El BNG acusa a Rueda de ser “Robin Hood al revés”: retira un bono social “mientras regala 34 millones a los ricos”
Alfonso Rueda no se detuvo demasiado en el detalle de sus respuestas a la oposición en la sesión de control parlamentario de este jueves. Optó por el trazo grueso. El Partido Socialista y el BNG trufaron de cifras y datos sus intervenciones, centradas en el flanco social de la acción de gobierno del PP, pero no obtuvieron excesivo retorno. El presidente de la Xunta de Galicia se limitó a repetir eslóganes en defensa de los presupuestos de su gabinete, declinó una vez más defender su rebaja fiscal a los grandes patrimonios y repasó medidas sociales vigentes desde hace meses, incluso años. Ana Pontón, sin embargo, lo resumió así: “Es usted un Robin Hood al revés. Con una mano retira la Tarxeta Básica que ayudaba a 70.000 familias y con la otra regala 34 millones a 7.700 ricos”.
Pontón volvía a referirse a la bonificación en el impuesto de patrimonio que Rueda anunció a finales de septiembre y que beneficiará a personas con un patrimonio medio de seis millones de euros. También lo había hecho antes el portavoz del PSdeG en la Cámara gallega, Luis Álvarez. Pero la nacionalista profundizó un poco más en la política fiscal del Ejecutivo gallego, al recordar que algunas de sus decisiones recientes supondrán una subida de las facturas de la recogida de basura y del agua. “Ustedes hipotecan el futuro al triplicar la deuda pública”, añadió. Y, a continuación, se detuvo en las cuentas de la Xunta para 2023, objeto específico de su pregunta.
“Están basadas en datos falsos. Anuncian que el PIB va a subir un 1,7% y los expertos dicen que el crecimiento será 0. Anuncian que va a subir el empleo, y los expertos dicen que se destruirá”, argumentó, apoyándose en el diagnóstico del departamento de estudios del BBVA. Pontón, como en un espejo invertido del proceder habitual de Rueda, también se remitió al año 2009, último del Gobierno bipartito entre socialistas y nacionalistas. Pero lo hizo para probar los recortes en gasto sanitario y educativo realizados por los sucesivos ejecutivos del PP. “Si restamos la inflación, atención primaria recibe 321 millones menos que en 2009. Y la educación, 281 millones menos que hace 13 años”, sostuvo.
A las razones del BNG, Alfonso Rueda opuso las frases hechas con las que viene presentando sus presupuestos para 2023 en las últimas semanas. “Son los que necesita Galicia, los más elevados de la historia”, dijo tras acusar a Pontón de “tener la piel muy fina”, “refuerzan la sanidad, la educación, las familias y las empresas, en una complicadísima situación energética”. No mucho más, aparte de felicitar irónicamente a la nacionalista por “hablar de las cosas que importan” y asegurar, en falso, que el BNG ha votado a favor de los presupuestos de la coalición de PSOE y Unidas Podemos en Madrid. En realidad, el diputado nacionalista Néstor Rego solo ha votado a favor de su tramitación. En cualquier caso, Pontón cerró su turno de réplica con una petición que levantó las burlas en los escaños populares y que, sin embargo, remedaba una del propio Feijóo tambien en Madrid pero en su caso dirigida a Pedro Sánchez: “Retire estos presupuestos, señor Rueda”.
“Demuestre empatía con los necesitados”
Luis Álvarez, del Partido Socialista, eligió igualmente la política social para interrogar al presidente de la Xunta. A partir del dibujo de la situación ofrecido por la Rede Galega contra a Pobreza, una agrupación de ONG, recordó que uno de cada cuatro gallegos -700.000- son pobres, 237.000 sufren pobreza severa y 356.000 cobran una pensión por debajo de lo mínimo considerado imprescindible. “Estoy seguro de que esta realidad no le gusta, pero la diferencia es que nosostros hacemos propuestas y usted le ha retirado la Tarxeta Básica a 70.000 gallegos, algo que no se entiende”, dijo.
La reacción de Alfonso Rueda fue curiosa. Dedicó casi la mitad de su respuesta a defender los beneficios de la Tarxeta Básica -vigente entre 2020 y 2022- y a presumir de que Galicia fue, junto a Andalucía, la única comunidad que la aprobó -“ninguna socialista, vaya y digáselo a sus compañeros”- para, a continuación, justificar su supresión. Según él, y contra el criterio de las entidades que combaten la exclusión social, “la Galicia de la pandemia y la Galicia de la inflación” necesitan “soluciones distintas” para las personas en riesgo económico. Una de ellas, añadió, es la bajada de impuestos “que sirve para que la gente tenga más dinero”. Enumeró beneficios para familias numerosas y deflaciones en el IRPF, pero ni mencionó la bajada de impuesto de patrimonio a los ricos.
Rueda presumió de la agilidad del Gobierno gallego a la hora de tramitar ayudas y afeó al central su demora con el Ingreso Mínimo Vital. Lo cierto es que, según los últimos datos disponibles, la Risga -de gestión autonómica- la reciben 7.200 ciudadanos, mientras que 63.000 reciben el Ingreso Mínimo Vital. Fue la Xunta de Feijóo y Rueda la que no actualizó la ley para hacer compatibles ambas prestaciones. A Álvarez no le sirvió lo expuesto por el presidente. Le reclamó “empatía con los necesitados” y concluyó que “si alguien comete un error, hay que corregirlo”.
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