La industria del futuro se cita en el escaparate de la Bienal: de la broca más precisa al robot guiado por inteligencia artificial
La industria del futuro ya está aquí, repartida por los seis pabellones del BEC. Un paseo por la Bienal de la Máquina-Herramienta que reúne esta semana en el recinto ferial de Barakaldo a 1.500 firmas expositoras, permite vislumbrar hacia dónde camina la industria. Y sí, sin ninguna duda, se necesitarán menos trabajadores para hacer las mismas funciones, e incluso más de las que se hacían antes. Sin alarmismos, porque es algo que se viene repitiendo a lo largo de la historia y todo depende de cómo se gestione ese cambio de perfiles en los trabajadores, pero la automatización, los robots, la impresión 3D o la inteligencia artificial han venido para quedarse y cogen cada vez más espacio para configurar la empresa del futuro.
El BEC se convierte esta semana en el escaparate de la industria por excelencia, en el que las grandes máquinas, los robots, los brazos articulados capaces de realizar los diseños, cortes o pulidos de la más alta precisión, de reparar cualquier superficie en el lugar más inhóspito o de memorizar los movimientos necesarios para aplicar a cada pieza, conviven en en el espacio con las piezas más minúsculas creadas con la más elevada precisión o las brocas de distintos tamaños colocadas en vitrinas cuidadosamente iluminadas como si se tratase de la más exclusiva pieza de joyería. Pasen y vean porque esta es la gran pasarela de la industria.
La Bienal de Máquina-Herramienta es la feria más importante de todas las que se celebran en el BEC. No sólo porque es la más asentada, la más internacional y la que más visitantes atrae, sino porque es un termómetro de cómo está el sector de la Máquina-Herramienta en particular, muy importante en Euskadi, pero sobre todo, de cómo está la industria en general, que es el motor de la economía vasca. La máquina-herramienta es la industria que permite la industria. La maquinaria que se va a usar para hacer un coche, un aerogenerador o un microchip, o la que va a permitir mover grandes pesos o trasladar toneladas como si fueran plumas. A esta feria vienen representantes empresariales de todo el mundo, interesados por ver y por invertir en las últimas novedades en maquinaria y en tecnología para mejorar sus procesos de producción, hacerlos más rápidos, rentables y competitivos y eso se hace desde un sector asentado y con perspectivas de futuro.
Habrá que esperar al viernes, el último día de la feria, para ver si se superan los más de 35.000 visitantes de la última edición, pero los responsables de la mayoría de los stands hacen ya un primer balance de los tres primeros días de feria. “Hay movimiento e interés”, dicen. Y a más visitantes, más posibilidades de negocio. Otra cosa es que se cierren muchas compras en la propia feria. “Son maquinarias muy caras. La gente viene, ve la demostración, habla con los responsables de la fabricación, estudia las posibilidades de que esa maquinaria concreta se adapte a su proceso productivo...El cierre del negocio normalmente viene después”, señalan desde la dirección de la Bienal. “En otros casos el contacto ya se ha establecido antes y se viene a la feria a cerrarlo”, señalan. “Es un poco sembrar, hacer marketing, que se nos vea, las compras vienen después, señalan representantes empresariales”
El cambio en la imagen de la feria es una muestra de cómo está cambiando la industria, y en el paisaje que ofrecen los stands predominan los brazos articulados dando giros imposibles para llegar a cualquier punto, o cortando con la más alta precisión imposible para el pulso del más templado de los humanos.
Algunos aprenden los movimientos que se les indican. Es el caso del brazo articulado que presenta la empresa la empresa valenciana Cabycal y cuyo funcionamiento explica el ingeniero Andrés Moya. “El pintor sería el que manualmente hace los movimientos sobre las piezas en un principio y estos movimientos se quedan guardados para piezas iguales, en las que repite el mismo patrón que se le ha enseñado”, apunta. El robot se presenta con un cartel que dice “copia tus movimientos”. En la demostración simula pintar una silla, pero “se adapta a cualquier producto y proceso. Se hace la solución a medida”.
En el caso de este robot los primeros movimientos los realiza un operario a través de un joystick, en otros como el que presenta el centro tecnológico Tecnalia, se vale de las gafas de realidad aumentada, para que el operario dirija el robot. “La cámara que lleva el robot detecta la pieza, el operario con las gafas de realidad aumentada escoge la zona que se quiere pulir”. Esto permite que “lo pueda manejar un operario que sepa cómo hay que pulir la pieza pero sin que sea necesario que tenga ningún conocimiento ni cualificación en en robótica”. “Se puede hacer tan sencillo como si fueran manual, porque al final para una empresa es complicado encontrar alguien que tenga conocimientos tanto en el proceso de pulido, como en el de controlar el robot”, agrega.
La fabricación a través de impresoras 3D, es una ámbito en claro desarrollo que ha abierto una nueva perspectiva a la fabricación. La empresa Maquinser distribuye piezas fabricada por tecnología aditiva, que pueden ir destinadas a piezas aeroespaciales para implantes o prótesis relacionados con la salud o para la automoción, según explica Asier Alburquerque.
Junto a estos se ofertan piezas -gatos mecánicos o martinetes- capaces de mantener en el aire 200 toneladas de peso, por ejemplo un vagón de tren, como si se tratase de una pluma mientras un operario de mantenimiento hace la reparación. La Bienal, además de ser escaparate industrial, lo es de aprendizaje y de empleo. Por eso, la Formación Profesional vasca y su colaboración directa con las empresas tiene también un lugar destacado en el paisaje que ofrece este semana el BEC. Se puede ver, por ejemplo un proyecto de Tknika, en el que el robot lee la mano y permite transportar o para manejar determinados productos con el simple movimiento de mano. O un desarrollo que a través de una cámara conectada con inteligencia artificial puede conectarse con epis, gafas, botas, cascos... para que detecte, determinadas cuestiones que se hayan incluido.
“Por ejemplo, en un centro de mayores, si se cae una persona podría detectarlo y sonar una alarma”, cuenta Borja Goienetxea, uno de los profesores, que destaca la importancia de la presencia en la feria. “Los que estamos aquí somos profesores y es fundamental para nosotros el contacto con la empresa, para que aprendamos, nos actualicemos, veamos las necesidades de la empresa, y después se lo traslademos a los chavales”.
Precisamente en este ámbito de relación con el empleo, la BIEMH ha abierto este miércoles el foro de empleo WORKinn Talent Hub, que ofrece más de 300 puestos de trabajo y en el que participan más de 30 empresas. Esta feria reúne a jóvenes, personas en búsqueda de empleo, empresas e instituciones en torno a todo lo que rodea el talento en el ámbito industrial. Este foro arrancó en 2016 y es el único evento del Estado dirigido exclusivamente al ámbito industrial.
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