Penouta es una pequeña parroquia de Viana do Bolo, con menos de 80 habitantes, en el interior de la provincia de Ourense. Olvidada como tantas otras, Europa mira ahora hacia este pequeño rincón de montaña de la Galicia suroccidental.
Pionera en la extracción de coltán desde hace ya tiempo, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), tras cinco años de investigación, ha logrado desarrollar un procedimiento para separar, manteniendo una elevadísima pureza, niobio y tántalo, dos de los metales más valorados por la industria tecnológica por sus propiedades químicas.
Se consigue así recuperar estaño de la mina y extraer de la escoria resultante de este esos dos metales, logrando los primeros compuestos de esas materias primas “sintetizados en España en la primera y única mina para su extracción en toda Europa”, como destaca el CSIC. Un avance en el método y una ratificación de la importancia de los materiales de la mina que sirve de impulso a un lugar ya único en Europa.
“Es una muy buena noticia que el CSIC confirme y ratifique la importante presencia de materiales tan codiciados en una mina en la que ya llevan años trabajando”, explica Secundino Fernández, alcalde de Viana do Bolo, que desde hace tiempo conocía por la empresa que explota el terreno las “grandes posibilidades económicas” del lugar.
En ese monte de Penouta se extrae el coltán --término coloquial para denominar la mezcla en proporción variable de columbita y tantalita-- un mineral “relativamente escaso, que contiene niobio y tántalo y forma parte de los estratégicos para la UE por sus propiedades para fabricar la mayoría de los dispositivos electrónicos que nos rodean, desde smartphones la consolas de videojuegos”, explica Félix Antonio López, investigador del CSIC en el Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas (Cenim).
El rápido incremento de una elevada demanda y el hecho de que la obtención de estos minerales --claves para móviles o prótesis médicas también-- se produzca en zonas de conflictos bélicos y explotación infantil, como en el Congo, hace que la UE siempre haya buscado una alternativa para conseguirlos en zonas libres de conflictos y más allegadas.
Es la empresa que gestiona la mina, Strategic Minerals Spain, quien extrae desde hace años el tantalio y el niobio de los escombros y desechos de la mina que fue abandonada a principios de los 80, después de ser explotada por Rumasa durante décadas para extraer estaño y wolframio. Aquel espacio degradado y a cielo abierto en la montaña se convierte ahora en una zona codiciada por la presencia de una materia prima fundamental para las nuevas tecnologías.
La empresa encontró el negocio y la oportunidad en las balsas de decantación de la antigua mina, con millones de toneladas de minerales que se fueron depositando en los fondos. De aproximadamente cada 100 kilos que se recuperan, uno o menos es de coltán. Pero hay más, porque la empresa ya tramita los permisos para explotar, más allá de los residuos, directamente la mina, donde trabajan medio centenar de personas en la actualidad.
De la colaboración de la firma con el Cenim y la empresa Krown surge el proyecto Estannio, que procura procesos para aprovechar de la mejor manera los residuos mineros. Así fue como se empezaron a procesar las balsas y los desechos, explotando un yacimiento donde, además del estaño, el tántalo y el niobio, también se obtiene cuarzo, feldespato y mica.
Es aquí donde los investigadores, a partir de los minerales extraídos, desarrollan un proceso para obtener estaño de “alta pureza” y, de sus restos, los compuestos de niobio y tántalo. “Son dos elementos con mucha afinidad química y su separación selectiva es complicada”, explica Félix Antonio López, que aclara que separan primero el estaño y luego aplican un “proceso laborioso para obtener sales comerciales de niobio y tántalo con rendimientos y purezas atractivas para su explotación comercial”.
Aplican procesos químicos, mediante lixiviación y extracción con disolventes orgánicos, que logra una calidad que no se lograba con métodos tradicionales. Hasta lingotes de estaño de una pureza del 95% y sales de niobio y tántalo con calidad comercial “de hasta un 97% y un 99% respectivamente”.
Las estimaciones hablan de una vida útil de la mina de entre 35 y 40 años mínimo y con generación de empleo en la comarca. Según la empresa, además, no hay riesgo medioambiental en unos terrenos comunales de más de 100 hectáreas arrendados a la comunidad de montes, con la que Strategic Minerals llegó a un acuerdo hace años. “Genera trabajo y genera riqueza”, explica el regidor nacionalista de Viana do Bolo.
El proyecto Estannio se componen también de una planta comercial de fusión para la obtención de estaño en Salamanca y una planta piloto hidrometalúrgica de obtención de niobio y tántalo en el Cenim.