Lalín es una de las localidades que presume de ser el centro geográfico de Galicia. Cruce de caminos entre Pontevedra, Ourense y Lugo, sí es uno de los centros neurálgicos del PP gallego como hogar del fallecido Xoxé Cuiña, uno de los eternos jefes del partido en la región y posible delfín de Manuel Fraga. Pero heredó Alberto Núñez Feijóo, quien regresó este viernes como líder de la oposición al Lalín Arena para poner en pie a los 2.000 asistentes al mitin de Alfonso Rueda. Feijóo dobló el tiempo de intervención de su sucesor y lo repartió entre pedir el voto para su candidato y atacar a la gran rival, la candidata del Bloque, Ana Pontón.
“Solo hay una respuesta. La alternativa es el PP y el nombre es Alfonso Rueda”, dijo el líder del PP ante un público entregado. Los estrategas del partido han diseñado un caravana doble en la que el candidato y el jefe nacional del partido se cruzan en algunos actos. Pero cada uno tiene su agenda, y el índice de conocimiento de Rueda en las zonas más rurales no alcanza el de su predecesor tras dos años al frente de la Xunta.
Ambos entraron por separado en el amplio recinto deportivo de la localidad pontevedresa, (de 20.000 habitantes) localizado precisamente en la Avenida Xoxé Cuiña. Rueda recibió un contundente aplauso. Feijóo, una sonora ovación. El presidente-candidato habló 12 minutos. El expresidente superó la media hora. La evidencia empírica justifica la sobreexposición del líder nacional, que dejó hace dos años sus responsabilidades para salvar al PP de una guerra fratricida.
La lógica también indica que el PP debería revalidar la mayoría absoluta el 18 de febrero. Pero nadie se atreve a asegurarlo. Ni en público ni en privado. El “trauma” del 23J, cuando Feijóo se quedó al borde de alcanzar la Moncloa, sigue presente en todo partido. El líder, consciente de sus propios errores en las generales, advirtió a los presentes contra el “exceso de confianza”. “Si pensamos que está ganado, nos equivocamos”, les aleccionó. “Las encuestas, encuestas son”, dijo, con conocimiento de causa.
El fin de semana central de una campaña marca un punto de inflexión en el que los candidatos y sus acompañantes centran el mensaje. Feijóo aludió a los “indecisos” que eligen el sentido de su voto siempre al final. Y planteó los comicios como una elección binaria: Alfonso Rueda o Ana Pontón.
De hecho, Feijóo no mencionó por su nombre al candidato socialista, José Ramón Besteiro, a la de Sumar, Marta Lois, ni a la de Podemos, Isabel Faraldo. Solo a Pontón, de quien recordó que no es “nueva” porque lleva 20 años en el Parlamento. “Cuando llegué yo estaba allí, y me he ido y sigue”, ironizó.
El líder del PP repasó, a su conveniencia, el programa del Bloque. También sus alianzas a nivel estatal, “Bildu y ERC”, lo que les hará estar “más pendiente de Waterloo que de Galicia”. El discurso de Feijóo fue muy nacional. El del candidato, al menos este viernes, gallego.
También Rueda obvió al candidato del PSdG en su discurso. Tras el debate televisivo de la semana pasada, en el equipo del PP creen que “se clarificó el campo” y que Besteiro ha arrojado la toalla. La única opción de que la Xunta cambie de manos pasa por que la suma del Bloque y los socialistas, con la posible participación de Sumar si logra representación, logre la mayoría absoluta.
“No juguéis a las carambolas, jugar a ganar todos los días”, dijo Feijóo. “El voto a Alfonso Rueda es el voto al político gallego que hoy tiene más experiencia de gobierno en la Xunta”, defendió. El líder nacional, que sigue el sábado su ruta por Lugo, pidió un “voto a la responsabilidad, a la gestión, al respeto. A la libertad. A la unidad. Es el voto a Galicia y a España”. Los caminos de Feijóo y de Rueda se separan hasta el final de la campaña. Es el turno de que los barones autonómicos más potentes hagan su parte.
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