Hace años que los propios trabajadores de la Corporación de Radio y Televisión de Galicia protestan en público contra la manipulación a favor del Partido Popular. Parcialidad informativa, represalias a quienes discuten las orientaciones, sobrerrepresentación de la derecha, invasión de la parrilla a cargo del candidato Rueda. Pero en las últimas semanas, con las elecciones del 18 de febrero a la vista, la confluencia entre los intereses del PP y la línea editorial de los medios públicos gallegos se ha acelerado. Las líneas de fuerza de la estrategia electoral del presidente gallego y candidato a repetir, Alfonso Rueda, tienen quien las ilustre: los informativos de la TVG
El estudio preelectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicado este jueves, basado en 11.000 encuestas, más que cualquier otro sondeo, abre la puerta a un gobierno de coalición progresista encabezado por el BNG en la comunidad. Rueda lo despreció porque, aseguró, “dice lo que el Gobierno [central] quiere que diga”. El Telexornal mediodía tomó nota y lo presentó como sexto asunto, tras abrir con imágenes de Puigdemont, un auto de García Castellón sobre Tsunami Democrátic, la tormenta provocada por Page con sus declaraciones sobre la amnistía o la financiación autonómica, “otra concesión a los independentistas”. El desarrollo de la información no llegó hasta el minuto 24, minimizando el número de escaños y destacando los porcentajes de voto, donde el PP es claro vencedor aunque pueda no gobernar. Fue uno de los últimos episodios de un fenómeno, la fusión entre la estrategia de los populares y la de la televisión pública, que los empleados de la compañía han denunciado una y otra vez.
El plan de cobertura electoral que el ente hizo público esta semana ya lo había dejado claro. Si al PP gallego le convienen unas elecciones de bajo perfil -convocadas con la Navidad por el medio y concebidas por la derecha como un plebiscito contra Pedro Sánchez-, la CRTVG propone reducir un 40% el bloque dedicado a la información electoral respecto a los anteriores comicios en 2020. Lo que no implica, claro está, abandonar el relato sobre las bondades de la Xunta de Alfonso Rueda, que van aparte. Ni la saturación de noticias acerca del debate político estatal, con particular detenimiento en aquello relacionado con la ley en trámite de amnistía. Es decir, con el argumentario preferido por Génova.
Las razones por las que el Partido Popular parece optar por una precampaña con el centro lejos de Galicia y el menor alboroto posible son diversas. Además de las necesidades de Feijóo en la interna de su formación -una victoria asentaría internamente su liderazgo-, los logros de gestión de Rueda en año y medio como presidente son escasos. Y el electorado progresista gallego suele desmovilizarse en las autonómicas: la suma del voto a las izquierdas superó a la de las derechas el 23J, y en las municipales, BNG y PSOE mantuvieron la mayoría de las grandes alcaldías.
“Estabilidad” vs “multipartito”
Otro de los lugares comunes del discurso de Rueda es el que, desde hace meses -en realidad ya lo usaba Feijóo como presidente de la Xunta-, enfrenta “la estabilidad” de su gabinete a un hipotético “multipartito”. La idea obvia los continuos cambios en la primera y segunda línea del Gobierno gallego en los últimos tiempos. Y que, según parte de las encuestas hasta ahora conocidas, es posible que haya nuevos actores en el segmento derecho del tablero político: Democracia Ourensana o, sin posibilidad de escaño, Vox. Pero la TVG solo percibe la realidad al otro lado. Su propuesta de debate electoral se ha ajustado como un guante a lo que precisa el PP para refrendar su tesis: por la izquierda estarán BNG, Partido Socialista, Sumar y Podemos; por la derecha, solo el PP. Para conjurar el riesgo, desaparecen los habituales debates provinciales. Democracia Ourensana, cuarta fuerza en las municipales en esa demarcación y gobierno en la capital, hubiese tenido muchos argumentos para defender un carácter de fuerza significativa que le guardase un sitio en la mesa.
Es el mismo canal que este miércoles dedicó dos minutos de su telediario a contar a sus telespectadores las bondades de Alfonso Rueda en la intimidad. Fue un esfuerzo más en la construcción de imagen del presidente gallego que ahora se enfrenta a las urnas por primera vez como candidato. El Telexornal le dedicó prácticamente el mismo tiempo que a todas las demás fuerzas políticas juntas, incluida la ultraminoritaria Espazo Común Galeguista de Pachi Vázquez. Mostrar a Rueda en otras facetas lejos de la estrictamente política -pedaleando en bici con los mayores, perreando en programas de entretenimiento o anunciando conciertos- parece una prioridad tanto en la televisión como en las redes sociales durante esta precampaña.
Precisamente, las similitudes entre la cuenta de la Xunta -que ha llegado a utilizar alertas de “Última hora”- y la del PP gallego son tantas que entre los internautas se ha expandido la broma de que ambas tienen el mismo community manager. Una de las mayores coincidencias sucedió el pasado 11 de enero, en plena crisis de los pellets. Ese día, desde la rueda de prensa tras el Consello de la Xunta, Alfonso Rueda insistió una y otra vez en la importancia de que el Gobierno dedicase todos sus esfuerzos a buscar los plásticos aguas adentro, “porque cada saco que se recoge en el mar son pellets que no llegan a la costa”. Horas después de esas declaraciones, la cuenta oficial de informativos de la CRTVG, G24, subió a la red social X (antes twitter) un vídeo que, en realidad, era un montaje con una única imagen acompañada de música épica: un saco flotando en el mar y atado con una cuerda. El texto sobreimpresionado, decía: “Se encontraron varios sacos de 'pellets' en distintos puntos de la costa gallega. ¡Según pudimos saber, estaban en la superficie del mar!”
Los gráficos no ahorraban en admiraciones: “Este saco de 'pellets' fue recogido por un barco cerca de O Grove. ¡Estaba flotando en el agua! Y no es el primero que encuentran en la superficie del mar. ¡Recogieron otro cerca de Camariñas! ¡Y también estaba a flote! ¡Cada saco que se recoge en el mar son granulados que no llegan a la costa!”, finalizaban, repitiendo el mantra de Rueda.
La polémica se multiplicó minutos después, cuando esa foto apareció en el Telexornal, dentro de una información sobre la reunión del CAMGAL, el comité de emergencia. El formato horizontal permitió ver la imagen completa y dónde acababa la cuerda que sujetaba una de las esquinas del saco: estaba atado algo que despertó las especulaciones. ¿Era un muelle o un barco? Y, sobre todo, ¿lo habían atado para volver a lanzarlo al mar? El estupor pareció contagiarse incluso a la periodista responsable del directo, a quien dieron orden desde el estudio de incluirlo a calzador en la noticia que tenía redactada.
Los sacos de pellets de los que nunca se volvió a saber
Fue tal el revuelo que la propia cuenta oficial de la CRTVG tuvo que salir a explicarlo, aclarando que el saco no era ni una boya ni material empleado por los mariscadores furtivos, dos de las hipótesis popularizadas en las horas previas. La respuesta fue un vídeo protagonizado por Lino Sexto, el subdirector de guardacostas, el mismo que pidió al Gobierno la “Royal Navy” -en palabras de Teresa Ribera- para tratar de interceptar los pellets procedentes del Toconao. Sexto cuenta a cámara que “el saco lo encontró el barco Insuíña Grande, se lo comunicó a (Salvamento de) Fisterra, éste nos lo comunicó a nosotros y un agente nuestro se puso en contacto con el patrón del barco para que le hiciese una prueba de flotabilidad”. Esa prueba es, precisamente, lo que se ve en la foto. El remedio resultó casi peor que la enfermedad: las bromas por realizarle una prueba de flotabilidad a un saco que fue encontrado flotando se multiplicaron por las redes. De los sacos de pellets, por cierto, nunca se volvió a saber. El PP dejó de hablar del tema y así lo hizo la Televisión de Galicia.