La Cámara de Representantes de Texas, en Estados Unidos, votará el 1 de marzo una resolución presentada por el electo de origen vasco Rafael Anchía para homenajear a los tejanos -o alistados allí- de esa procedencia que combatieron contra el nazismo y contra Adolf Hitler en la II Guerra Mundial. La iniciativa ha sido promovida tanto por la Asociación Sancho de Beurko, que ha elaborado más de un millar de biografías de 'fighting basques', es decir, de vascos enrolados en las fuerzas armadas estadounidenses, y de la entidad conocida como NABO, la federación de centros vascos en aquel país. Anchía es del Partido Demócrata.
Guillermo Tabernilla, portavoz de la Asociación Sancho de Beurko, afirma que este paso es fruto de “años de trabajo” y que el texto que se elevará a la Cámara baja del segundo estado más extenso “no tiene precedentes” porque implicará que “por primera vez” un organismo oficial reconozca la memoria de los vascoamericanos, que fueron miles y no solamente en Estados Unidos sino en todo el continente. Eso sí, en la octogésima quinta legislatura, en 2018, Anchía, cuya familia era de Bizkaia, ya presentó otra resolución que declaró el 29 de junio como el Basque American Day porque, según expuso, “los vascos han contribuido al desarrollo de la nación [estadounidense] desde su concepción y, hoy, orgullosos descendientes de vascos continúan enriqueciéndola con su cultura e impulsando su prosperidad”.
Está ya confirmado que acudirán a Austin, la capital de Texas y sede del capitolio estatal, tanto Marie Petracek, de NABO, como Pedro J. Oiarzabal, de Sancho de Beurko. Él y Tabernilla son los impulsores de Fighting Basques y han logrado rescatar historias ocultas de vascos con un papel muy relevante en la II Guerra Mundial. Explican que ya han completado el rastreo de casos en 45 estados, además de Puerto Rico y del Distrito de Columbia (Washington). Un día después de la sesión parlamentaria, el 2 de marzo, está prevista una exposición sobre la presencia vasca en Texas y una mesa redonda a la que se sumará Maggie Rivas-Rodríguez, directora del Centro de Historia Oral de Austin. El evento se ha organizado en la biblioteca pública de la ciudad y está prevista la presencia de familiares y descendientes de los homenajeados.
Casi 1.200 españoles alistados
Según datos de Sancho de Beurko, “más de 12 millones de estadounidenses se encontraban en el servicio militar activo en el momento de la victoria sobre Japón en septiembre de 1945, lo que representaba el 9% del total de la población del país (131 millones)” y “unos 16 millones fueron reclutados a lo largo del conflicto”. Unos 300.000 inmigrantes fueron reclutados, siempre según estos datos. Y, “según los registros militares que se conservan en los Archivos Nacionales de Estados Unidos (NARA) [...] 1.196 nacieron en España, uno de ellos en el entonces Protectorado español de Marruecos” Dos eran mujeres, una vasca y una catalana, que fueron “destinadas al Cuerpo de Mujeres del Ejército, creado en 1942”. Nacieron entre 1896 y 1927 y emigraron en el período de entreguerras mundial aunque el “punto de inflexión” fue “el exilio provocado por la Guerra Civil española de 1936”. De ellos, 141 eran oriundos de Álava, Navarra, Gipuzkoa y, sobre todo, Bizkaia. Hay casos también de emigrantes de los territorios vascofranceses.
“Aunque un buen número de vascos (casi un 38%) se quedaron en Nueva York, la mayoría de ellos prosiguieron su viaje hacia el Oeste, haciendo de Nevada (18%), California (17%), e Idaho (15%) su segundo hogar. El 92% de los vascos alistados eran nacidos en Bizkaia. Casi tres de cada cuatro navarros reclutados por el ejército estadounidense hicieron de California su nueva residencia, lugar dónde hunden sus raíces, al igual que sus convecinos vascos, desde mediados del siglo XIX”, halló Sancho de Beurko.
Y detrás de los números hay nombres propios. Sancho de Beurko, por ejemplo, rescató la biografía del agente secreto de padres vizcaínos en la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS, la actual CIA) Julio Eiguren Bermeasolo (Jordan Valley, Oregón, 1919-1976, Emmett, Idaho) y su labor en el “Destacamento 404” en Birmania y Tailandia. O la vida del técnico de cuarto grado del Ejército Antonio Guezuraga Besanguiz (Busturia, Bizkaia, 1919-1992, Brevard, Florida) quien vio acción tanto en el Norte de África como en Europa, convirtiéndose posteriormente en uno de los ingenieros jefes de la NASA durante su servicio en la Marina estadounidense.
Las familias vascoamericanas Ybarrola de Montana, Laxalt y Etchemendy, ambos de Nevada superaron todo tipo de dificultades. “De padre navarro y madre de origen estonio, los hermanos Don, Joe y Jim Ybarrola sirvieron con honor en el Ejército, en las Fuerzas Aéreas y en la Armada durante la II Guerra Mundial. A pesar de haberse quedado huérfanos de madre a una temprana edad, la tenacidad de su padre hizo que la familia se mantuviese unida. Mientras tanto en Nevada, los hermanos suletinos Pierre y Dominique Laxalt Etchart juntos a sus respectivas esposas, las bajo navarras Marie Ucarriet y Therèse Alpetche Bassus (Baigorri, Baja Navarra) criaron a sus hijos, seis de los cuales tomaron parte en la guerra. Por una parte, Gabriel y Robert Laxalt Ucarriet sirvieron en las Fuerzas Aéreas, mientras su hermana Lucille lo hizo en el Cuerpo de Enfermeras Cadetes”, publicó Sancho de Beurko, que elaboró para elDiario.es un blog titulado precisamente 'Fighting Basques'.