La Korrika quiere llevar a las calles una nueva “oleada” a favor del euskera
Un año más tarde de lo habitual a causa de la pandemia de la COVID-19, la Korrika, la carrera a favor del euskera, volverá a tomar las calles y carreteras vascas durante la primavera de 2022. El lema de esta vigesimosegunda edición será “Hitzekin” y recorrerá desde el 31 de marzo hasta el 10 de abril todos los rincones de Euskadi, Navarra e Iparralde. La carrera comenzará en Amurrio y terminará en Donostia, donde se leerá el mensaje que llegará dentro del testigo.
La Korrika debería haberse celebrado durante la primavera pasada. Sin embargo, las restricciones para evitar la propagación de la COVID-19 y la intención de AEK, entidad organizadora, de celebrarla como es habitual, aglutinando a la muchedumbre en una carrera a favor del euskera, impidieron que se realizara. Ahora, la intención de AEK tampoco ha cambiado, pero admiten que tendrán que “adecuar” la Korrika a la situación en vista del aumento de casos que se está dando en las últimas semanas y las “directrices” que el Departamento de Salud prevé en una nueva norma para los municipios con una mayor incidencia de la COVID-19. A pesar de ello, Aitziber Balanzategi, presidenta del Consejo Rector de AEK, se ha mostrado optimista durante la presentación de la nueva edición y espera “poder celebrarla de la forma más habitual posible”.
En total, la próxima edición de la Korrika recorrerá alrededor de 2.500 kilómetros de forma ininterrumpida desde Amurrio a Donostia. En el camino, el testigo pasará de mano en mano hasta llegar a la capital guipuzcoana, donde se conocerá “uno de sus secretos mejor guardados”: el mensaje que viaja dentro. El lema elegido es “Hitzekin”, un juego de palabras entre 'hitz' (palabra) y 'ekin' (acción) que, además, crea una nueva palabra, “con palabras”. La razón es que, según ha apuntado Balanzategi, “un idioma se compone de palabras, pero es con las acciones con lo que se crea la comunidad”. Así, ha defendido la “necesidad” de una comunidad 'euskaldun' “proactiva” para que el euskera pueda seguir adelante. En esa línea, ha reivindicado que “es hora de pasar a la acción, de despertar, porque las luces de la crisis lingüística se han encendido ya”.
Los objetivos de la Korrika son dos, principalmente: concienciar a la ciudadanía a favor del euskera y recaudar fondos para los 'euskaltegis', centros de enseñanza del euskera. Para Alizia Iribarren, coordinadora general de AEK, esos dos objetivos con los que nació la Korrika en 1980 “siguen muy vivos a día de hoy”. Además, a través de esta carrera, AEK también persigue “avivar el sentimiento de orgullo por el euskera”. “Sabemos que la pandemia ha borrado el euskera tanto de las plazas como de la vida de muchas personas; por eso, nos parece muy importante recuperar la oleada a favor del euskera que suele traer la Korrika”, ha explicado Iribarren en euskera. Además, ha lamentado que “los recursos que las administraciones destinan a los 'euskaltegis' todavía no son suficientes”, si bien ha reconocido la labor que las tres administraciones, la vasca, la navarra y la de Iparralde, han hecho en los últimos años a favor del euskera.
Además, la vigesimosegunda edición de la Korrika homenajeará a los payasos Pirritx, Porrotx eta Marimotots —Aiora Zulaika, Joxe Mari Agirretxe y Mertxe Rodriguez— por la labor a favor del euskera que han llevado a cabo desde su creación el 24 de diciembre de 1987 en Lasarte. “En su recorrido de 34 años siempre han actuado desde el euskera y han sido impulsores del idioma, de cara tanto al presente como al futuro”, ha explicado Balanzategi. Asimismo, ha defendido el rol de estos payasos en la transmisión lingüística “de padres a hijos y de hijos a padres”, lo que les ha convertido en una “influencia directa para que muchas personas eligieran el euskera”.
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