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“El ruido es sagrado; cada sociedad convierte sus ruidos en intocables”

“Ezer ez ta zarata, iñor ez ta geriza” (Nada es ruido, nadie es refugio). El refranero popular vasco –amplio donde los haya–, pone el lema a Donostia Noise, un taller organizado por el centro cultural Artaleku y Audiolabs con José Luis Espejo, a la cabeza de un curso que pretende analizar las relaciones entre San Sebastián y el ruido que la misma genera.

Pregunta. ¿A qué conclusiones se ha llegado después de cuatro días de trabajo?

Respuesta. Podríamos decir que hemos llegado a cinco premisas generales. La primera seria que el ruido siempre es ajeno. La segunda, que el pasado no fue mas silencioso, cada época ha tenido sus propios ruidos. Tercera: el 100% de los donostiarras sufren el ruido. A pesar de que las estadísticas oficiales dicen lo contrario. La cuarta: el ruido está totalmente relacionado con los intereses económicos, por ejemplo, los asociados a la hostelería. Y la quinta: el ruido es sagrado; cada sociedad convierte sus ruidos en intocables; este es un término que viene de los años 60, por ejemplo entonces podrían encontrar la idea de que el ruido de una cascada es grande pero es inevitable. Si lo trasladamos a la época actual podemos asumir como ruidos inevitables el sonido de una autopista o el asociado una fiesta popular.

P. La metodología de trabajo, ha sido horizontal, tratando de romper la relación profesor-alumno para centrarse en el diálogo o los debates. ¿Este método ha sido exitoso?

R. Hemos intentado saltarnos un poco esa dinámica profesor alumno y hemos trabajado con cuatro textos partiendo de la base de que el que lo explica, yo mismo en este caso, no puede tener más conocimiento sobre el texto que cualquiera que lo lea. Además de eso, nos hemos dedicado a realizar también algunas actividades prácticas como una serie de paseos en los que nos hemos movido con el mapa de ruidos de la ciudad, por ejemplo hasta la parte más alta de Egia y hemos comprobado in situ si los mapas de ruido coinciden o no con la percepción personal de cada uno. También hemos buscado los condicionantes culturales, su significado y hemos anotado una lista de ruidos desde el llanto de un niño a una tamborrada.

P. ¿Y cuáles son exactamente esos ruidos o sonidos que se han analizado?

R. Uno de los que más juego nos ha dado ha sido la gente hablando de manera desordenada a lo que hemos llamado cháchara. Por ejemplo, dos personas hablando en la cola de la parada de autobús. Hemos llegado a la conclusión de que siempre nos molesta el otro; nuestra propia conversación nunca nos molesta, pero sí la que mantienen las dos personas de detrás. También hemos analizado los ruidos vecinales u otros ruidos más propios de la naturaleza como por ejemplo el canto de los pájaros, que tradicionalmente puede ser considerado como algo que a todos nos parece agradable, pero que hemos comprobado que en ocasiones puede resultar molesto.

P. ¿Se puede considerar San Sebastián como una ciudad muy ruidosa?

R. No realmente. Sí hay zonas que presentan problemas mucho más serios de contaminación acústica que otras pero no creo que pueda considerarse una ciudad ruidosa. No es que afirme que no lo sea, pero creo que es difícil afirmarlo. Aunque la ciudad no tiene las típicas fuentes de ruido, como el trafico o las obras o este tipo de cosas ordenadas por la ley, hay otra serie de ruidos como el ocio de la hostelería o los servicios municipales de recogida de basura o de vidrios, que por ejemplo a mi personalmente, por los horarios que tienen, me resultan molestos, o llamativos.

P. ¿La diferencia es muy grande entre las distintas zonas o barrios?

R. Si miramos los mapas de ruidos de la ciudad posiblemente y según las estadísticas y esa falsa representación de la realidad, un barrio muy ruidoso podría ser por ejemplo Amara. El problema, es que estás mediciones objetivas, generalmente están basadas en máquinas que determinan los mapas de ruidos en base a la escala del trafico, entonces toda la parte vieja, que es peatonal, no esta cuantificado aunque uno perciba claramente esa zona como una de las más ruidosas. Los datos oficiales van a situar a Amara como uno de los barios más ruidosos, pero esa medición no estaría contando con lo viejo, o con la zona de Igeldo que cualquiera sabe que es una de las zonas más ruidosas de la ciudad.

P. Dependerá también de la hora del día.

R. Hay tres tipos de mapas, el de mañana, el de tarde y el de noche. Cualquiera que acceda a las web del ayuntamiento, puede descargarse cualquiera de los tres mapas. En nuestro caso principalmente nos hemos centrado en las tardes, porque por las mañana nos concentrábamos básicamente en analizar los textos de los que he hablado mediante los grupos de lectura. Curiosamente, el único estudio de campo que hemos realizado coincidía bastante bien con el mapa de ruido del ayuntamiento concretamente en el barrio de Egia, que como comentaba antes se presenta como una zona bastante tranquila.

P. ¿Cómo afecta ese ruido a la ciudadanía? ¿Condicionan nuestra vida de alguna manera?

R. Claro, el ruido puede afectarnos en nuestro descanso, en nuestra concentración para el trabajo o incluso en nuestra manera de desarrollar el ocio. Los ruidos van moldeando estas costumbres y hay determinados sonidos que nos molestan o moldean nuestros hábitos dependiendo de nuestra cultura. Por ejemplo, no nos molesta lo mismo una persona trabajando a las 9 de la mañana, que una persona borracha gritando a las 8. El primer caso estaría socialmente aceptado y el segundo evidentemente nos resultaría mucho más molesto y desagradable porque no lo asociamos a algo positivo y productivo. Todo esto desde el punto de vista social, pero si lo miramos desde el punto de vista médico, está demostrado que la exposición a un sonido de mas de 75 decibelios de manera continuada te puede generar un daño y de más de 120 dolor y daños irreparables. Por ejemplo, hace poco incluso se ha demostrado que la exposición a determinados ruidos de manea deliberada puede causarnos problemas psicológicos o considerarse incluso como un ataque con herida de arma blanca si por ejemplo un vecino pone la música alta cada madrugada.

P. ¿En ese sentido, hay ciertos ruidos que pueden ser considerados como aceptados y otros que no?

R. Hay una gran diferencia entre valorarlo legalmente y culturalmente. Por ejemplo, algunas conmemoraciones, obras en el espacio públicos incluso en horario nocturno, etc., legalmente están permitidas pero nos pueden llegar a molestar. Si atendemos en cambio al punto de vista cultural, el llanto de un niño por ejemplo, aunque nos molesta y nos taladra la cabeza, no consideramos al niño responsable por completo de la emisión de ese sonido y tampoco podemos responsabilizar a su padre para que lo calle, pero existen otros sonidos que culturalmente no se entienden de este modo y sí nos molestan.