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Outono Códax, el festival de los locos del soul rock primigenio

Las grandes ideas en el mundo de la música siempre han nacido en los bares y la historia del Outono Códax Festival no es una excepción. Allá por el año 2010 el promotor cultural Fran Villasenín y algunos de sus amigos más jóvenes –todos locos por la música– charlaban y soñaban en voz alta en Santiago sobre lo bueno que sería poder traer a la ciudad a grandes intérpretes del soul y el rock de los años 50 y 60 que aún seguían en activo, aunque muchos de ellos no vivían momentos muy boyantes.Dicho y hecho, al año siguiente se hacía realidad un festival que este año cumple trece ediciones y que se ha convertido en un referente dentro y fuera de Galicia para los seguidores de la música con ecos de los primeros tiempos de estilos musicales que se consagrarían en la segunda mitad del siglo XX como el rock y el soul.

Fran Reixa, como es conocido en el ambiente musical de Santiago, explica que en aquella primera edición de 2011 las cosas parecieron torcerse cuando Nick Curran, que estaba previsto como cabeza de cartel, no pudo asistir al encontrarse enfermo del cáncer que terminaría con su vida al año siguiente. Pero en su lugar acudió a la cita la cantante Maxine Brown, una de esas divas de la escena soul oscurecidas por la enorme figura de Aretha Franklin pero que habían colaborado con grandes artistas como Otis Redding, Sam Cooke o Ray Charles. “Ofreció un gran concierto y vendimos todas las entradas. Aquello fue el inicio de un sueño cumplido que a lo largo de estos años nos ha permitido traer a Galicia y conocer en persona a auténticas leyendas del rock, el soul y el blues”, explica Fran.

Desde entonces ha corrido mucha agua y artistas tan destacados como Lala Brooks (cantante de The Crystals), Tommy Hunt (The Flamingos), Judith Gray o The Pretty Things han pasado por los escenarios del festival y, además, han podido conocer Santiago y Galicia porque la filosofía del evento es conseguir una cierta implicación de los músicos para que sepan a qué lugar han venido a tocar y no se trate de un bolo más. Además, en varias ocasiones los artistas que han actuado en el festival han sido acompañados por músicos locales con los que incluso han entablado una relación profesional que se ha prolongado posteriormente.

Entre la infinidad de historias jugosas que han tenido lugar estos años, Fran recuerda, por ejemplo, una excursión hasta Fisterra con Lala Brooks que contaba anécdotas de cuándo era una quinceañera y podía ver a Frank Sinatra alternando con personajes de la mafia o cuando Maxine Brown se guardó entre las medias todo el dinero (en dólares) que iba a percibir por su actuación y salió al escenario con esa gran cantidad de dinero escondida. “Hay que tener en cuenta que a estos artistas les han engañado muchas veces y no se fían de nadie, por eso decidió no dejar el dinero en el hotel y guardarlo donde más seguro estaba”, señala divertido el promotor.

Con los años el festival ha tenido que ir evolucionando en cuanto al cartel que presenta ya que la mayoría de las viejas glorias del soul, del blues y del rock de los 50 y 60 ya han fallecido o son ancianos que apenas pueden subirse a un escenario, como le ocurrió hace unos años a Naomi Shelton, ya fallecida hace un par de años, que actuó en Santiago en 2015 sosteniéndose con el micrófono porque apenas ya podía mantenerse en pie. Ya desde los inicios del festival pero más aún en los últimos años, el cartel lo integran bandas que siguen apostando por estilos vinculados a los inicios del rock o por artistas que dan un toque más actual al soul, el blues o el funk. Pokey Lafarge, Nick Waterhouse o Nikki Hill, que forman parte del cartel de este año, son el mejor ejemplo de esto.

Outono también en Madrid

En esta edición además el festival ha programado por primera vez un par de conciertos en Madrid, con el fin de promocionarse fuera de Galicia, aunque la verdad es que el evento ya es bastante conocido en otros puntos de España y, como indica Fran Reixa, cada vez es más numeroso el público que acude de otros puntos de la Península. “Ofrecemos mucho más que música porque también organizamos presentaciones de libros, pases de documentales y películas musicales, catas de vino y pinchadas con DJs después de los conciertos. Quien viene al festival puede disfrutar de unos días de inmersión musical total”.

Este año, por ejemplo, antes del esperado concierto de Nick Waterhouse se hará un programa en directo de Radio 3, conducido por el presentador Diego R.J. de El Sótano. “Es otra oportunidad para difundir el festival y recordar lo que se hacía en los años 50 y 60 en la radio de Estados Unidos cuando se retransmitían en directo este tipo de eventos”, indica Fran.

A pesar de estas presentaciones fuera de Santiago (hace unos años también se celebraron actuaciones en Asturias), Fran Reixa tiene claro que este es un festival para Galicia y que así seguirá haciéndose en próximas ediciones. Incluso el año pasado al Outono le nació un hijo pequeño, el HolaNola, otro festival en el que está implicado Fran y que une Galicia con Nueva Orleáns y con músicas de otros puntos de España. Ambos festivales colaboran entre sí y, por ejemplo, el año pasado estuvo en el Outono el gran jefe indio Monk Boudroux, un referente cultural y social de Nueva Orleáns. “Fue emocionante ver lo nervioso que estaba antes de su actuación en Santiago para la que estrenó un traje indio muy especial que él mismo acabó de coser en su hotel en los días antes al concierto. Son momentos impagables para locos de la música como nosotros”, señala Fran Reixa.

Santiago cuenta actualmente con varios festivales (al Outono y el HolaNola habría que sumar el WOS) con una programación exquisita y que no se encuentra en otros puntos de España e incluso de Europa. Es un tipo de evento musical que marca distancias con el modelo de macrofestivales que parece imponerse últimamente y en el que el marketing y el mainstream acaban por imponerse a lo que se supone que es más importante, la música