La investigación que trata de esclarecer el motivo por el que pasado viernes, 26 de noviembre, más de un centenar de estorninos se precipitaron de manera repentina, muertos, sobre una calle de Ferrol, concretamente en el barrio de Caranza, descarta que los integrantes de esta bandada falleciesen por gripe aviar y electrocución.
Así lo han traslado a Europa Press fuentes de la investigación, tras ser trasladados hasta 127 ejemplares fallecidos y unos pocos vivos hasta el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Oleiros (A Coruña), dependiente de la Xunta.
Según ese informe, los animales que ingresan vivos presentaban “un estado decaído, incapaces de volar, y con traumatismos en alas y patas, lo que les provoca dificultades para mantenerse en pie”. Ante esta situación, “se les practicó un tratamiento con alimentación forzada e inmovilización de las fracturas observadas”.
Autopsias
Para determinar si la causa de la muerte pudo ser una intoxicación se tomaron muestras para realizar análisis toxicológicos de “encéfalo, corazón, pulmón, tráquea, riñón e intestino”, estando actualmente “a la espera de los resultados”.
En la vista preliminar, se observaron “varias lesiones hemorrágicas en la zona intratorácica, laringe, y región craneoencefálica, que afectan gravemente a corazón, aparato respiratorio y encéfalo”, pero que “no se pueden relacionar con una infección vírica, bacteriana o parasitaria”, y así “los análisis realizados constatan el negativo en gripe aviar”.
El informe también incide que “tampoco se puede determinar la electrocución como causa de la muerte”, ya que en este caso “deberían de aparecen edemas y necrosis por quemadura en los puntos de entrada y salida de la corriente eléctrica, además de pequeñas marcas por quemadura en las plumas cercanas”, y estas no han sido localizadas.