Los vascos perciben el cambio climático como “un problema grave”, con una puntuación de 8,1 sobre 10, y un 73% cree que ya se sienten los efectos. Además, se muestran “más favorables” a las energías renovables que a las de otro tipo y un 75% estarían dispuestos a tener en su entorno cercano una instalación de energética renovable, según el estudio sobre la Percepción y las Actitudes de la sociedad vasca ante el cambio climático y la transición energética.
El sondeo, presentado este miércoles por el director general del Ente Vasco de la Energía, Iñigo Ansola, y la directora de Acción Climática de Ihobe, Mari Mar Alonso, durante el encuentro para hacer público el 'Basque Green Deal', se ha centrado en las percepciones y actitudes de la población de Euskadi sobre el cambio climático y la transición energética. El trabajo, desarrollado por el Gabinete de Prospección Sociológica sobre Cambio Climático y Transición Energética entre los días 1 y 9 de marzo de 2021, a través de 1.905 entrevistas telefónicas en el conjunto de la Euskadi, refleja que la población vasca percibe el cambio climático como un problema grave, con 8,1 puntos en una escala de 0 a 10, una percepción ligeramente más alta que la media de la Unión Europea (8,0).
Además, los vascos son “cada vez más conscientes” de la relación entre el cambio climático y la producción y el consumo de energía. En 2017, un 39% decía que “están muy relacionados”, y actualmente lo afirma un 51%. Entre las personas de entre 18 y 29 años, ese vínculo “se ve más claro aún”, con un 70% que mantiene esta creencia. Un 73% de la población vasca cree que ya se sienten los efectos del cambio climático, un 10% que se sentirán en los próximos 10 años y un 8% que en los próximos 25 años o más. La consecuencia que la población considera más probable que ocurra en Euskadi es que haya más olas de calor; un 45% lo considera muy probable y un 46% bastante probable.
También se consideran muy probables la subida del nivel del mar (43% muy probable y 44% bastante), el aumento de las enfermedades infecciosas o pandemias (40% y 44%), la pérdida de algunas especies animales y vegetales (37% y 43%), el aumento de la frecuencia de las inundaciones (36% y 44%) y que haya más desprendimientos de tierra (30% y 44%). Por el contrario, es una minoría la que considera probable que el cambio climático traiga a Euskadi una escasez de alimentos y agua (11% muy probable y 24% bastante).
Dividida sobre la prioridad
La sociedad vasca está dividida sobre el nivel de prioridad que se debería dar en Euskadi a la lucha contra el cambio climático ya que un 48% considera que debe ser una prioridad para Euskadi, y otro 49% que es importante, “pero en este momento hay otras prioridades”. Según el estudio, esta es una opinión “evidentemente muy influida por la actual situación de pandemia”. Solo un 2% de la población considera que la lucha contra el cambio climático no es un tema importante para Euskadi.
Ante una lista de agentes que podrían actuar contra el cambio climático en Euskadi, la población menciona, en primer lugar, al Gobierno vasco como principal responsable (29%), seguido de los ciudadanos (13%) y las empresas (11%). Un 39% de la población cree que corresponde “a todos por igual”, a pesar de que esta respuesta no se sugirió.
La gran mayoría de la población se ha mostrado favorable a ciertas medidas que podrían adoptarse desde los ayuntamientos para luchar contra el cambio climático, como fomentar el consumo de alimentos locales (70% totalmente de acuerdo y 26% bastante), hacer las ciudades más verdes, plantando árboles, construyendo parques, poniendo vegetación en fachadas y cubiertas, etc. (65% y 29%), impulsar instalaciones energéticas para que los hogares se puedan autoabastecer (62% y 32%), promover la peatonalización y el uso de la bicicleta e impulsar el transporte público (62% y 31%), fomentar la cercanía y accesibilidad entre los espacios urbanos, rurales y naturales (54% y 37%) y poner más impuestos a los vehículos que contaminen más (37% y 34%). Esta última medida recaba un acuerdo algo menor que las demás, pero es la que más evoluciona desde 2017, ya que entonces un 59% estaba totalmente o bastante de acuerdo con ella, y actualmente lo está un 71%.
En cuanto a los tipos de energía que deberían impulsarse, la ciudadanía se muestra más favorable a las energías renovables que a las de otros tipos: energía solar (8,6 puntos en una escala de 0 a 10), eólica (8,3), marina (8,1), geotermia (7,5), biomasa (6,7), hidrógeno (6,3), gas natural (5,4) derivados del petróleo (3,4) y nuclear (1,8). Sin embargo, la energía nuclear es la que, aun siendo minoritario, más aumenta su apoyo social, ya que pasa de 1,4 puntos en 2017 al 1,8 actual.
Tres de cada cuatro encuestados muestran su disposición a tener una instalación energética renovable en su entorno cercano. La mayoría de la población vasca muestra una conciencia clara de que para actuar contra el cambio climático es necesario renunciar a algunas comodidades (51% están totalmente de acuerdo y 39% bastante) y de que es necesario que cada persona reduzca su consumo de energía (50% y 39%, respectivamente). Disminuye, sin embargo, el colectivo minoritario de quienes creen que gracias a la ciencia se podrá combatir el cambio climático sin cambiar el modo de vida, ya que eran un 36% en 2017 y un 31% actualmente.