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La indefinición del PSOE gallego sobre Altri distancia a la dirección de alcaldes, concejales y juventudes del partido

Daniel Salgado

28 de mayo de 2024 06:01 h

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Lo extraño sería que entre las miles de personas, 20.000 según la organización, que participaron en la histórica manifestación de Palas de Rei contra el proyecto de macrocelulosa no hubiese socialistas. Pero además de simpatizantes y militantes estaban también los principales cargos de la comarca de A Ulloa (Lugo), donde la compañía portuguesa Altri planea instalarla. La alcaldesa de Antas de Ulla, Pilar García Porto, o el exalcalde de Monterroso, Antonio Gato –fue además diputado en el Parlamento gallego durante 16 años–, en la actualidad en la oposición, fueron dos de ellos. También Ana Corredoira, portavoz del PSOE en la misma Palas de Rei. La base socialista de la zona se distancia cada vez más de la indefinición de la cúpula gallega del partido.

Todavía este lunes, al día siguiente de una marcha como no se recuerda en A Ulloa, el secretario general del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, reiteraba su posición equidistante. Era justo la que criticaban algunos asistentes al cantar “a ver José Ramón / Altri ou Altri non”. Besteiro, en todo caso, dijo en rueda de prensa “respetar y comprender” a los manifestantes, “donde por cierto había muchos socialistas”, pero no aclaró su parecer sobre una factoría que, de construirse, ocupará 386 hectáreas y absorberá 46 millones de litros de agua al día. “No se trata de decir si nos gusta o no, es necesario ir más allá”, aseguró en rueda de prensa. Los grupos socialistas de otros municipios que también serán afectados, como Melide o Arzúa, sí han considerado sin embargo que era necesario tomar partido, y respaldado mociones en contra de Altri. Lo mismo hizo el PSOE en la Deputación de Lugo, que preside –y antes presidió el propio Besteiro. Xuventudes Socialistas de Galicia han difundido un vídeo en Tiktok bajo el título Galicia enteira rexeita a pasteira [Galicia entera rechaza la pastera].

Besteiro, por el contrario, ha sido contemporizador en sus primeras declaraciones tras la histórica manifestación. Insistió en que no bastaba “decir sí o no” y en que le faltaban explicaciones. Quiere saber por qué Feijóo anunció “a bombo y platillo” una fábrica “de reciclaje de fibras textiles” y ahora hay una pastera. Y dónde están los 2.000 empleos de los que habló entonces el entonces presidente de la Xunta y que ahora son apenas 500. A partir de ahí, se conjuró para realizar un “seguimiento estricto de los requisitos medioambientales” y expresó su confianza en los técnicos de la Xunta de Galicia. Su discurso guarda ciertos paralelismos con el de Alfonso Rueda, presidente del Gobierno gallego, que este mismo lunes aseguraba que no aprobará “nada que no cumpla estrictamente la normativa y la preservación de todo lo que es necesario preservar”. Es decir, Rueda se compromete a que su gabinete no haga nada al margen de la ley.

El caso es que la dirección gallega del Partido Socialista sostiene una postura que difícilmente casa con la de sus miembros sobre el terreno. En el Parlamento de Galicia hace una semana se abstuvo en una moción del Partido Popular en defensa del proyecto. BNG y Democracia Ourensana votaron en contra. Con nueve diputados, el PSdeG es ahora la tercera fuerza en la Cámara gallega, tras obtener el pasado 18 de febrero el peor resultado de sus historia. La oposición la encabezan los 25 escaños del nacionalismo gallego que, tras los titubeos iniciales cuando el contenido conocido del proyecto de Altri era otro, se ha sumado a las protestas promovidas por la Plataforma Ulloa Viva y ha llevado el asunto a las instituciones en las que cuenta con representación.

También se abstuvo el grupo socialista en el pleno de Vigo, el mayor de los ayuntamientos gallegos bajo su mando, ante una iniciativa del BNG que pedía lo contrario; la paralización del proyecto. Todo en plena campaña electoral al Europarlamento, en la que el PSOE presenta como candidata a la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. Su departamento explica a este periódico que se encargará únicamente velar por que el proyecto, si finalmente opta a los fondos europeos –la compañía portuguesa solicita 250 millones de euros públicos–, cumpla con “el principio de no causar perjuicio significativo al medio ambiente”.

El papel de José Blanco

Un nombre clásico del socialismo gallego está directamente relacionado con los planes de Altri para instalar su macrocelulosa en Galicia. Se trata del exministro José Blanco, que desde su consultora Acento ha estado trabajando para facilitar el acceso del proyecto a fondos europeos. La labor de Blanco como lobista se asienta no solo en su experiencia como ministro, sino también en los años en los que desde el Parlamento Europeo se especializó en temas de industria y energía. Se da la circunstancia de que Blanco es, además, oriundo de Palas de Rei, la localidad en donde la empresa portuguesa quiere instalar un gigante industrial que beberá cada día tanta agua como toda la provincia de Lugo junta y donde el pasado domingo miles de personas mostraron su rechazo a la idea.