Alcoa anuncia el cierre de sus plantas en A Coruña y Avilés y pone en riesgo casi 700 empleos

La multinacional productora de aluminio Alcoa ha anunciado su intención de iniciar un periodo formal de consultas para llevar a cabo un despido colectivo en sus plantas de Avilés y A Coruña, por el que se verían afectados un total de 686 trabajadores, tras proceder al cierre de estas fábricas debido a su “improductividad”.

Según afirma la compañía estadounidense en un comunicado, se trata de las plantas menos productivas del grupo debido a “problemas estructurales intrínsecos”. Alcoa iniciará un periodo de consultas con los representantes de los trabajadores con una duración máxima de 30 días naturales.

Alcoa, que convocó de urgencia este miércoles a los representantes sindicales, asegura que sus plantas de Avilés y A Coruña se encuentran afectadas por problemas estructurales productivos y tecnológicos como su “menor capacidad de producción, una tecnología menos eficiente y elevados costes fijos”, unidos a factores externos de mercado, como la “sobrecapacidad de producción de China”, el elevado precio de las materias primas y el coste de la energía.

Al elevado precio de la factura de la luz se ha unido en las últimas semanas el incremento en el importe de la alúmina, la materia prima empleada para fabricar el aluminio y que en los últimos meses ha doblado o incluso triplicado su coste habitual en los últimos años.  Desde los sindicatos y el propio comité de empresa se advierte desde hace tiempo del difícil estado financiero de las fábricas de aluminio, pero también de que la situación no puede “justificar ninguna acción de la compañía sobre las plantas”, al ser Alcoa una productora a nivel mundial.

Las ganancias que históricamente ha tenido el sector del aluminio primario en España, advierten, se han trasladado ahora a la refinería de alúmina de San Cibrao (Lugo), lo que permite al grupo mantener los beneficios. Esos números positivos han caracterizado las factorías españolas de Alcoa desde el inicio de la actividad de la multinacional en España, resultado de la privatización aprobada en enero de 1998 por el Gobierno de José María Aznar por unos 400 millones de euros. Solo hasta 2011 la compañía ya había gansdo más de 1.000 millones entre A Coruña y Avilés.

Movilizaciones y respuesta política

Como en ante las anteriores amenazas de cierre de los últimos años, el presidente del comité de empresa de la planta de A Coruña, Juan Carlos López Corbacho, anuncia una “respuesta inmediata” de los trabajadores ante el anuncio del “despido colectivo” por parte de la empresa. La primera medida, pocos minutos después de conocerse la noticia, ha sido a bloquear la fábrica coruñesa para impedir la salida de material. “Estamos con este problema desde 2011 y estamos cansados; la plantilla ha permanecido paciente y con tranquilidad buscando una solución pero, ahora nos toca hablar a nosotros”, afirma.

Al poco tiempo de conocerse la noticia el Gobierno de Asturias ha expresado públicamente su rechazo al cierre de la factoría de Alcoa en Avilés y el presidente del Principado, Javier Fernández, ha dicho estar en comunicación con su homólogo en la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.

Poco después, el presidente gallego ha confirmado ante la prensa la “mala noticia” que ya le había sido comunicada por parte de Alcoa al conselleiro de Industria, Francisco Conde. Además, anunció que buscará coordinarse con el Gobierno de Asturias en la defensa de las fábricas y ha advertido, entre reproches al Gobierno de Pedro Sánchez, de que “siempre” se ha encontrado “una solución en los últimos diez años”.