La carretera que une Badajoz y Cáceres reabre al tráfico con normalidad después de siete meses

El delegado del Gobierno en Extremadura, Francisco Mendoza, ha anunciado que el tránsito por la carretera N-523, que une Badajoz y Cáceres, recupera la normalidad a partir de las 14:00 horas de este viernes después de “levantarse todas las restricciones” existentes como consecuencia de los daños provocados el pasado diciembre por la borrasca Efraín.

Mendoza ha dicho a los medios que este viernes se han realizado las “pruebas de carga oportunas” para recuperar el tránsito de esta vía al escenario previo a Efraín, a falta “de algún remate menor que realizar” que “no entorpecerá mucho” a los usuarios.

El delegado del Gobierno ha recordado que se trataba de una obra “de considerables dimensiones” pues, entre otras actuaciones, “se ha levantado un puente de 40x12 metros” para solventar el socavón provocado por la borrasca. En este sentido, la administración “se ha dedicado durante todo este tiempo a trabajar” sin tener en cuenta la idoneidad del final de la obra en relación a las elecciones autonómicas o generales, sino “el bienestar de los ciudadanos”, según ha precisado.

Mendoza ha afirmado que el Ejecutivo central se encontró tras Efraín “con un hundimiento de una vía de comunicación” y tuvo que tramitarse un “procedimiento de emergencia” para solventar esta situación a través de un puente.

También ha dicho que le gustaría que en otros casos, por ejemplo “en vías incluso de entornos más urbanos”, se tardara el tiempo que ha costado llevar a cabo la obra en la carretera Badajoz-Cáceres, tiempo que considera “razonable”.

Entre las “restricciones” que hoy acaban se encuentran el final de los semáforos instalados como medida preventiva o el regreso de la total normalidad en el tránsito de camiones, sea cual sea su peso.

La obra en la vía que une ambas capitales provinciales ha su supuesto una inversión de 1,1 millones de euros.