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“¿Euskadi es un oasis o un espejismo, señor Urkullu?”

Lo del oasis vasco va a dar mucho juego en esta campaña electoral. Sin duda. Y aunque una de las primeras veces que vimos este concepto 'made in Euskadi' fue en este periódico de la mano de nuestro colaborador Iker Armentia el pasado mes de abril en un artículo de opinión, lo cierto es que ya hay varios partidos que han comprado la idea gustosamente. Hasta Andoni Ortuzar, presidente del PNV, se atrevió a jugar con ese concepto este verano al describir Euskadi como el “oasis vasco”, casi “un paraíso”, frente a “la incertidumbre” que rodea a la política española. Esta idea básica de España (crisis política, desaguisado...) Euskadi (oasis, sin corrupción, pactista) es y será la 'idea fuerza' de los peneuvistas hasta el 25S.

El primer día de campaña hemos podido ver un debate 'descafeinado' en la Cadena SER. Entiéndaseme bien, por favor, el intercambio de puyas y dardos entre los candidatos ha estado a la altura, al igual que la conductora, una “mujer orquesta” como es la ingeniosa Pepa Bueno y el resto del equipo que ha colaborado en la puesta en escena. Pero no es lo mismo tener al candidato a la reelección, Iñigo Urkullu, que al candidato Erkoreka, sin desdeñar las capacidades del que ha sido portavoz del Gobierno vasco en la pasada legislatura. O contar con el inhabilitado Otegi en vez de ver en acción al parlamentario de EH Bildu y dirigente de Sortu, Iker Casanova.

Casi a esa misma hora, Urkullu estaba siendo entrevistado en Radio Euskadi -en el momento exacto de inicio del debate el candidato peneuvista abría un desayuno de trabajo en el Forum Europa-. Todo ello en la capital vizcaína. Habrá que esperar al debate en ETB, de nuevo en el grupo de comunicación público (¿por qué será), para que el resto de candidatos y candidatas pueda dirigirse directamente al cabeza de cartel del PNV y no a la persona interpuesta. En un formato seguro que mucho más acartonado y lleno de monólogos (ojalá me equivoque) que el vivo debate que hemos podido ver y escuchar este primer día de campaña de las elecciones vascas en el que los candidatos fueron invitados incluso a preguntar a su adversario. 

Un debate vivo porque se han podido decir de todo: a Casanova, la candidata socialista, Idoia Mendia, le retó a “condenar el terrorismo de ETA” con las mismas palabras que ella empleó para “condenar el terrorismo de los GAL”. No sucedió, claro. O cuando Alfonso Alonso se revolvió -como muchas víctimas en la tumba- al escuchar decir en riguroso directo a Iker Casanova que algunos parece “que vivían mejor con la existencia de ETA”. “Eso no te lo permito”, le espetó enfadado el candidato popular, al tiempo que le recordaba los 'años de plomo' en los que ellos, los de HB-Batasuna, lejos de condenar el terror, jaleaban y aplaudían los atentados de la banda armada.

Los vascos (por desgracia) no van a votar por lo que los candidatos planteen sobre el desarme o la desaparición total de ETA o por la necesidad de una política más flexible en materia penitenciaria con los presos de la organización terrorista. La convivencia es, sin duda, muy importante; pero la sociedad ha pasado esa página ya hace tiempo, me atrevería a decir incluso antes de que ETA decidiera hace casi cinco años (20 de octubre de 2011) que echaba la persiana definitivamente.

Y aquí vuelvo al oasis vasco. La candidata de Elkarrekin Podemos, Pili Zabala, que de esto de las víctimas, el terrorismo de Estado y ETA algo sabe, aprovechó su turno para preguntar al candidato peneuvista por el oasis vasco, tras escuchar de boca de Erkoreka un discurso “triunfalista” sobre las bondades de las políticas sociales en Euskadi.

Zabala le recordó las múltiples carencias de la sociedad vasca, que hay 130.000 personas en riesgo de pobreza, que algunos han retirado de su dieta el pescado y la carne, que no pueden comprar calzado o que muchos no pueden ir al dentista (Zabala es odontóloga de profesión). Y, ante esa retahíla de puntos negros, entró a morder a la yugular: “¿Euskadi, qué es? ¿Un oasis o un espejismo?”, le espetó.

Pero el tiempo en la radio (y en la vida), como las noticias en periodismo, es efímero. A Erkoreka le salvó la campana. O la publicidad. Así que Urkullu ya sabe qué cuestión tiene que preparar para el debate en la 'casa pública amiga'. 

Al tiempo, el oasis vasco va a dar mucho que hablar en esta campaña electoral.