Feijóo compensa con cargos públicos a los exconselleiros de la Xunta que más fracasaron en las municipales

Todas las candidaturas del PPdeG a las siete alcaldías urbanas gallegas eran el pasado 26 de mayo apuestas personales de Alberto Núñez Feijóo. Cinco de ellas lo eran especialmente. En A Coruña, Vigo, Santiago, Ourense y Ferrol al frente del cartel electoral de los populares estaban antiguos miembros del Gobierno gallego a los que el presidente de la Xunta había dejado sin consellería para intentar arrebatar alcaldías a la izquierda. Ninguno de ellos consiguió ese propósito, sólo uno mejoró los resultados de 2015 -el ferrolano José Manuel Rey Varela- y tres fracasaron con intensidad en Vigo, Ourense y Santiago. Estos tres, precisamente, han sido compensados por el presidente gallego con nuevos cargos públicos.

En el caso de la viguesa Elena Muñoz y del ourensano Jesús Vázquez el paso por las urnas del 26M tuvo efectos especialmente duros. La segunda batalla de la exconselleira de Hacienda frente a Abel Caballero se saldó con un triunfo aún más absoluto del alcalde de Vigo, que pasó de 17 a 21 ediles para el PSOE mientras que el PP se quedaba mermado a una segunda fuerza de solo cuatro concejales. En Ourense el antiguo titular de Educación de la Xunta perdió tres ediles y la condición de fuerza más votada para el PP y vio desaparecer sus opciones de repetir como alcalde tras ser sacrificado en el altar de la operación por la que Gonzalo Pérez Jácome (Democracia Ourensana) levantó el bastón de mando a cambio de sostener a José Manuel Baltar en la Diputación.

Los sacrificios de Muñoz y Vázquez ante Caballero y Baltar fueron compensados por Feijóo el pasado junio con un puesto en el Senado para cada uno. El presidente eligió a sus exconselleiros desahuciados de la vida municipal -Muñoz dimitió del Ayuntamiento y Vázquez ha seguido como edil sin cartera en el bipartito PP-DO- para ocupar los dos puestos en el Senado por designación autonómica que corresponden al PPdeG. Allí ejercen ya como nuevos miembros del grupo liderado por Javier Maroto.

El tercer exconselleiro más damnificado por la pugna municipal fue Agustín Hernández. El enviado por Feijóo en 2014 al Ayuntamiento de Santiago para intentar sofocar el incendio del gobierno municipal del PP abrasado entre sucesivos escándalos cayó en 2015 frente a la Compostela Aberta de Martiño Noriega. En 2019, cuando parecía llamado a participar de la alternancia, lejos de recuperarse, llevó al PP compostelano a su peor resultado histórico mientras el relevo en la alcaldía beneficiaba al socialista Xosé Sánchez Bugallo y no a los populares.

Tras meses de rumores en la capital gallega esta semana se confirmaba la salida diseñada por Feijóo para Hernández: será el nuevo presidente del Consello Económico e Social de Galicia en sustitución de la exconselleira de Fraga Corina Porro, que a su vez fue designada como delegada de la Xunta en Vigo mientras intenta reflotar el PP en esa ciudad como presidenta de la gestora local del partido. Quien en los últimos años había sido delegado vigués del Gobierno gallego, el ediputado Ignacio López-Chaves, ha sido reubicado por Feijóo como máximo responsable de la Comisión Galega da Competencia.

Como ya había hecho Porro en 2011, Hernández ha anunciado su baja en el PP para llegar formalmente sin militancia partidaria a la comparecencia en el Parlamento de Galicia que, este mismo viernes, supondrá el último trámite previo a su nombramiento en la presidencia del CES. Lo anunció en su última comparecencia pública en el Ayuntamiento de Santiago, donde será sustituido como portavoz por el concejal Alejandro Sánchez-Brunete, de perfil público más duro que Hernández. Su baja en la corporación compostelana cubriráa María Castelao, que ya había sido concejala con Conde Roa y Ángel Currás.

Tras las salidas de Elena Muñoz, Jesús Vázquez y Agustín Hernández quedan en la vida municipal de las ciudades gallegas otros dos antiguos miembros del Gobierno de Feijóo que intentaron, sin éxito, ganar alcaldías ostentadas por la izquierda. Tras lograr la condición de primera fuerza con un escaño más que en 2015, Rey Varela ha comenzado el mandato en Ferrol mostrando su voluntad de ejercer la oposición cuatro años. En A Coruña el PP perdió un escaño con Beatriz Mato al frente y mantenerse cómo primera fuerza no fue suficiente para gobernar. Por el momento Mato continúa en María Pita, aunque sin señales explícitas de continuar hasta 2023.