Alrededor de 200.000 estudiantes acaban de comenzar el curso en ESO, Bachillerato, FP y enseñanzas de régimen especial en Galicia. Se unen a un volumen semejante de alumnado, según datos de la Xunta, que la pasada semana retornaba a las aulas de Infantil y Primaria. Los centros educativos sostenidos con fondos del Gobierno gallego -los públicos y los concertados- afrontan el período escolar 2015-2016 con un ligerísimo incremento presupuestario en la Consellería de Educación, pero después de media década en la que la dotación de las cuentas públicas para la enseñanza se ha reducido en más de 300 millones de euros.
A pesar de ser negado en diversas ocasiones, las propias tablas presupuestarias del Ejecutivo gallego muestran que el presupuesto educativo no ha dejado de bajar desde el cambio de gobierno en el 2009, año en el que estuvieron vigentes las últimas cuentas del Gobierno de coalición de PSdeG y BNG. En aquel ejercicio, Educación disponía de 2.383,2 millones de euros, la mayor cantidad de la serie tras varios años de subidas.
En las primeras cuentas del Gabinete de Alberto Núñez Feijóo la función presupuestaria de Educación perdió algo menos de 24 millones. En 2011, el tijeretazo se duplicó y retiró 55 millones del presupuesto y, al año siguiente, 11 más. Las cuentas públicas de 2013 llegaron con un recorte todavía mayor, de 127 millones, y en 2014 se quedaron por el camino 20 millones más. Así, con un recorte acumulado de 336,5 millones de euros, la leve subida incluida en los Presupuestos Generales de 2015 dejó el saldo total en una bajada de 335 millones de euros desde el acceso de Feijóo a la Presidencia.
Las consecuencias de estas restricciones presupuestarias son diversas y van desde lo material a lo humano. Así, por ejemplo, en estos últimos años se han sucedido las denuncias desde los centros educativos públicos por falta de recursos, especialmente en el profesorado. A la espera de conocer los datos del curso 2015-2016, todavía no publicados por la Consellería de Educación, los resúmenes realizados por el Ministerio de Hacienda indican que entre 2009 y 2015 la plantilla del sistema educativo gallego se ha reducido en unas 1.500 personas, pasando de más de 35.500 profesionales en el año 2009 a poco más de 34.000 a comienzos de este año.
El curso comienza también con una mayor presencia de equipos tecnológicos en algunas aulas. Así, el presidente de la Xunta señala desde hace meses que la gestión de su Gobierno está permitiendo “hacer realidad” lo que denomina “educación digital”, en referencia a la utilización en los centros educativos de pizarras digitales u ordenadores como los del Proyecto Abalar. En esta línea, un informe que acaba de hacer público la OCDE, organización recurrentemente aludida por la Xunta como termómetro del sistema educativo a través del informe PISA, evidencia que la mayor presencia de ordenadores en las aulas no implica, necesariamente, unos mejores resultados escolares del alumnado.