Río Narcea, la empresa que explotará la mina de níquel de Aguablanca, en Monesterio (Badajoz), prevé retomar la actividad del yacimiento en el verano de 2024, ocho años después de su cierre y una vez que, según ha asegurado, ha obtenido todos los permisos necesarios.
Como ya anunciaron los promotores a principios de año, en otoño comenzarán los trabajos preparatorios para la reapertura de la mina, durante los que se crearán 40 puestos de trabajo. El año que viene, cuando esté a pleno rendimiento, se prevé la creación de 330 puestos de trabajo.
La consejera de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Sostenible, Mercedes Morán, ha destacado que la reapertura de la mina es una “gran oportunidad” para el desarrollo económico de la región y un ejemplo de que este no está reñido con la protección medioambiental. “Se trata de una decisión muy esperada por el desarrollo económico que supone”, ha afirmado.
A las cifras de empleo, Morán ha añadido una producción de tres millones de toneladas de concentrado de níquel y cobre y más de 330 millones de euros de facturación en los primeros seis años, unos “datos incuestionables que suponen una gran noticia y una gran oportunidad”, ha subrayado.
La consejera ha señalado que ésta es la Extremadura que desea el Gobierno de María Guardiola, “una Extremadura que genere riqueza, que genere empleo y oportunidades para todos aquellos extremeños que quieran y decidan quedarse a trabajar en nuestra tierra”.
También ha destacado que Extremadura tiene un potencial minero “muy importante”, pues a los yacimientos de litio se suman ahora el níquel y el cobre de esta mina .
Morán ha subrayado además que este proyecto va a preservar el valor natural de la zona, pues habrá “vertidos cero” y un plan de restauración para devolver toda la superficie de actuación a su estado natural. A su juicio, “es un ejemplo de que el desarrollo económico no está reñido con la protección y la conservación medioambiental”.