Entidades en defensa del idioma exigen eliminar los cambios “edulcorantes y antipedagógicos” de la selectividad
La sorpresa e indignación expresada por los docentes ante los cambios en el examen de lengua gallega -que prohíben el análisis de textos anteriores a la oficialidad, en 1981- se extiende a los colectivos en defensa del idioma y la oposición en el Parlamento. Todos demandan una rectificación y señalan a la Xunta, que se lava las manos ante la decisión de un ente “autónomo” como es la Comisión Interuniversitaria de Galicia (CiUG). A la CiUG, precisamente, se dirigirá A Mesa pola Normalización Lingüística para que cambie su postura y recupere el criterio anterior sobre el siglo XX. Su presidente, Marcos Maceira, asegura que no hay ningún elemento “legal, académico ni pedagógico” que justifique el cambio. Más bien, al contrario. “Es antipedagógico. El gallego no nació en 1981 y las circunstancias en las que se desarrolló no se explican sin saber lo que sucedió antes”.
Para él, esta decisión es “especialmente grave” porque “diga lo que diga el currículo oficial, lo que va a misa en la práctica es lo que decida la CiUG”. “En lo que se centran el profesorado y el alumnado de segundo de bachillerato es en sacar el mejor resultado posible en las pruebas de acceso a la universidad. Ése es el destino real y práctico de este curso. Y eso lo condiciona todo”, concluyó.
“Un cuento de hadas con un falso final feliz”
“Llueve sobre mojado”. El autor de O libro negro da lingua galega cree que esta situación bien se merecería aparecer en una edición ampliada de su obra. Pero Carlos Callón pone el foco en la Xunta como “principal responsable” del temario de bachillerato. “La historia de Galicia está liliputizada, y ahora la convierten en un cuento de hadas del que sólo cogen el happy end, un final feliz supuesto y narcotizado” que no explica situaciones actuales -como la pérdida de hablantes o de derechos lingüísticos- y que “edulcora la historia”.
Y todo esto, señala, sucede cuando se conmemora el centenario del Seminario de Estudos Galegos. Por eso, Callón parafrasea a Castelao: “antes, cualquier persona podía pasar por una universidad gallega sin saber quién era Rosalía de Castro; hoy, con este currículo, se puede llegar a la universidad sin conocer la represión que sufrió el idioma”.
Tampoco la política se quedó al margen de la polémica. A primera hora, la diputada del BNG Mercedes Queixas compartió en la red social X, antes twitter, el artículo de eldiario.es, comentando: “Que tengamos historia siempre es un problema para algunos”. Desde el PSdeG, la parlamentaria Noa Díaz reclama una rectificación, “teniendo en cuenta que, en muchos casos, ese temario ya está impartido” y pide la intervención de la Xunta, como responsable del currículo.
Preguntado en la rueda de prensa posterior al consello de la Xunta, el presidente Alfonso Rueda recalcó que el gobierno gallego “no tiene ninguna competencia, ninguna intervención en los contenidos de la selectividad y, por lo tanto, ahí poco puedo decir. Hay unas comisiones que se encargan de hacer esos contenidos”. También Educación echa balones fuera y se remite en todo momento a la CiUG. “Las comisiones son presididas por profesorado universitario, sin participación de la Consellería. Son órganos ajenos e independientes”, aseguró un portavoz. Y en lo que se refiere al currículo, recuerda que, en el decreto sobre los contenidos que el alumnado estudia en bachillerato, “la Xunta, como ya indicáis en la noticia, no fija limitaciones sobre los períodos históricos”. Sobre la posibilidad de intervenir, que le reclaman los socialistas, les dice que “como bien saben, deben dirigirse a la CiUG”.
Argumentos cambiantes en la CiUG
El presidente de la CiUG, Iván Area, aseguró a elDiario.es que en este “órgano técnico” se limitan “a aplicar la legislación vigente”. En concreto, cita la resolución de la Consellería de Educación, del 13 de febrero de 2023, con las instrucciones sobre la última ABAU. “Analiza la importancia de la etapa desde 1978 hasta la actualidad en el desarrollo del gallego. Describe el contexto histórico y cultural del gallego moderno desde 1978 hasta la actualidad, así como su situación sociolingüística”. Sin embargo, Area no hace mención a los apartados anteriores en los que se establecen cuestiones similares pero para el período comprendido entre 1916 y 1978, una época borrada ahora de los exámenes por la decisión del grupo de trabajo encargado de diseñarlos. Instrucciones, por cierto, anteriores a la adaptación a la actual ley de educación.
Advertido de esta situación, el presidente de la CiUG cambia de argumento y tira del currículo de la asignatura, ahora sí actualizado. Cita en concreto uno de los siete contenidos del bloque Las lenguas y sus hablantes: “Indagación y explicación de los conceptos de norma culta y estándar, atendiendo a su utilidad y su diversidad en la lengua gallega”. Como la norma estándar “comenzó en 1981”, considera justificado el cambio.
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