El alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran (PNV), ha lanzado en las últimas semanas una “caza al grafitero”, según ha anunciado en varios medios de comunicación y ha publicitado en sus redes sociales. “El Ayuntamiento se ha propuesto limpiar la ciudad de grafitis, abriendo una persecución sin tregua contra los grafiteros”, explican fuentes municipales sobre la iniciativa. En números, se han localizado del orden de 6.200 pintadas y se ha logrado identificar a tres autores habituales de la ciudad, “KRAS, ZSME y SHOK”, que han sido obligados a limpiar las paredes y a pagar una multa que puede llegar a 3.000 euros. ¿Pero cómo se ha tramitado administrativamente esta campaña? El Gobierno de Urtaran ha fichado como asesora a la empresa Orion Analistas.
En el verano de 2020 se formalizó un contrato menor (sin concurso) por una cantidad muy próxima al máximo legal permitido (14.900 euros más IVA, cuando el tope es de 15.000) con una particular. Ahora, según estas fuentes, esta autónoma ya se ha constituido en empresa bajo la denominación de Orion Analistas y va a recibir una segunda adjudicación directa por una cuantía similar.
¿Qué es Orion Analistas? ¿Cómo llegó a Vitoria? Fuentes municipales indican que la persona detrás de esta firma, Marta García Grúaz, es experta en grafología. El plus que aporta a la anterior estrategia contra las pintadas –investigación policial ordinaria y limpieza con la contrata municipal– “gravita en incorporar una investigación continuada en el tiempo que dé como resultado unos informes periciales que, a través de diversas técnicas de investigación, permiten atribuir de forma incontestable las infracciones cometidas a las personas responsables”. “Sin necesidad de pillarlos 'in fraganti', y a través del análisis grafológico del grafiti, no sólo se identifica a los infractores sino que además se les pueden imputar legalmente todas las pintadas que hayan efectuado, independientemente del momento y del lugar en el que las hayan hecho”, indican desde el Ayuntamiento.
El Ayuntamiento desconoce cómo fue el primer contacto con esta empresaria, si bien consta que una cuenta de Twitter llamada “Orion Analistas” contactó en la primavera de 2020 con Urtaran para ofrecerle sus servicios cuando denunció unas pintadas aparecidas en Olarizu, en la Casa de la Dehesa. En un mensaje plagado de faltas de ortografía, hablaba de un asesoramiento técnico “para toda la ciudad”.
Es una estrategia que la empresaria ha seguido con cargos públicos e instituciones de toda España: cuando comentaban alguna noticia sobre grafitis en sus redes sociales, la empresa que todavía no existía como tal se daba a conocer. Se da la circunstancia de que, en las mismas fechas, también se ofrecían como rastreadores contra la pandemia. “Orion Analistas les ofrece servicios como analistas (rastreadores COVID–19) en redes que pueden ser de interes [sic]; si necesitan ampliar información, no duden en contactar con nosotros”, le planteaban a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.
Antes, en 2019, otro representante que hablaba en nombre Orion Analistas concedió una entrevista a RNE en la que explicaban que trabajaban contra las pintadas “mano a mano con los cuerpos de seguridad del Estado”. “Se ha venido trabajado codo con codo de forma discreta para no dinamitar el fin último: atribuir con garantías legales las pintadas a sus autores y generar informes con validez en los tribunales”, explica el Ayuntamiento sobre su actividad en Vitoria.
Fue a finales de julio y principios de agosto cuando Vitoria formalizó su relación contractual con García Grúaz. La factura presentada inicialmente fue devuelta porque, según fuentes municipales, hubo algún problema con el IVA. El pago total es de 18.029 euros, esto es, 14.900 euros más los impuestos. La dirección es la de un piso en una calle de El Prat de Llobregat, en Barcelona. La empresa, contactada por este periódico, no ofrece ningún detalle sobre sus servicios. “Por motivos de acuerdos de confidencialidad de datos, no podemos facilitar entrevistas ni información”, indican por correo electrónico. Su página web es un blog y no consta ningún teléfono de contacto. El Ayuntamiento, por su parte, valora de manera satisfactoria la labor de estos expertos y adelanta que repetirá el contrato. Esta vez será ya con Orion Analistas como tal, puesto que se constituyó como empresa en diciembre de 2021. Será por una cantidad próxima a los 15.000 euros. Más adelante se anuncia un concurso que estará abierto a otras firmas que puedan ofrecer el mismo servicio y que quieran competir con la actual adjudicataria.
Indican desde el equipo de Urtaran que la nueva estrategia ha supuesto un salto cualitativo. “Hasta ahora, desde la ciudad se limpiaban o repintaban las paredes de lugares públicos. Muchos de los privados también así lo hacían, pero en pocos días, volvían a pasar los grafiteros que ensuciaban de nuevo nuestras paredes. La consecuencia es una pugna desigual, porque es mucho más fácil ensuciar que limpiar, que además es más costoso en tiempo y dinero. Una batalla que se alarga en el tiempo y que es muy difícil de ganar para las ciudades”, indican desde el Ayuntamiento.
“Claro que en muchas ocasiones se ha atrapado y denunciado al infractor, pero las responsabilidades por hacer una pintada, que es lo que se podía demostrar, no resultan lo suficientemente 'disuasorias' para que el infractor no lo vuelva a hacer. Por otro lado, más allá de una sanción administrativa, para los casos más graves la imputación en el juzgado tiene un arduo y complicado camino para poder prosperar en una sentencia ejemplarizante. [Ahora] Una vez mapeada la ciudad, la labor ha consistido en ir identificando los grafitis (cada 'firma' o tag) y someterlos al examen de peritos criminólogos y caligráficos. A los informes exhaustivos firma a firma se suman informes de Policía Local y otras informaciones y pruebas que permiten contrastar y asociar, sin lugar a dudas, las pintadas con sus autores. El Ayuntamiento ya dispone de una relación de grafiteros más reincidentes (con la relación de pintadas asociadas a su persona). Con toda la información, el Ayuntamiento ha empezado a citar a los grafiteros más buscados (los más activos) a los que se les informa de su situación, de las sanciones a las que se enfrentan por todas las pintadas asociadas a su persona y ya son tres las personas de las que ha conseguido un triple compromiso: asumen su culpa y se comprometen a reparar los daños cometidos, limpiando las pintadas y comprometiéndose por escrito a no volver a hacerlo en el municipio”, explican desde el Gobierno municipal. Y se añade: “Ahora, el Ayuntamiento dispone de una herramienta elaborada a partir de las 6.200 fotografías de grafitis tomadas una a una (no todas se van a utilizar en el proceso) en 37 barrios de la ciudad, de las que 2.619 ya están geolocalizadas e integradas en una base de datos”.