Euskadi vuelve a homenajear a los fallecidos con COVID-19 tras un año con un deceso cada tres horas
Por segundo año consecutivo, el día que marca el final del verano y el inicio del otoño ha sido el elegido por el lehendakari, Iñigo Urkullu, y por los representantes de todos los partidos e instituciones vascos para homenajear con un acto solemne con música clásica y rematado con dos minutos de silencio a los “más de 4.700” fallecidos con COVID-19 a lo largo de la pandemia. El escenario, nuevamente, ha sido el parque Sempervirens de Vitoria, un espacio inaugurado expresamente en memoria de quienes han perdido la vida por el Sars-Cov-2 en Euskadi y también de aplauso a los profesionales esenciales. El espacio toma su nombre de dos secuoyas de esa subespecie, una ya gigante de 1860 que aunque se secó en 2014 sigue erguida y monumental y otra joven, casi recién plantada, pero que ya rebosa vitalidad.
“A pesar de ser un árbol seco, su fuerza y solidez nos ayudan a representar la permanencia de la memoria colectiva. Y la nueva fue plantada el año pasado. Este árbol joven representa la vida, todo aquello que nos ha unido. La fuerza de nuestra complicidad y colaboración ante la adversidad, el espíritu del bien común. Sempervirens simboliza, en este momento, la esperanza de iniciar un nuevo tiempo. La esperanza de dejar atrás el túnel pandémico e iniciar una etapa de recuperación personal y emocional, social, económica y de la convivencia”, ha señalado Urkullu, que ha expresado sus condolencias a los familiares y amigos de los difuntos y ha agradecido la “resiliencia” de los supervivientes. Ha expresado también que la ciudad de Vitoria cuenta para siempre con un lugar de “recogimiento, silencio e interiorización” para no olvidar la “experiencia pasada”. Bilbao, por ejemplo, ya ha tomado la decisión de plantar su propia secuoya en el parque de Doña Casilda.
Urkullu, en su parlamento, ha destacado el dato de que en Euskadi han sido “más de 4.700” las muertes con COVID-19. Eran 4.669 hasta el 12 de septiembre, lo que aventura que en los últimos días ha seguido produciéndose una mortalidad alta. El miércoles se ofrecerá el último dato actualizado. El 21 de septiembre de 2020, el día del primero de los homenajes, eran 1.800 las personas en el recuerdo, por lo que han fallecido alrededor de 2.900 en doce meses. La media aritmética muestra que fallece una persona cada tres horas. Significativamente, el lehendakari ha utilizado los datos totales de decesos aunque semana a semana Osakidetza asegura que una parte de ellos no han fallecido por el Sars-Cov-2 como causa directa. Hasta la semana pasada, la mortalidad de la enfermedad ha sido del 1,76% en general, aunque asciende por encima del 20% o incluso del 25% entre las personas más mayores.
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