Entrevista Entrenadora de baloncesto del Araski AES

Made Urieta: “Los deportistas masculinos no se plantean estudiar algo para después de su carrera profesional, pero a nosotras es lo que más nos preocupa”

Maialen Ferreira

15 de octubre de 2021 09:37 h

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Son las doce del mediodía de un miércoles y Made Urieta (Amurrio, 1981) da por finalizado el entrenamiento del equipo profesional de baloncesto femenino Araski AES entre aplausos de sus jugadoras. Todas ellas, una vez terminada la sesión, tienen que volver a su día a día. Algunas trabajan, otras estudian, pero todas ellas comparten el mismo sueño: poder vivir algún día del deporte.

Su entrenadora, Made Urieta, comenzó como jugadora de baloncesto en 1993 y pasó a ser entrenadora de equipos sénior en 2001. Ha sido cuatro veces galardonada con el premio “Memorial Antonio Díaz Miguel” a la mejor entrenadora del año, concretamente en 2016, 2019, 2020 y 2021. Sin embargo, no duda en asegurar que el mayor logro de su carrera ha sido conseguir el ascenso del equipo al que entrena y del que es cofundadora y directiva, el Araski AES, a la Liga Femenina Endesa, la máxima competición de baloncesto que se disputa en España.

En 2019 fue ayudante entrenadora de la selección de baloncesto de España para el Eurobasket, que se celebró en Serbia y Letonia, donde el equipo logró la medalla de oro. Este año 2021 también ha ocupado ese mismo puesto esa misma competición, que en esta ocasión se ha celebrado en España y Francia y en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, celebrados también este año.

¿Cómo surgió su interés por el baloncesto?

No estoy muy segura. Yo diría que fue porque en el colegio era muy activa y siempre me gustaba jugar con mis amigos a fútbol y a baloncesto. El baloncesto me enganchó de tal manera que aún no lo he podido soltar, ni quiero.

¿Existen suficientes referentes de mujeres en el baloncesto, en concreto, y en el deporte, en general, para que las niñas se fijen en ellas?

Es una de las cosas de las que más pecamos. No hay suficientes referentes femeninas para que las niñas puedan verse reflejadas y quieran ser como ellas. Nosotras con nuestro equipo lo estamos intentando y creo que consiguiendo. Cada vez se están dando más pasos para lograrlo, pero es verdad que si a un niño le preguntas por el nombre de cinco futbolistas o jugadores de baloncesto no te dice cinco, te dice cincuenta, mientras que nombres de mujeres puede saber uno o dos. Son cosas que tienen que cambiar, porque una niña también puede ser jugadora profesional de baloncesto. ¿Por qué no?

De los muchos premios y logros que ha conseguido a lo largo de su carrera, ¿cuál es el que más ha significado para usted?

El momento más importante de mi carrera deportiva fue cuando en 2016 ascendimos a la Liga Femenina de Baloncesto, porque éramos el 'patito feo' de la competición y nadie esperaba que jugáramos esa final, ni mucho menos que la ganáramos. Fue lo que marcó un antes y un después para el club, porque pasamos de ser un club semi profesional a profesional con toda la gestión que ello requiere. A nivel deportivo fue un subidón increíble y lo recordaré siempre. De hecho, tengo la fotografía levantando la copa puesta en mi salón porque no hay que olvidarse nunca de dónde venimos y lo que ha costado conseguir lo que ahora tenemos.

Si a un niño le preguntas por el nombre de cinco futbolistas o jugadores de baloncesto no te dice cinco, te dice cincuenta, mientras que de mujeres se puede saber uno o dos como mucho

Hace unos días la futbolista del Osasuna B, Karolina Sarasua, denunció amenazas e insultos durante un partido. ¿Situaciones como esta siguen sucediendo en el día a día de una deportista?

En baloncesto no hay tantas faltas de respeto como en el fútbol. Es importante que no las haya porque el deporte tiene que moverse en un ambiente mucho más sano. Pocas veces ocurren casos así, aunque es cierto que esta temporada hemos tenido un caso en el que hubo insultos. No debería permitirse en ningún deporte.

¿Qué ocurrió aquel día?

Después de un partido un grupo de personas insultaron a una jugadora de nuestro equipo y a mí porque creían que, como yo estoy en la selección española de baloncesto, tenía unos privilegios con los árbitros que no correspondían. Para nada era así porque los árbitros hacen su trabajo y pitan lo que ven, pero nos insultaron igual, aunque al final quedó como una anécdota.

¿Más allá de aquel suceso usted o las jugadoras han sufrido algún tipo de discriminación durante algún partido o tras él?

No, para nada.

Ha sido ayudante del entrenador principal de la selección española de baloncesto, Lucas Mondelo, en el Eurobasket y en las Olimpiadas de Japón. ¿Qué opina sobre el hecho de que la Federación Española de Baloncesto lo destituyera al término del campeonato olímpico?

Todo lo que ha pasado ha sido muy desagradable, pero la Federación habrá tenido los motivos que ellos consideren para tomar esa decisión. Yo la respeto y, sin ninguna duda, la apoyo, pero prefiero no hablar de estos temas, es algo delicado y prefiero mantenerme al margen.

Las deportistas Anna Cruz y Marta Xargay, acusaron a Mondelo de métodos radicales durante los entrenamientos. Xargay confesó haber sufrido bulimia tras los malos tratos provocados por el exentrenador. ¿Era consciente de que estaban ocurriendo ese tipo de situaciones?

No puedo hablar de algo que no he vivido. Ella habla sobre todo del periodo en Rusia -ambas jugadoras coincidieron con Mondelo en el equipo ruso del Kursk- y ahí prefiero no responder.

En baloncesto no hay tantas faltas de respeto por parte de los aficionados como en el fútbol; no deberían permitirse en ningún deporte

En los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que a raíz de la pandemia tuvieron que celebrarse este verano, la salud mental de los y las deportistas ha adquirido un protagonismo importante. ¿Cómo se logra mantener un equilibrio con tantas presiones dentro del mundo del deporte?

Es muy complicado. Se ha criticado a muchas deportistas, como en el caso de Simone Biles, que tuvo que abandonar los Juegos Olímpicos por la presión que sentía. Creo que hay que respetar a las deportistas y hay que apoyarlas. Están sometidas a mucha presión y sienten también esa soledad, porque al final la soledad del deportista está ahí. Necesitan el apoyo de la gente y yo siempre voy a respetar las decisiones que mis jugadoras vayan a tomar. Ojalá no pasasen estas cosas, pero es una realidad como lo es en cualquier otro trabajo. Hay muchos profesionales que lo dejan o se cogen la baja por problemas de salud mental y, ¿por qué no lo puede hacer un deportista que está sometido a mucha presión porque su futuro depende de los resultados que obtenga en una competición? ¿Cómo no va a tener presión? ¿Cómo no va a tener esas crisis?

¿Se siguen reproduciendo métodos agresivos o perjudiciales a la hora de entrenar en el deporte profesional?

Cada vez hay más respeto. Está apareciendo más la figura del coach mental o del psicólogo deportivo, que creo que es importante. Es una herramienta importante dentro de los cuerpos técnicos. Cada día debería ser más natural. Además, la metodología está cambiando en cuanto a los entrenadores y la gestión de los grupos. Está demostrado que es importante tener a tu equipo feliz porque rinde más. Yo, en mi caso como entrenadora, voy a hacer todo lo posible para que ellas se sientan contentas, a gusto y en un ambiente seguro. Voy a hacer todo lo posible para que sea así.

Las deportistas necesitan apoyo y yo siempre voy a respetar las decisiones que mis jugadoras tomen para que se sientan contentas y en un ambiente seguro

Muchas deportistas se ven obligadas a compaginar su carrera deportiva con estudios u otro trabajo. ¿Se puede vivir exclusivamente del deporte a día de hoy si se es mujer?

Es muy complicado encontrar mujeres que puedan vivir del deporte. No creo que haya ningún deportista profesional masculino que realmente se plantee tener que estudiar para ver qué hace después de su carrera deportiva y a nosotras, como mujeres, lo que más nos preocupa es estudiar algo para luego tener un futuro tras nuestra etapa como deportistas de alto rendimiento. No es nada justo y es algo que debería cambiar.

Lo que hacen es digno de admirar, tenemos jugadoras que han estudiado Medicina, Administración, Marketing, Biología... Es una pasada. Están todo el día entrenando y luego trabajan y estudian. De camino a los partidos, durante los viajes también estudian. No debería pasar, deberían tener un salario mínimo para vivir. No hay que olvidar que su carrera deportiva dura hasta los 32 o 34 años; les quedan después otros 30 años o más de trabajo. Es complicado y es injusto. Las cosas están cambiando, pero deberían cambiar de una forma más radical para que una mujer pueda dedicarse profesionalmente al mundo del deporte.

¿Falta financiación o un interés real por parte de las instituciones, tanto públicas como privadas, para apoyar al deporte femenino?

Tiene que haber tres factores fundamentales. El primero, las instituciones, que deberían apoyar ya no de forma igualitaria a chicos y chicas, sino de forma que compense todo lo que durante estos años hemos recibido de menos las mujeres. El segundo, los medios de comunicación, porque creo que es fundamental el trabajo que hacen para contar lo que pasa y que se sepa lo que hay, que la masa social vaya a ver deporte femenino ya sea fútbol, baloncesto, balonmano o el que sea porque también hay espectáculo en el deporte femenino. Por último, el tercero, las empresas privadas. Es muy importante que las grandes marcas apuesten por el deporte femenino porque eso va a hacer que el resto de las marcas también lo hagan. Es injusto, pero todo se basa en dinero y quien cuenta con más apoyo, puede lograr mejores cosas, por eso lo necesitamos.

Seguidores del Baskonia han venido a ver al Araski y después del partido se han ido sorprendidos y contentos por lo que habían visto

¿Los aficionados aún no consideran al deporte femenino como un espectáculo que merece ser visto?

Cada vez son más conscientes. Vitoria es una ciudad de baloncesto y han venido a ver al Araski seguidores del Baskonia que después del partido se han ido sorprendidos y contentos por lo que habían visto. Ven que hay espectáculo y quieren venir a ver al equipo, a veces incluso antes que al Baskonia. Al final es baloncesto, sea femenino o masculino, y es el mismo deporte.

elDiario.es/Euskadi

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