El Gobierno paraliza la orden de expulsión del maliense Mou Kone, residente en Cáceres
- Una campaña recogió más de 170.000 firmas de apoyo en contra de su expulsión
El joven maliense Moumine Kone ha recibido en la Subdelegación del Gobierno de Cáceres la resolución favorable para obtener la tarjeta de familiar comunitario, lo que le permitirá vivir legalmente en España. De este modo se ha revocado la orden de expulsión a su país, de donde llegó en 2007.
“Aplicando la norma hemos podido conseguir que el amigo Mou resida en Cáceres con todas las de la ley, que era su voluntad”, ha expresado el subdelegado del Gobierno en Cáceres, José Carlos Bote, en una rueda de prensa donde se la he notificado a Mou, de 34 años, esta resolución.
Un viaje hacia Europa
El maliense entró en España hace diez años por las Islas Canarias, tras pasar cuatro días en una patera que salió de Mauritania. Su un viaje “sin saber nadar, sin comer y sin beber”, huyendo de la “inseguridad” de su país y para “mejorar” su vida, según ha explicado Mou. “Hoy voy a dormir muy bien”, ha afirmado Mou en la rueda de prensa, en la que se ha mostrado “feliz e incrédulo” tras una lucha que por fin ha terminado.
En la resolución positiva ha tenido mucho que ver la inscripción en septiembre junto con su novia como pareja de hecho, tras devolverle la Policía Nacional el pasaporte. Ahora Mou quiere “tranquilidad y volver al trabajo” como cuidador de personas mayores y cocinero, pues lo perdió en junio por no tener los papeles en regla, ha indicado.
Ha dado las gracias a su abogado, que le ha ayudado gratuitamente, al subdelegado, ya que sin su ayuda no hubiera podido recuperar su pasaporte, y a su pareja, que le ha apoyado en los peores momentos, así como a todos los que le han hecho con sus firmas.
El maliense llegó en 2008 a Cáceres, donde ha residido desde entonces, y desde el año siguiente pesaba una orden de expulsión sobre él, que recurrió judicial y administrativamente, con resultado desfavorable.
Solicitud de asilo
Entonces decidió solicitar el arraigo en varias ocasiones, que se le denegó, y en 2012 pidió el asilo al Ministerio del Interior, un proceso que finalizó en febrero de este año, cuando recibió la noticia desfavorable, por lo que decidió recabar firmas para mantener su residencia en España.
En mayo presentó 139.000 firmas en la Subdelegación del Gobierno, recogidas a través de la plataforma change.org, lo que sirvió, según ha contado su abogado, Antonio Díez, para “trasladar la sensibilidad social a la Administración”, que comenzó a intervenir y le ofreció dos alternativas: solicitar de nuevo el arraigo, puesto que había cambiado el reglamento; y pedir la tarjeta por ser familiar de una ciudadana de la UE, su pareja.
Sin embargo, se encontró con la dificultad de que su pasaporte lo tenía la Policía, que tras la intervención de la Administración se lo devolvió para comenzar los trámites, que se han demorado por la solicitud de documentación a Mali.
“La Administración a veces tiene corazón pero hay que saber llamar a la puerta correcta”, ha afirmado el abogado de Mou, quien ha reconocido la labor de la Subdelegación y de la Oficina de Extranjería.