La noche del referéndum de Grecia sobre la deuda Juan acudió a la última actuación de Medea en el Festival de Mérida. Sacó la bandera de Grecia, la paseó alrededor de la Orchestra y se llevó algún que otro aplauso desde el graderío.
Dice que fue un acto simbólico, “en homenaje a un país que lo está pasando mal”, y que el gesto fue completamente pacífico.
Repitió la escena cuando acabó la obra, protagonizada por Ana Belén. Cuando los aplausos terminaban quiso “compartir con los actores el símbolo que es la bandera”, y salió caminando bandera en mano en dirección a la salida.
En ese momento denuncia que un individuo le inmovilizó y le condujo al túnel de salida al que se dirigía. “Ya en él, fuera de la vista del público, me abofeteó, me tiró del pelo y me increpó. Me resistí, pero me siguió abofeteando”.
Asegura que las agresiones acabaron en el momento en que llegó la seguridad privada del recinto del teatro. Esta persona desapareció, y desde el festival afirma que nadie le aclaró si se trataba de alguien de la seguridad, un policía o alguien de fuera. “No pude hacer parte de lesiones pues el individuo, que sabía lo que hacía, no me dejó huella”, según dice.
En caso de que sea un ciudadano anónimo, algo de lo que duda, reprocha al Festival de Mérida las medidas de seguridad que tiene en sus instalaciones, donde acuden miles de personas.
“Tuvieron conmigo una actitud intimidatoria”
A la semana siguiente acudió de nuevo al Festival de Mérida, para disfrutar de la obra Sócrates. En ese momento se le acercaron dos policías nacionales. “Me preguntaron si iba a hacer algo esa noche, porque querían tener la noche tranquila, que no se me ocurriera hacer nada”.
En ese caso dice que no quería sacar ninguna bandera, y que si lo hizo la anterior vez fue como un acto solidario con el pueblo de Grecia. “Pero tuvieron conmigo una actitud intimidatoria. Y al preguntarles si sabían quién era la persona que me había agredido, me dijeron que eso era otro tema”.
Relata Juan cómo, en la presentación de la obra de Sócrates el actor protagonista, José María Pou, comentó la aparición de la bandera griega y el homenaje que para Grecia representaba la obra que estaría en escena los próximos días.
“En mi caso el acto simbólico de un ciudadano anónimo culminó con una violencia desmedida y una represión bien medida y que busca crear miedo a quien se le inflige” añade este hombre“. ”En fin, en el escenario se hablaba de democracia y en los túneles se reprimía con violencia sistemática un acto cívico inofensivo“.