La lluvia ha aliviado muy notablemente la situación en las áreas afectadas por los incendios en la Galicia atlántica. A mediodía la Xunta informó de que ninguno de los incendios activos amenaza ya a la población (incendios de nivel 2), pero en el interior sigue la lucha contra el fuego. Tras una jornada en la que el intenso humo obligó a encender el alumbrado público en pleno día ante la práctica ausencia de luz solar, en el amanecer de este martes aún quedaban 7 incendios en situación 2 por su cercanía a zonas habitadas, 5 en la provincia de Ourense y otros dos en Lugo, en el Concello de Cervantes.
En su informe de las 13:30, la Consellería do Medio Rural contabiliza 21 incendios activos (fuera de control), ocho “estabilizados” y 21 “controlados”, en total 50 fuegos. Han quedado extinguidos los incendios de Triacastela, Antas de Ulla, Sandiás, Paderne de Allariz, A Gudiña, Salvaterra de Miño y Cervantes.
Los relatos de lo sucedido en las últimas horas en algunos municipios del interior son elocuentes. El alcalde de Carballeda de Avia, Luís Milia, aseguraba en la Radio Galega que el 70% del municipio estaba arrasado por las llamas y “había devorado” varias aldeas entre medios insuficientes. La carencia de medios para hacer frente a las lapas es también apuntada en declaraciones a Praza.gal por el alcalde de A Mezquita, Rafael Pérez, quien a primeras horas de la tarde de este lunes explicaba que en el entorno del municipio los incendios parecían “controlados” en una jornada en la que él mismo tuvo que asumir la conducción de la motobomba municipal para ayudar a apagar un incendio en el término municipal de Viana do Bolo, desde donde “tuvimos que volver, porque peligraba una granja” que “apagamos entre los propietarios y varios voluntarios”.
El acercamiento de las llamas a zonas habitadas fue aún de mayor intensidad en localidades como Parada de Sil, donde fue precisa la evacuación de tres aldeas. Su alcaldesa, Yolanda Jácome, en declaraciones a los medios aseguraba que la intensidad y extensión del incendio había sido el “nunca visto” en la Ribeira Sacra y advertía de una gran catástrofe.
Lucha contra el fuego en Parada de Sil / Brif Laza
Pérdidas “irrecuperables” de árboles autóctonos en Cervantes
Con todo, la situación más grave en la provincia de Lugo se vivió en Cervantes, en plenos Ancares, donde fueron desalojados hasta cinco núcleos de población. Las llamas arrasaron laderas de las montañas después de que el fuego cercase el domingo varias pequeñas aldeas en Piornedo o Vilarello en una noche que su alcalde, Benigno Gómez, define como “terrorífica” y de “impotencia total” a pesar del gran esfuerzo de “todos”, tanto personal de extinción de incendios como el vecindario, para hacer frente a “lenguas de fuego de varios kilómetros”.
“Nunca se nos había dado una situación de esta magnitud”, explica el regidor de Cervantes en conversación con Praza.gal. Tras constatar que “ha ardido una casa” y otras construcciones agrícolas de menor dimensión, la preocupación se dirige ya a la pérdidas “irrecuperables” de patrimonio natural en esta zona de Red Natura y de gran valor ecológico. “Hemos perdido castaños de 500 o 600 años” y ejemplares de otras especies autóctonas como acebos, “muy importantes para Cervantes”. “Es un gran problema, muy grande”, lamenta Benigno Gómez, que augura que “tendrán que pasar muchos años” para que el entorno pueda recuperarse.
El hecho de que hayan ardido especies autóctonas, de combustión lenta, está íntimamente ligado con otro de los problemas que el municipio ha enfrentado. Más allá de que varios focos siguen ardiendo, una densa capa de humo ha cubierto todo el entorno. “No se ve nada la larga distancia, está muy oscuro”, describe el alcalde, quien mantiene que “esto nunca había sucedido”.