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Miguel Tellado, el escolta político de Feijóo que justifica el acoso a Óscar Puente

Gonzalo Cortizo

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A Miguel Tellado no le tembló el teclado el pasado viernes. El vicesecretario de Organización del Partido Popular, hombre de confianza de Alberto Núñez Feijóo, vio lo que casi nadie vio en las imágenes del acoso de un hombre al diputado socialista Óscar Puente en el tren de alta velocidad. Para Tellado, no hubo agresión, sino una “crítica” que Puente “no sabe encajar”. El popular no rectificó ni siquiera al transcender que el increpador había sido condenado por agresión apenas unos días antes. Tampoco ante las evidencias. Más bien subió la apuesta y llamó a sus compañeros de filas a que lo defendiesen en las redes sociales. El Partido Socialista reclama su dimisión, pero Tellado se refugia en su estilo, el ataque furibundo esté o no relacionado con la verdad.

El 25 de marzo de 2022, mientras el núcleo duro de Alberto Núñez Feijóo preparaba las maletas para instalarse en la capital, Miguel Tellado convocaba a los periodistas a una rueda de prensa para cargar contra la líder del BNG, Ana Pontón, y recriminarle un viaje de dos días a Madrid. Una semana después de aquellas declaraciones Tellado aceptaba el puesto de vicesecretario de organización en el nuevo PP de Feijóo y las llaves de un despacho en la calle Génova 13 desde el que se encargará de dirigir el entramado territorial de la formación política.

Hombre de pocos matices, Miguel Tellado se ha desempeñado como el poli malo que muerde a la oposición sin detenerse en remilgos. Solo unos días antes de su última navidad en Galicia usó la tribuna del Parlamento para relacionar al Bloque Nacionalista Galego con el Comando Barcelona de ETA. Cuando el último fracaso electoral del PSOE gallego en elecciones autonómicas puso en cuestión a su líder, fue Tellado quien subió al atril para anunciar que en la sede de Ferraz estaban tallando “una caja de pino” para enterrar a Gonzalo Caballero.

Su ascenso a la cúpula del Partido Popular estatal se produjo mientras Feijóo proclamaba su intención de huir de la descalificación como arma política. Para cosas así está Tellado, o al menos ese era el papel que desempeñaba en Galicia mientras ostentó la secretaría general del Partido. Feijóo también le ha encargado la tarea de muñidor en la sombra. Su nuevo puesto, aparentemente técnico, es de facto el reservado para la persona que ha de tejer la red territorial y apagar los principales incendios antes de que el humo asome por las plantas nobles de Génova. Mientras fraguaba la conjura de los barones contra el anterior líder del PP a Tellado se le vio compartiendo un café con Teodoro García Egea en la Cafetería Mallorca de la calle Génova, a escasos metros del lugar en el que se desmoronaba la era Casado y empezaba la de Feijóo.

Primeros años: izquierda y nacionalismo

La vida política de Miguel Tellado arranca a mediados de los años 90, en la Facultad que imparte esa materia para la Universidade de Santiago de Compostela. En aquellos años fue un activista de la vida sindical estudiantil, en un espectro ideológico muy alejado del que ahora le ampara: formó parte del Movemento Estudiantil Universitario (MEU), una escisión de los Comités Abertos de Facultade (CAF) que, por entonces, orbitaban en torno al ala más contundente del Bloque Nacionalista Galego (BNG).

Un viejo compañero de aquellas batallas universitarias, consultado por elDiario.es, dice de Tellado que “era un joven muy espabilado y de mente abierta, interesado por el bien común y los principios de la participación democrática a todos los niveles”. Aquel joven que ahora manda en el PP formó parte de la Xunta de Goberno de la Residencia Universitaria Monte da Condesa en la que se alojaba. Sus posiciones de los últimos años sorprenden a quienes le conocieron entonces. “Lo suyo representa la transformación completa de una persona”, asegura uno de sus compañeros de aquellos años.

Ferrol y el encuentro con el PP

El acercamiento de Tellado al Partido Popular se inicia en Ferrol, su localidad natal. Acabados sus estudios universitarios de Políticas vuelve a casa y colabora con diferentes medios como Radio Fene (emisora municipal de un ayuntamiento feudo del BNG) y una publicación local liderada por el presentador de Saber Vivir Manuel Torreiglesias. No pasará mucho rato en ese lado del periodismo ya que pronto encuentra su hueco en la derecha política que simboliza el Partido Popular. Entre 2003 y 2007 fue jefe de prensa del Ayuntamiento de Ferrol, gobernado entonces por el conservador Juan Juncal; entre 2007 y 2009 dirigió la comunicación de la Diputación de A Coruña, un puesto que encadena con la jefatura de gabinete de la Consellería de Traballo (2009-2011). Tellado llega al Parlamento de Galicia en 2012 y solo dos años después se hace con la portavocía parlamentaria tras la sustitución de Paula Prado por sus vinculaciones con la Operación Pokemon, de las que más tarde saldría judicialmente indemne.

No será hasta 2016 cuando Feijóo le aúpa a la secretaría general del partido en Galicia, un cargo que ocupó durante seis años. Pese a la creencia extendida en algunos ámbitos de que en el bagaje de Tellado está el de haber construido las cuatro mayorías absolutas que su jefe tiene grabadas en su historial político, la realidad lo sitúa en otro ámbito: sin ser un recién llegado, nunca formó parte de los primeros momentos de la construcción del poder popular con el que Feijóo relevó a Fraga y, con el paréntesis del bipartito PSdeG-BNG entre 2005 y 2009, lo condujo finalmente a la Xunta.

Desde 2016 Tellado es uno de los escasos pilares en los que Feijóo ha apoyado su resiliencia política: un grupo formado exclusivamente por hombres (Pedro Puy, Alfonso Rueda, Lucas Martinón, Luis De La Mata), a excepción de Mar Sánchez (consejera eterna en su relación con los medios y el reparto de fondos para publicidad). Todos ellos residen ahora en Madrid y operan en la guarda pretoriana con la que Feijóo acumula munición contra el Gobierno de Sánchez y almacena escudos ante la crítica interna.