Tras cuatro días de búsqueda, este martes ha aparecido el cuerpo del hombre de 39 años que desapareció el pasado sábado en el embalse de Proserpina, una zona de baño de Mérida.
El cadáver de Pedro Guillermo Macías Rey se ha localizado en la zona central de esta zona de baño, muy popular en la capital extremeña, que era la que se estaba rastreando desde el principio.
La Delegación del Gobierno en Extremadura ha confirmado el hallazgo del cadáver de este militar, perteneciente al Batallón de Zapadores de la Brigada Extremadura XI, y la Policía Judicial se ha hecho cargo del cuerpo y de la investigación por este accidente porque se desconoce qué le pudo pasar a este hombre, experto en el medio.
El suceso se produjo en la tarde del pasado sábado cuando, sobre las 17:00 horas se lanzó al agua por el tobogán de un hidropatín en la zona central del embalse. Con él se encontraban en la embarcación su mujer y su hija, que dieron la voz de alarma al ver que no salía.
Los socorristas de Cruz Roja no consiguieron en los primeros momentos localizar al hombre, por lo que comunicaron su desaparición al Centro de Urgencias y Emergencias, que movilizó todo un dispositivo de búsqueda que se ha ido ampliando día a día al ver las dificultades para localizar el cuerpo por el lodo existente en el fondo y la turbiedad del agua.
Alrededor de medio centenar de personas han integrado el dispositivo en tierra y en el agua, en este último caso conformado por equipos de los Grupos Especiales de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil de Extremadura y Madrid, efectivos de Gruz Roja, con tres embarcaciones, e integrantes del Batallón de Zapadores de la Brigada Extremadura XI, a la que pertenecía el desaparecido, con nueve equipos de nadadores, así como bomberos y varios miembros de la Asociación de Rescate Subacuático.
Por su parte, la Policía Nacional, que ha coordinado el operativo, ha mantenido en la zona a agentes de Seguridad Ciudadana, Policía Científica y Judicial, que ni siquiera han suspendido su actividad por la noche con rastreos de las orillas por si aparecía el cuerpo.
En tierra se ha mantenido durante todos estos días un un equipo de atención psicosocial de Cruz Roja para atender a algunos familiares de la víctima que han seguido la búsqueda desde la orilla.
Fuentes de Cruz Roja han explicado a Efe las tremendas dificultades de este rescate, que se ha producido en la zona central del embalse, en la que desapareció el hombre, de unos 13 metros de profundidad, por la nula visibilidad para los buceadores. La existencia de un metro y medio de lodo en el fondo del pantano ha hecho necesario rastrear palmo a palmo con mucho cuidado para no levantar el cieno y provocar que el agua se enturbiase aún más.