La contaminación atmosférica en Extremadura durante el confinamiento se ha reducido a la mitad, según un informe de la Consejería para la Transición Ecológica y Sostenibilidad que analiza los niveles de contaminantes atmosféricos durante ese período, para evaluar su impacto en la calidad del aire.
Hecho en colaboración con el departamento de Química Analítica de la UEX, se han analizado los niveles de algunos de los contaminantes atmosféricos presentes en la región y monitorizados por la Red Extremeña de Protección e Investigación de la Calidad del Aire (Repica), como el dióxido de nitrógeno (NO2), partículas en suspensión inferior a las 10 micras (PM10) y el ozono troposférico (O3).
El período examinado comprende desde el 15 de marzo al 15 de abril de 2020 y los resultados se han comparado con el mismo período de 2019.
Tras el estudio se ha observado un descenso muy significativo de los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) en los principales entornos urbanos de Extremadura, que son monitorizados por la red Repica, alcanzándose una disminución media del 50 %.
La causa más probable de este fenómeno es la reducción durante el periodo de confinamiento de los niveles de tráfico en Extremadura, fuente principal de óxidos de nitrógeno en el aire urbano, generada por la combustión de carburantes fósiles.
En el caso de la estación fija ubicada en el Parque Nacional de Monfragüe, la reducción es menos acusada, solo un 7%, dado que por su ubicación rural se ve menos afectada en todo momento por la densidad del tráfico.
Ozono
Asimismo se han observado tendencias al descenso en las concentraciones de partículas en suspensión y de ozono troposférico en las estaciones fijas de Repica.
Los niveles de estos contaminantes según la Junta se encuentran afectados de forma muy importante por la variabilidad de un conjunto diverso de fuentes locales antropogénicas y naturales, por la química atmosférica asociada, así como por el transporte de contaminantes a larga distancia, por lo que, si bien la mejora de la calidad del aire es evidente, la conclusión de un modo fidedigno requiere un estudio más amplio en el tiempo.
Destaca la posible relación entre la calidad del aire y la afección por COVID-19, conforme a los estudios que se realizan por el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que indican una significativa sinergia en los efectos sobre la salud del contaminante y el agente vírico, debido a que ambos afectan al aparato respiratorio.
Red de estaciones
La calidad del aire de la Comunidad Autónoma de Extremadura es, junto con su gran biodiversidad y la presencia de numerosos ecosistemas bien conservados, uno de los elementos más importantes que constituyen el patrimonio natural de la región y que tiene una incidencia directa en la salud de los ciudadanos, la protección de la vegetación y de los ecosistemas, apunta el Ejecutivo regional
Para conocer la calidad del aire, Extremadura cuenta desde el año 2002 con la red Repica, de la Consejería para la Transición Ecológica y Sostenibilidad. Se trata de un instrumento para la protección de la población y el entorno natural ante posibles fenómenos de contaminación atmosférica que pudieran amenazar la calidad del aire.
Para llevar a cabo la evaluación continua de la calidad del aire, dispone de seis estaciones fijas, cinco están ubicadas en entornos urbanos (Badajoz, Cáceres, Mérida, Zafra y Plasencia) y una en entorno rural (Parque Nacional de Monfragüe), y de dos unidades móviles con las mismas características técnicas que las unidades fijas, para permitir la monitorización del aire en otras localidades o entornos rurales de la región mediante campañas periódicas.
Los parámetros de calidad del aire que se miden son los principales contaminantes presentes en la atmósfera: Monóxido de Carbono, Dióxido de Azufre, Partículas en suspensión, Óxidos de Nitrógeno, Ozono Troposférico, Compuestos Orgánicos Volátiles, Hidrocarburos aromáticos policíclicos, Metales Pesados y Benzo-a-pireno.
Estas unidades de vigilancia atmosférica monitorizan los parámetros físico-químicos indicadores de la calidad del aire, que una vez validados se remiten al Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico y son puestos a disposición de la ciudadanía.