La garantía juvenil extremeña ha seguido modelos contrarios al finlandés y el báltico, ejemplos de éxito

Se ha convertido en un problema endémico. El paro continua arrastrando a la migración a muchos de los jóvenes que no se lo planteaban a priori. El Consejo de la Juventud de Extremadura advertía días atrás por ejemplo que el mes pasado había 5.265 parados de hasta 29 años sin empleo anterior, el doble que en febrero.

Mientras el desempleo galopa sin freno las organizaciones juveniles miran hacia el modelo de Garantía Juvenil, destinado a buscar trabajo de calidad o formación complementaria en menos de 4 meses a aquellos que acaban de perder su empleo o terminar sus estudios. Bajo este contexto un foro sobre garantía juvenil organizado por el Consejo de la Juventud extremeño en Badajoz analizó el futuro de este sistema y pudo hacer comparaciones con otras regiones y países.

Identifica aquí el presidente del Consejo de la Juventud de Extremadura, Enrique Hernández, cómo ha habido tanto en España como en Extremadura un interés por emplear y ocupar al mayor número posible de gente en el menor tiempo posible. Y no al revés, como muestran los modelos de éxito en los que se acompaña a los jóvenes en todo el proceso, como son los casos de Finlandia o los países bálticos.

También identifican cómo se presta mucha atención a la educación en secundaria en los países del norte, en lo que se refiere lo acompañamiento y asesoramiento del joven, mientras el caso español no adquiere apenas protagonismo. Existe en estos países una relación de diálogo constante en diferentes fases con el joven, hasta alcanzar un hábitat en el que el desempleo juvenil no supera el 10 por ciento (en Extremadura se triplica esta cantidad).

En el aspecto educativo en el caso de Finlandia, por ejemplo, hasta el 90 por ciento del currículum se hace desde el ámbito local, a pequeña escala, de manera que se actúa pensando en la realidad de cada lugar y no desarrollando grandes reflexiones genéricas.

Hay más factores, como que los finlandeses se toman muy en serio el cumplimiento de los plazos de la garantía juvenil, hasta integrar a los solicitantes en un protocolo formativo y de ocupación. En el norte de Europa se han marcado un plazo de tres meses frente a los seis que hay en España, aunque en la práctica es muy superior. Cada mes que pasa sin darle una alternativa a estos jóvenes se está generando un coste humano, se está empeorando las condiciones de estas personas, que siguen sin tener una alternativa, advierte el presidente del Consejo de la Juventud de Extremadura.

¿Qué ocurre con los Aprendicext?

Un elemento determinante es el hecho de que el PP ya ha consumido 10 millones de los 35 que dispone el sistema de Garantía Juvenil para los próximos cinco años en escuelas taller y en la ESO de los 1.000 euros, como transmitía meses atrás a este diario el director del Instituto de la Juventud, Felipe González.

En este punto traslada el Consejo de la Juventud que el Aprendicext puede considerarse garantía juvenil, o no, en función de la gestión que se haga. En todo caso no sería a su juicio la única medida a aplicar, aunque tampoco tendría que ser descartable en un primer momento.

Explica de este modo que el problema habría estado no en los Aprendicext en sí, sino en el hecho de que se han ejecutado a manos de la improvisación, llevando a cabo en algunos casos unos verdaderos 'despilfarros' de dinero, orientados a gente formada que no los necesitaba, y destinando el dinero a unas cuestiones dejando de lado otras cuestiones de primer interés.

Apunta Enrique Hernández que es cierto que habría que haber invertido en otras cuestiones, y que el público al que tenía que estar destinado, que es el que no tiene la ESO o que solo tiene la secundaria, ha sido mucho más amplio en el caso de estas escuelas taller.

Se ha dado mucho dinero a ayuntamientos que no estaban preparados en algunas ocasiones para gestionar ese dinero, llevando a cabo talleres de jardinería o de otras necesidades viarias que no han enseñado nuevas competencias al alumno para insertarse en el mercado laboral.

“Podemos invertir más dinero en garantía juvenil”

Otra de las cuestiones que traslada el Consejo de la Juventud es que aunque la Junta ha alegado que solo dispone de 35 millones de la UE, hay otros 37 millones de euros que podrían llegar para ejecutar la garantía juvenil, por ejemplo a través del Fondo Social Europeo. Advierte que Extremadura, si quiere, podría destinar mucha más inversión.

No todos los ejemplos son fallidos, ya que el foro de Garantía Juvenil celebrado en Badajoz, al que asistieron representantes de Finlandia y también de la Unión de Ciudades del Báltico, se mostraron ejemplos de buenas prácticas a representantes de la Junta.

Hay experiencias de éxito en España, por ejemplo, Gijón, una referencia que se ha desarrollado a través de su ayuntamiento, que es el que lidera, o el enfoque que le ha dado a la garantía juvenil la Junta de Castilla y León, que van en la buena dirección, y que se basan en el acompañamiento.

Hablan los datos

Los datos que ofrece el Observatorio de Emancipación Joven de Extremadura hablan alto y claro, y ponen de manifiesto la precariedad en la que los jóvenes extremeños siguen sumergidos. 

Detalla el observatorio que en el primer semestre de 2015 emigró al extranjero casi un 44% de la población joven extremeña, y que haya aumentado un 13% la fuga a otras Comunidades Autónomas. 

El mismo informe recoge que el 25% de las personas jóvenes que trabajan están subocupadas, es decir, que tienen una jornada laboral inferior a la dispuesta a desempeñar. Y también que la sobrecualificación afecta al 60% de los menores de 30 años ocupados y la temporalidad al 62%. El resultado es una tasa de pobreza o riesgo de exclusión social que alcanza a la mitad de la juventud de la región, incluyendo al 38% de jóvenes con empleo. Un hecho que evidencia, como denuncia de nuevo el CJEx, que hoy en día trabajar ya no supone escapar de la pobreza.