La Justicia vuelve a alertar del riesgo de cierre de la cirugía cardíaca en Bilbao y mantiene parado el plan de Osakidetza
La sala de lo contencioso-administrativo del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, encabezada por el magistrado Luis Garrido, recupera los pronunciamientos desfavorables para el Gobierno vasco que se sucedieron con las restricciones por la COVID-19. En una sentencia conocida este miércoles, el tribunal desestima un recurso del Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) contra la paralización cautelar decretada por una magistrada de Vitoria con motivo del cierre previsto del servicio de cirugía cardíaca del principal hospital de Bilbao, el de Basurto. Se pretendía la centralización de la atención para toda Bizkaia en el de Cruces, Bizkaia. Ahora, la Justicia vuelve a dar la razón a los cardiólogos en su pugna jurídica con Osakidetza y, aunque sigue pendiente de resolverse el fondo del asunto, el Superior ve razonable mantener abierta la atención cardíaca en Basurto.
Argumenta la sala que la unificación que plantea Osakidetza supondría “teóricas mejoras” que están basadas en informes de casos similares en “Canadá, Reino Unido y Estados Unidos”, pero incide en que son cambios que “hipotéticamente” podrían darse. Por el contrario, ve muy reales “las muy bajas cifras de mortalidad” del actual modelo, lo que hace que “su mantenimiento, por sí mismo, no genere problemas relevantes para el interés público o de terceros”: Se añade que mantener la suspensión cautelar del plan de la consejera Gotzone Sagardui “supone mantener el 'statu quo' actual que ha venido dando cifras muy satisfactorias en cuanto a índices de mortalidad y calidad de los servicios [separados] de Basurto y de Cruces.
Osakidetza defendía también que los cardiólogos no estaban legitimados para tumbar los planes del Gobierno y que la Administración es la responsable de “autoorganizar” el modelo de atención, sin injerencias externas. El Superior entiende que claramente ese personal está afectado por los cambios y tiene derecho a pleitear y, sobre las competencias de Osakidetza, insiste en que hay un “periculum in mora” porque si se ejecuta el plan mientras se discute si es o no legal podrían darse efectos irreversibles. De ejecutarse, “conllevaría traslados de pacientes con los riesgo manifiestos que ello conlleva”. “Son situaciones que pueden generar una afectación grave en la salud y posibilidades de supervivencia de algunos pacientes”, se puede leer en el fallo.
Ya en primera instancia, la magistrada de Vitoria que paralizó 'in extremis' el plan para Basurto en puertas de que se ejecutara, el pasado otoño, formuló un alegato contra los recortes y la privatización en la Sanidad pública. Rosa Esperanza Sánchez Ruiz-Tello escribió que Osakidetza “ha ido tomando decisiones de manera unilateral”, sin pasar por el Parlamento. Y se preguntaba: “¿Cuántos pacientes fallecerían en un centro unificado de mayor dimensión en relación a los que fallecen en cada uno de los centros de menor dimensión? Creemos esencial no entrar en un juego de palabras que podría ocultar la realidad. La realidad es que la unificación de cirujanos en Cruces entraña el cierre del servicio de cirugía cardíaca de Basurto”.
El fallo del Superior puede ser objeto de recurso ante el Supremo, aunque Osakidetza aún no se ha pronunciado sobre la resolución judicial. Este periódico publicó que, además de la cirugía cardíaca, se pretendían centralizar a lo largo 2023 otras cinco especialidades en un único hospital. En concreto, se plantea unificar la atención de tres cirugías ginecológicas, la de cánceres de vulva y vagina, la de cáncer de útero y la de cáncer de ovarios, así como las operaciones de sarcoma uterino y cáncer gastroesofágico. En cuanto a la cirugía cardíaca, es una oferta que ya no disponen ni los centros de Álava -que envían sus pacientes a Bizkaia- ni los de Gipuzkoa -que derivan los casos a centros concertados-.
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