se ubicarán cerca de las zonas de producción o las salas polivalentes, lo que pretende favorecer el valor del sistema de enseñanza característico del Basque Culinary Center. La cubierta ajardinada funcionará como extensión del espacio verde que se levanta desde el nivel de calle para acoger bajo su manto el edificio, integrándose en la estructura verde urbana, contribuyendo a la mejora de la calidad del aire, mitigando el efecto de isla de calor, y favoreciendo la biodiversidad.

Destacan que las sedes de EDA Drinks & Wine Campus no solo serán lugares de estudio avanzado, sino también espacios de innovación y sostenibilidad. Estableciendo como base de la eficiencia energética la propia arquitectura, el proyecto trabaja con todos sus elementos pasivos, evitando que las demandas energéticas o las pérdidas de estas sean excesivas. En el apartado más técnico, los edificios contarán con las tecnologías más actuales en cuanto a cubiertas ajardinadas, que se convertirán en sistemas multifuncionales de apoyo al edificio, integrando la captación, filtrado y distribución de aguas pluviales. Además, el proyecto busca la optimización de la iluminación a través de la eficiencia en el diseño y uso natural de la luz solar, y se beneficiará también del uso de soluciones diversas para no sobrecargar el ‘ecosistema constructivo’.

El acto de presentación del proyecto, celebrado este jueves en Laguardia, ha sido presidido por el lehendakari, Imanol Pradales, y han participado el director de Basque Culinary Center, Joxe Mari Aizega, y el fundador del estudio de arquitectura ganador, José Manuel Carvalho Araújo. Asimismo, han asistido al acto el diputado general de Álava, Ramiro González; la alcaldesa de Vitoria, Maider Etxebarria; el alcalde de Laguardia, Raúl García; la consejera de Alimentación, Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca, Amaia Barredo; la diputada alavesa de Agricultura, Noemí Aguirre; el rector de Mondragon Unibertsitatea, Vicente Atxa; el presidente de la Cuadrilla de Laguardia-Rioja Alavesa, Txema Elvira, y la directora de EDA Drinks & Wine Campus, Elisa Úcar.

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