Los hosteleros de Errenteria, “sorprendidos” ante el cribado masivo al que han llamado a sus clientes

Solamente cinco días después de que Osakidetza llamara a los comensales de la sidrería Egiluze de Errenteria del 27 de marzo a hacerse una PCR, la localidad afronta otro cribado masivo. En concreto, el Servicio Vasco de Salud ha pedido a todos los clientes que hayan acudido los locales hosteleros de la Alameda, Plaza de la Diputación “e inmediaciones” a partir del 14 de marzo que se sometan a una prueba PCR. Sin embargo, los hosteleros de la zona aseguran estar “confundidos” y “sorprendidos”, porque hasta el momento en el que se dio a conocer el cribado no supieron nada sobre el brote que les afecta.

Los hosteleros fueron notificados sobre el cribado que se realizará desde este martes y, al menos, hasta el jueves, a través de los clientes, quienes recibieron los avisos en las redes y se lo comunicaron a los propietarios cuando estos cerraban los locales. “Nos ha pillado por sorpresa”, comenta Isabel, del bar Etxeondo ubicado en la Alameda de Errenteria. Los hosteleros afectados se quejan de no haber recibido una notificación “oficial” en la que se les explicaran las razones por las que se está llevando a cabo este cribado masivo.

“No entendemos qué es lo que ha pasado”, indica Txelo, responsable del bar Kerala. Hasta que los clientes habituales les avisaron de la llamada de Osakidetza, los hosteleros de la Alameda no sabían nada del brote que les ha llevado a esta situación. Después de la hora de cierre, la noticia se difundió por el grupo de WhatsApp que tienen de Ostari, la Asociación de Hosteleros de Errenteria. “En ningún momento nos han informado de ningún caso derivado de nuestros bares. No se ha escuchado nada, por eso nos extraña”, subraya el propietario de KB.

“Hacemos un trabajo arduo para que se cumplan las normas, sobre todo con los jóvenes, que suelen ser los más pasotas. Les decimos que se pongan las mascarillas, limpiamos las mesas, e incluso hemos contratado a una persona de seguridad para garantizar el cumplimiento de las medidas de seguridad”, señala. Sin embargo, Isabel cree que, una vez más, se tacha a la hostelería de “culpable por los contagios”. En el bar Orereta, en la Plaza de la Diputación, coinciden con Isabel. “Es absurdo todo lo que se ha montado, somos los malos de la película”, declara Txema, su propietario.

Aun así, los hosteleros no se sienten responsables de ningún caso de COVID-19 que haya podido surgir en los alrededores de sus negocios. “Somos los primeros interesados en que todo vaya bien”, relatan. Así, recuerdan que ellos están “encima de la gente para que cumplan las medidas”. Por eso, esperan que los clientes acudan a la llamada de Osakidetza para poder poner fin al brote.

Asimismo, los propietarios de los bares afectados no entienden cómo han “tardado tanto en llamar al cribado”. Afirman que durante los fines de semana Errenteria se llena de gente de toda la comarca. “Llegan clientes de Lezo, Pasaia... se junta muchísima gente”, indica Txelo. Por eso, en vez de llamar a los clientes de las dos zonas de bares, los hosteleros defienden que el cribado que se hará los próximos días “debería realizarse a los 40.000 habitantes de Errenteria, e incluso a más”. Además, “desde el 14 de marzo la gente que se ha contagiado ha tenido tiempo de pasar el confinamiento y volver a salir, y de mientras han podido contagiar a más gente”, manifiesta Isabel.

Varios hosteleros de las zonas suponen que el brote puede estar ligado al que se localizó hace unos días entre los comensales del 27 de marzo de la sidrería Egiluze. “Después de comer en la sidrería, normalmente, bajan al pueblo a tomar algo”, explica el propietario del bar Orereta. “Vienen muchos franceses sin necesidad de presentar una PCR, y nosotros no podemos entrar en su país”, añade.

Los propietarios de las dos zonas afectadas aseguran que las repercusiones del llamamiento ya se empiezan a notar en las calles de la localidad. “Es un martes de mercado y no hay nadie en las terrazas, cuando normalmente estarían llenas”, comentan desde KB. “Después de estar cerrados durante meses y no recibir apenas ayudas, ahora nos vienen con esto. Seguramente se reflejará en un descenso en las ventas”, explica otro hostelero de la Plaza de la Diputación. “Ahora que la gente se estaba soltando otra vez, con este cribado que nos señala volverá el miedo”, cree la propietaria del bar Kerala. En el bar Orereta, no obstante, no creen que este cribado vaya a afectar a su negocio.

elDiario.es/Euskadi

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