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El número tres de la Xunta defiende que dar un cargo a la senadora que dejó su escaño a Feijóo no es “un cambio de cromos”

Alberto Núñez Feijóo dio el salto a la presidencia del PP a nivel estatal sin tener un escaño que le permitiese enfrentarse a Pedro Sánchez en el debate parlamentario. Esta carencia la resolvió el partido con dos dimisiones en el Senado, las de dos representantes por designación autonómica, Elena Muñoz y Juan Serrano, para dejar sitio al propio Feijóo y a su actual vicesecretario de Organización Territorial, Miguel Tellado. Alfonso Rueda colocó de forma inmediata a la ya exsenadora en el organigrama de los altos cargos de la Xunta: es la secretaria xeral de la Vicepresidencia Segunda e Consellería de Presidencia, Xustiza e Deportes. El responsable de la cartera, Diego Calvo, sostiene que estos movimientos no son “un cambio de cromos” o una “componenda”.

En una entrevista con la Cadena Ser, Calvo ha recordado que Elena Muñoz fue conselleira de Facenda en el Gobierno gallego, antes de que Feijóo la eligiese como una apuesta personal como candidata del PP a la alcaldía de Vigo. Concurrió en dos ocasiones, en 2015 y en 2019. Los malos resultados de esta última cita, con el partido en mínimos de representación en el Ayuntamiento con cuatro ediles, la llevaron a presentar la dimisión y a ser elegida entonces como senadora por designación autonómica. El argumento del vicepresidente segundo es que Muñoz, dado que es funcionaria de la administración autonómica, y “tenía que volver a trabajar en la Xunta”. En lugar de ocupar su antiguo puesto en la Intervención Xeral, sin embargo, se está desempeñando ya como alto cargo.

Calvo cargó contra los partidos de la oposición en el Parlamento, el BNG y el PSdeG, por haber votado en contra de que Feijóo y Tellado fuesen elegidos senadores por designación autonómica. Objetaron que el PP estaba haciendo un uso partidista de las instituciones. El vicepresidente segundo recriminó que su partido sí apoyo la elección de Xaquín Fernández Leiceaga para la Cámara alta cuando este dejó de ser portavoz parlamentario del PSdeG y se buscó “una salida digna”.

En la entrevista, el también presidente provincial del PP en A Coruña evitó referirse a Vox como extrema derecha. A una pregunta directa sobre si utilizaría esta definición replicó: “Defino a Vox como un partido que, desde luego, no es el PP”. También eludió contestar a si las declaraciones de Juan García-Gallardo, vicepresidente de la Junta de Castilla y León y miembro de Vox, sobre discapacidad o el papel de las mujeres, merecen un reproche y consideró que está en manos de Alfonso Fernández Mañueco mantener el gobierno.

Una vez culminado el relevo de Feijóo en la Xunta y en el PPdeG, en donde lo ha sustituido Alfonso Rueda, el partido ha empezado a preparar la siguiente cita electoral, que son las locales de 2023. Será, según Calvo, una prueba “importante” para el nuevo líder, pero ha señalado que los resultados no deben interpretarse como un adelanto de los que se lograrán en las autonómicas, previstas para 2024. Tras los comicios de 2019, ninguno de los alcaldes de las siete principales ciudades es del PP y solo una de las diputaciones provinciales, la de Ourense, está en manos del partido.