Fueron 52 las personas que murieron en 2020 en accidentes laborales en Galicia, una cada semana. Pese a la paralización de la actividad son solo dos fallecimientos menos que los registrados en 2019. El sector que sigue concentrando más siniestros mortales es el de los servicios, con 19. En la construcción fueron nueve, la misma cifra que en la industria. El sector primario suma 15, ocho en pesca y siete en agricultura. La incidencia por cada 100.000 trabajadores es de 5,31, la cuarta más alta entre las comunidades autónomas. Solo registran peores ratios Castilla y León, Castilla-La Mancha y Extremadura.
Fuera de este cómputo quedan las muertes en accidentes in itinere, es decir, los que ocurren en los desplazamientos para ir o volver del puesto de trabajo. La variación, en un año en el que se extendió el teletrabajo, también es mínima: fueron siete, solo una menos que en 2019.
El parón en la actividad sí se dejó notar en las cifras globales de accidentes laborales. Hubo más de 24.500 siniestros tras los que los trabajadores afectados necesitaron una baja. La cifra es casi un 25% inferior a la del año anterior. La caída se explica en gran medida por la menor cantidad de incidentes leves, que se redujeron un 24,6%. Los graves cayeron un 19,3% y los mortales, un 3,7%. Este bajo impacto en los fallecidos en el trabajo es muestra, según el CC.OO., de que la siniestralidad está “muy arraigada” en el tejido productivo gallego. El sindicato recoge todos estos datos en un informe sobre la evolución en 2020 y concluye que “algo está fallando”.
El secretario de Saúde Laboral de CC.OO., Roi Fernández, cree que, con la pandemia de COVID-19, “quedaron en evidencia muchas carencias” del sistema y una de ellas es la falta de prevención de riesgos laborales. El “gran reto” en 2020 desde este punto de vista fue el de adaptar los puestos para evitar contagios. “Y costó mucho”, afirma. Lo atribuye a la “insuficiencia” de la cultura de prevención y pide una ley que mejore la protección de los trabajadores.
Fernández destaca que los datos, que están tomados del Ministerio de Trabajo y del Instituto de Seguridade e Saúde Laboral (Issga) de la Xunta, muestran que los trabajadores con menos antigüedad en el puesto tienen más probabilidades de tener un accidente dentro de su jornada laboral. El 18,6% de los siniestros de 2020 los sufrieron personas que llevaban menos de tres meses desempeñando sus funciones. El sindicato pone el foco también en los contratos temporales: entre los asalariados, el 40,8% de los accidentes con baja afectaron a personas con un vínculo no estable con la empresa. Este porcentaje supera el peso que este colectivo tiene en el empleo por cuenta ajena, que es del 24%.
Los accidentes laborales siguen afectando más a los hombres que a las mujeres. Ellos concentraron el año pasado el 71,96% de los siniestros leves, el 87,53% de los graves y el 94,23% de los mortales.
En el año de la pandemia, el sindicato considera que no se han reconocido los accidentes relacionados con la COVID-19 que realmente se han producido. En todo el Estado fueron 9.858 casos reconocidos. De esta cantidad, 92 corresponden a Galicia. Dentro de este apartado figuran 21 mortales en España, ninguno en Galicia. Roi Fernández reclama revisar los criterios en este ámbito: “Es una injusticia que tenemos que corregir”.
Más allá del coronavirus, CC.OO. concluye que persiste la infradeclaración de enfermedades causadas por el trabajo. El año pasado se comunicaron 1.323, un 21% menos que en 2019.