Petronor admite que expulsó 30 litros de gasóleo C al río Barbadún y la multa podría alcanzar los 30.000 euros
Petronor ha admitido en un documento enviado a la Agencia Vasca del Agua (URA), en el marco de la investigación abierta por un vertido al río ocurrido a mediados de enero, que fueron 30 litros de hidrocarburos los que salieron de sus instalaciones al medio natural y que la sustancia expulsada fue gasóleo C. La compañía insiste en que no hubo afección ni a los peces ni a la flora, pero un informe interno de URA firmado por José Errazkin, responsable de vertidos de las cuencas cantábricas occidentales, avisa a Petronor de que se expone a una sanción de hasta 30.000 euros.
¿Qué ocurrió? A las 18.18 horas del 16 de enero “el servicio de inspección de la Agencia Vasca del Agua recibió un aviso de SOS Deiak [el 112] sobre la aparición de manchas y olor a 'gasoil' en el río Barbadún a la altura de la playa de La Arena”. “Se acudió inmediatamente al lugar, pero al ser de noche y ser la visibilidad muy escasa, no se pudo constatar dicha situación, aunque se podía percibir olor a hidrocarburo”, explicó el Gobierno en el Parlamento. Así las cosas, el 17 de enero los inspectores de URA acudieron “nuevamente” a la zona y constataron que había “irisaciones”, indicativas del vertido. “Se procedió a investigar su origen para lo que se contactó con personal de la empresa Petronor, quienes, tras la inspección de sus instalaciones, localizaron el origen del vertido de hidrocarburo en el punto de unión de los arroyos Cardeo y El Verde”, explicó el Ejecutivo.
URA dispone ya de un informe analítico con los datos del “incidente”, cuyas zonas afectadas son la playa de La Arena, donde desemboca el Barbadún, y también el punto de unión de los arroyos Cardeo y El Verde. Todos esos lugares se encuentran en la zona de Muskiz, Zierbena y Abanto-Zierbena, en el oeste de Bizkaia donde tiene su refinería principal la compañía del grupo Repsol. Según esos datos, contrastados por este periódico con un experto, la muestra de agua recogida presenta valores normales de PH y de conductividad pero muy altos de aceites y grasas, de DQO (Demanda Química de Oxígeno) y de hidrocarburos, hasta diez veces por encima de lo ordinario en algunos casos. El análisis se ha hecho en un laboratorio oficial en Lasarte-Oria.
No consta en ningún momento que fuera Petronor la que alertara del vertido, aunque la empresa recalca que ha reaccionado con celeridad y que ha limitado la afección al entorno natural. Según sus alegaciones, “se observan irisaciones puntuales y alguna de mayor longitud en la desembocadura del arroyo” Cardeo, pero “no se observa a simple vista mortandad de peces ni aves afectadas” y “además, no se observa la vegetación y contorno de ribera alterada o con deposiciones”. En ese mismo informe interno de la compañía, descarta la que se manejó como primera hipótesis, la de la “pérdida de contención de alguna de las líneas existentes (enterradas)”, esto es, que hubiera una fuga en un oleoducto. Petronor se inclina por explicar el vertido por un problema con la red de aguas pluviales debido a las fuertes lluvias de diciembre. “En su momento generó llegada de hidrocarburo desde la red de aguas aceitosas a la red de aguas limpias”, admite. Y habla de “cierta acumulación de aguas con restos de hidrocarburos” y de “ciertas grietas/fisuras en el hormigón que conduce las aguas de la red de pluviales en la zona anexa”.
Dos antecedentes medioambientales
Hace justamente un año, el 13 de febrero de 2021, se produjo otro vertido de Petronor en el Barbadún, entonces a la altura de San Julián de Muskiz. Hacia las 10.00 horas de aquel sábado se detectó la presencia de petróleo en las aguas, según la comunicación de la propia compañía. “La causa más probable con la información disponible hasta la fecha fue un defecto interno en la unión brida-tubería [de un oleoducto], acelerado por corrosión exterior por falta de pintura”, explicó el Gobierno.
Se da la circunstancia de que 'in extremis' y merced a un documento hallado a última hora en los archivos del Gobierno, Petronor podrá solventar el caso de su fábrica de coque instalada sin permiso sobre la costa con solamente una falta leve y una multa de 60.000 euros (así como la devolución de tres millones de beneficios), como ha publicado este periódico. La compañía se exponía a una sanción de hasta 200 millones de euros.
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